El techo de la estación estaba repleto de zombis, tomaron la posición de las ranas para poder saltar sobre el agujero donde los encerré.
Como era de esperarse, ellos atacaron de inmediato, generando el pavor entre aquellos que los veían por primera vez. Beckan y sus amigos perdieron la calma, intentaron escapar, pero estábamos rodeados.
— Magia perdida entre las montañas: Púas de piedra. — Fui el primero en reaccionar.
— Magia Celestial: Canto de protección de la doncella. — Akemi tenía la facultad de aumentar la actividad de nuestro GEM.
— ¿Qué me pasa? Se supone que soy el líder de esta misión — Anderson se golpeó las mejillas con sus manos.
Los zombis comenzaron a acercarse en proporciones desmesuradas sobre nosotros, la destreza que adquirieron sobre sus piernas los hacían más veloces y peligrosos.
Las bajas empezaron, la situación no pintaba bien aun cuando la misión apenas inicio. Entonces recibimos el grito de motivación de nuestro líder.
— ¡¡Magos de Orihime!! Esto es una guerra de vida o muerte... ¡¡Es hora de superar sus límites!! — Anderson tomó su postura de combate — Magia de linaje Real: Excalibur
Empezó a luchar con su espada, moviéndose con una velocidad y habilidad increíble, teníamos frente a nuestros ojos a un mago de gran calibre.
— Esto me trae muchos recuerdos — Dijo Simón — Como en la escuela "Moribundo Anderson"
— ¿Te pones nostálgico en una situación como esta? — Anderson reía — Siempre experimentabas sobre mí.
La lucha en la estación no tenía fin y Beckan seguía con su miedo en un rincón.
El miedo puede ser el peor enemigo de un ser vivo, todos nacemos con esto dentro. Es como si nos dijera "este es tu limite" ... pero ¿realmente debemos tener un límite?
— Beckan, ¡muévete! — Retrocedí a protegerlo — Reacciona. Si esto sigue así caeremos a causa de la deficiencia mágica, tienes que entrar en el vagón del tren e ir a la cámara del piloto.
Su piel estaba pálida y sus ojos fijos. Se puso de pie y entró en los vagones, Akemi lo siguió. El exterior seguía en movimiento, una experiencia no tan grata para los novatos de Orihime.
La puesta de sol se apreciaba en el horizonte, si la noche nos alcanzaba todos moríamos. El hijo del líder llegó al puesto de piloto y al abrir la puerta, un zombi lo atacó. Se veía como los primeros que encontramos, es decir este no evolucionó.
— Al suelo — Gritó Akemi, que venía detrás de él — No hay tiempo que perder.
Ella hizo el trabajo y puso en marcha el tren.
— ¡Es hora de irnos! — Gritó.
Inmediatamente todos comenzaron a correr para alcanzar el tren en movimiento. Logramos ponernos a salvo, no obstante, los zombis aun nos perseguían a gran velocidad, estos monstruos se impulsaban con sus piernas y subieron sobre el tren.
— Todos, corran al vagón principal — Indicó Simón.
— Vamos a deshacernos de los vagones traseros — Dijo Anderson.
Desconectamos los vagones y dejamos atrás el peligro, al fin todos podíamos tomar un respiro. Estábamos en silencio, teníamos cuatro bajas incluyendo al que perdimos en el bosque.
— Lo siento mucho — Anderson se arrodilló ante nosotros — Me disculpo por lo inútil que fue mi hijo el día de hoy, sé que lo que aprenden en la academia no se compara a lo que pasarían en la realidad actual, hemos vivido en paz mucho tiempo por ese motivo todos ustedes no están lo suficiente preparados. Realmente lo siento.
— Padre... — El joven miró con asombro.
— Levántate — Señaló Simón — Todos aquí sabíamos que esto era peligroso, así que levántate. Tenemos una misión que cumplir por el honor de los que hemos perdido.
La mayoría no podía creer lo que pasaba, era difícil adaptarse a esto. En un vagón de tren en movimiento nos alejábamos de nuestra ciudad, en la inmensa oscuridad de la noche, nuestra próxima parada era el puerto.
Dos días de viaje nos tomó llegar a la estación más cerca de la bahía de Verlons, era de mañana y el lugar era tétrico, muy solitario, no había una sola persona en los alrededores.
Caminamos aprovechando esto. Sin embargo, un grito nos alertó y tras esto la ventana de una de las casas se abrió.
— ¡¡Ayuda!! — Alguien corría en nuestra dirección.
— ¿Es... una chica? — Dijo Simón.
— Marlín, no te detengas sigue corriendo — Gritó un anciano desde la ventana.
Mientras más se acercaba pudimos ver de lo que huía... era un zombi con alas, otra mutación que había evolucionado venía acompañado de una gran horda.
— Oh maldición... otra vez no — Susurró Beckan.
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ORIHIME: La ciudad de los inmunes © (Completa) Sin editar
Fantasy- GANADOR DEL 2do PUESTO DEL CONCURSO WRITERS CONTEST - . La humanidad esta débil tras una guerra y a esto se le suma la aparición de un virus que vuelve agresivos al 80% de la población, la salvación es buscada por un grupo de jóvenes que deberán...