Capítulo 41.

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JENNY:

Los días de las vacaciones de carnavales Ian y yo los habíamos pasado en Australia, junto a sus padres. Al parecer a los padres de Ian aún les quedaba demasiado instinto paternal ya que anunciaron que estaban dispuestos a adoptar a un niño o una niña tras la partida de Ian, ya que veían prácticamente imposible que en algún punto de su vida académica decidiera volver a Australia junto a ellos, y bien sabían que Ian nada más acabar la carrera se decantaría o bien a viajar por todo el mundo o a la búsqueda activa de empleo, pero la idea de aumentar los miembros de la unidad familiar no hizo que nuestra diversión decreciera, visitamos zoos, monumentos, y hubo tiempo para prácticamente todo, incluso tenía el tiempo suficiente para hacer numerosas videollamadas con mis padres, mi hermano y su novia embarazada de seis meses, de la que sería mi futura sobrina, la cual aún carecía de nombre.

Las diecinueve horas y media de vuelo para volver a la realidad se pasaron rápido, Ian y yo nos vimos cuatro comedias románticas, dormimos lo que quisimos y más e incluso nos dio tiempo de compartir nuestros pensamientos sobre este viaje.

-Deberíamos ir más a menudo a Australia- anuncié mientras nos subíamos en el taxi, que primero pararía en mi casa y luego en la suya.

-La verdad es que sí, echaba de menos a mis padres- Ian se sentó a mi lado- Y se nota que ellos a mí también, ¿Que personas de cuarenta y ocho y de cincuenta y tres años consigue que su hijo se vaya de casa y quiere embarcarse en la tarea de criar más hijos?-

-Pues tus padres cari, tienen todavía mucho cariño para dar- conteste mientras me acurrucaba en su hombro- Además, tienen los recuerdos económicos para mantener a siete muchachos si se lo propusieran-

-Es cierto, pero no se si me acostumbrare a tener un hermano- asintió.

-O hermana, pero si te sirve de consuelo las hermanas pequeñas somos una bendición- sonreí y luego lo besé junto a una sonrisa- Si no pregúntale a Lucas-

-Creo que Lucas no me dará muy buenas referencias- Ian me enseño la lengua y luego me volvió a besar- Lo único que me incomoda de este viaje es que ya mañana hay clase, debimos volvernos un poco antes-

-Sarna con gusto no pica- le sonreí- Y a mi, personalmente, el viaje me ha encantado-

-A mi también- Ian me cogió la mano- A mi también...-

Tras unos veinte minutos, minuto arriba, minuto abajo, llegamos a mi casa, Ian con la ayuda del taxista me ayudó a bajar el equipaje y mis padres enseguida salieron a mi encuentro para darme la bienvenida a casa y para ayudarme a meter las cosas en casa.

Mis padres y mi hermano me preguntaron millones de cosas, no era la primera vez que había ido a Australia pero a juzgar por sus interminables preguntas parecía que sí, pasó una hora y ya mis padres habían vuelto a su vida normal, Lucas anunciaba que iba a casa de su colega Darwin, a quién yo conocía como el señor Santana el padre de Alicia, a jugar un rato a la play y yo subí a mi habitación para llamar a Alicia.

-Pedazo puta- dijo Alicia una vez cogió la llamada- ¿Qué te cuentas? ¿Llegaste ya a tu casa?-

-Sí, estoy ya en mi habitación, perdona por no haberte llamado antes, mis padres y mi hermano no dejaban de preguntarme cosas- me senté en mi cama- Por cierto, te espera convención de play station en tu casa, Lucas va para allá-

-Sí, mi padre me hecho del salón hace dos horas para preparar todas las cosas- carcajeo- Me sigue pareciendo algo siniestro que mi padre sea amigo de un chavo de veintitrés años-

-Anda que tener veintitrés y ser amigo de un señor de casi cuarenta y siete años tiene aún más delito, tú padre puede ser excusado con la famosa crisis de los cuarenta-

Crónica de un desastre anunciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora