Capítulo 23.

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ALICIA:

La fiesta de César y Lola, como siempre estaba increíble, inclusive había gente que no había visto nunca en mi vida, miré al rededor y pude ver todo lo que ahí estaba ocurriendo, Camila y Alejandro, estaban sentados en el jardín, ella tenía la cabeza apoyada en el hombro de él y estaban hablando mientras bebían de sus botellines de cerveza, por otro lado estaban Jenny e Ian bailando mientras no dejaban de reírse y sonreírse, estaba impaciente porque por fin pasaba algo, y luego a la izquierda de ellos vi algo que no me gustaba mucho la verdad, bueno, a nadie que tuviera estomago y conociera a Pablo de antes, Lola estaba apoyada en la pared mientras sonreía y Pablo estaba delante de ella, mientras de vez en cuando le depositaba un beso en sus labios.

-A mi también me parece asqueroso pero es lo que hay- dijo César detrás de mi, poniendo su mano en mi cintura, refiriéndose a Pablo y Lola- Creo que es hora de llevarte a la sorpresa-

-Mmmh, sorpresa- sonreí y lo miré- Vamos-

Le cogí la mano a César y comenzamos a caminar, subimos las escaleras y entramos a la habitación de sus padres, luego cerró la puerta y abrió el baño que la habitación, dónde me enseño un jacuzzi que estaba listo y burbujeante para nosotros.

-Este jacuzzi es lo mejor de la casa- aseguró quitándose la camisa y los pantalones- Y así podemos estar a solas un rato, lejos del caos- se metió en el jacuzzi y me miró junto a una sonrisa.

Me bajé el vestido y me metí, con la ayuda de César en el jacuzzi, una vez estuve dentro me senté y lo miré junto a una sonrisa. Hoy hacían justo dos meses desde que había conocido a César, y sinceramente me sentía como si le conociera de toda la vida, era una persona muy abierta, muy dada con la gente...Me gustaba eso, cantidad.

Me parecía increíble como en tan poco tiempo César había sido capaz de romper todos los esquemas que había construido en mis dieciocho años de vida. Me asustaba reconocerlo, pero creo que me estoy clavando con él, me encanta pasar tiempo con él, besarle, reír con él...En definitiva estar a su lado siempre se sentía bien, hacía que los días grises tuvieran pequeños clareos y dejaran incidir los rayos solares del positivismo. Desde el baile César me había hecho sentir de forma diferente, pero ¿Para que engañarnos? Las cosas con un chavo como él, tan diferente y único nunca serían igual que con el resto.

-50.000 pesos por tus pensamientos- comento César haciendo que le mirara y saliera de mi nube- ¿En que piensas?-

-En ti- me sinceré- En como me haces sentir- me pausé nerviosa- Me sorprende en como has conseguido cambiar tanto las cosas en dos meses-

-Te sorprendería entonces como podría cambiártelas en años babe- carcajeo y me paso el brazo.

-No puedo ni imaginármelo- negué con la cabeza junto a una sonrisa- Creo que me estoy enamorado de ti- hice otra confesión mientras César me miraba sorprendido- Estoy sintiendo cosas muy fuertes por ti- confesé- Demasiado-

César abrió y cerró los ojos durante diversas ocaciones, luego formó una sonrisa.

-Yo también siento cosas muy fuertes por ti Ali, desde el primer momento en el que te vi y creo que no es un secreto- me acarició la mejilla mirándome fijamente- Y si no te sientes lista para explorar lo que sentimos, está bien, te puedo esperar toda una vida si hiciera falta-

-No hace falta que esperes más- negué con la cabeza- Se que quiero estar contigo, a tiempo completo...Vamos, que quiero que seas mi novio- sonreí- Quiero intentarlo-

Crónica de un desastre anunciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora