Capítulo 33.

6 0 0
                                    

DANIELA:

Abrí mi taquilla y saqué el libro de Inglés, ya que sería la asignatura que veríamos después del receso. Entré antes de este ya que todos estaban a su rollo en el banco e Iván no había aparecido, lo cual me parecía extraño, pues todos los recreos de forma rutinaria si no tenemos clase juntos me espera en  mi taquilla.

Unas risas me distrajeron, al girarme me percaté de que se trataba de Iván, estaba apoyado en su taquilla, junto a una sonrisa hablando con una chava, que sin duda reconocía, era la tal Carmen, con la que se estaba enrollando en la fiesta de los mellizos, esta llevaba una caja de dulces que le entregó junto a una sonrisa, a modo de despedida le besó la mejilla y luego se acercó a la salida del Justo Sierra más que feliz.

Iván vio que lo miraba,después de que guardo la caja en su taquilla,  formo una sonrisa y se acercó hasta donde estaba y me rodeo la cintura.

-Hola- me volvió a sonreír y luego me besó.

Rápidamente corté el beso, haciendo que este me mirara algo confuso.

-¿Quién era esa?- cuestione.

-Ah, una chava de una dulcería, mis abuelos compraron unos dulces y pues nada, se los estaba pagando y eso...- contesto con cierto nerviosismo.

-¿Y no la conoces de nada? Porque te beso la mejilla- arquee las cejas.

-No, solo es educada- contesto, mintiendo-¿De que la iba a conocer? Ni estudia acá-

-Ya...- asentí lentamente- ¿Sabes? Es raro, porque se parece mucho a Carmen, a la chava con la que te liaste en una fiesta de los mellizos-

Iván me miró serio y luego asintió.

-Daniela...A ver, si que la conozco, pero es que lo de los dulces si es verdad, no tenía ni idea de que la dulcería fuera de su madre, ni tampoco de que nos volveríamos a ver-

-Entonces, ¿Por qué me has mentido?- arquee las cejas- Esa misma historia me la podías haber contado desde un principio-

-Y te hubieras enojado igual- contesto este- Siempre lo haces, diga lo que diga, haga lo que haga-

-Ah, ¿Qué ahora es mi bronca que me hayas mentido?- arquee las cejas- ¿De verdad Iván San Blás San Juan?-

-No he dicho eso- aseguró- Pero si es verdad que tus celos me hacen decir mentiras piadosas-

-Me estás echando la culpa- asentí- Increíble-

-A ver, ¿No se supone que debemos ser sinceros?- arqueo las cejas- Lo estoy siendo, tus celos muchas veces me hacen no decir toda la verdad porque me da miedo tu reacción, siempre diga lo que diga lo interpretas como quieres-

-Oh sí, porque la neta me hace un chingo de ilusión que mi novio me mienta sobre una chava a la que se comió y la sigue viendo, mintiéndome al respecto-

-Cualquiera que te oye es que te estoy poniendo el cuerno- lo miré con las cejas alzadas y este tornó su mirada de serio a sorprendido- ¿Realmente crees que te estoy poniendo el cuerno?-

-No lo sé, me has mentido en una tontería, ¿Por que no en todo?- me crucé de brazos.

-Daniela- resopló- Eres increíble, pero esta vez no en el buen sentido de la palabra- asintió- Me voy-

-Si, ahora la loca soy yo, ¿No?- este me dejo de mirar y caminó hasta la clase, ya que pronto sonaría la sirena, me quedé lo que se podría decir que discutiendo sola.

Cerré con fuerza la taquilla y comencé a negar con la cabeza, unas chavas de 1º de secundaria pasaban por ahí y me mirababan susurrando algunas cosas.

Crónica de un desastre anunciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora