Capítulo 12.

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JENNY:

Me coloqué ante el espejo y vi como el bikini me quedaba perfectamente. Formé una sonrisa y me puse el vestido, me calcé las chanclas y tras coger mi bolso de playa bajé las escaleras, para luego toparme con la sonrisa burlona de Lucas.

-¿A recoger a tú príncipe azul?- inquirió mi hermano mayor junto a una sonrisa de oreja a oreja.

-Que gracioso eres- rodee los ojos cogiendo las llaves de mi auto- Pero sí, ya voy a por Ian, son dos horas de carretera- comente asintiendo.

-Espero que se la pasen increíble- deseo este- Y bueno, ya me cuentas cuándo regreses si es apropiado llamar a Ian cuñado o hay que esperar-

Tras una queja que fue inútil, ya que Lucas siempre hace lo que quiere, salí de casa, me subí a mi auto y me dirigí a la residencia de los Vega Caballero, tras unos cuarenta minutos de trayecto, llegué finalmente a la casa de Ian, aparqué delante de su casa y me bajé.

Miré mi imagen en el retrovisor y tras comprobar que estaba perfectamente peinada y mi maquillaje contra el agua y el sudor seguía intacto, como me prometió la dependienta, me acerqué a la puerta acaricié el timbre y lo toqué.

Oí unos pasos fuertes, no podían ser de otro que Ian, ya que actualmente vivía solo.

La puerta lentamente se abrió y dejo ver a un Ian en playeras, bermudas y camisa de tirantes.

-Pensé que nunca vendrías- vaciló para luego darme dos besos.

-El trafico no quería que fuéramos a Veracruz- le respondí en el mismo tono-Bueno, ¿Estás listo para emprender el viaje?-

-Más que listo- respondió junto a una sonrisa.

Este salió de la casa y le paso llave a la puerta, guardo las llaves en su mochila y se subió al asiento del copiloto en mi auto.

De camino a Veracruz nos turnamos, yo conduje la primera hora, paramos a beber un refresco en una gasolinera, y luego el condujo la última hora.

Más o menos en casi tres horas, sumando la parada, llegamos a la playa, por suerte divina Ian pudo aparcar cerca de la entrada a la playa; una vez nos bajamos y llegamos a la arena comenzamos a colocar nuestras toallas, perfectamente, y nos acostamos sobre estas, para empezar a coger sol.

-Hacía mucho que no venía aquí- comento Ian, para luego formar una sonrisa-Echaba de menos esta zona, aunque las playas en Australia eran chingonas-

-Sí, he visto todos los posts que has hecho sobre ellas- aseguré- Eran muy buenas fotos, por cierto-

-Gracias- esta vez me sonrió a mí- Trataba que fueran lo más increíble posible, quería que mi experiencia allá quedará bien reflejada, porque sabía que sería un destino temporal, yo quería y sabía que volvería a México-

-Está bien eso- sonreí- Tendrás unos buenos recuerdos de aquella vez que viviste en el extranjero-

-He de confesar que te extrañaba un chingo- dijo de la nada, haciendo que lo mirará- Muchas veces quise escribirte, pero ya sabes...Pensé que sería más doloroso si lo hacía, habíamos cortado recientemente- 

-Bueno, a mí personalmente no me hubiera molestado que me escribieras- asentí- Muchas veces yo también  quise escribirte y no lo hice por miedo a molestar- 

-Entiendo- asintió- Pues que mensos nosotros, muriéndonos por hablar y sin hacer nada para remediarlo- 

-Muy adolescente todo- puntualicé- Pero me imagino que el tema chavas para ti en Australia no supuso un problema, ¿No?-

Crónica de un desastre anunciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora