Viejos amores y Nuevas Amigas

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-¿¡Ke... Ken?!-pregunté asombrada y roja como un tomate.

-¡Esto debe ser obra del destino! ¡Estamos destinados a estar juntos!-gritó Ken mientras me abrazaba, intenté apartarme de él pero ya era tarde. Todos mis compañeros de clase me habían visto y estaban riendo mientras me señalaban.

-¡Tengan cuidado, chicos! ¡A la nueva le gustan los nerds!-dijo una chica rubia muy linda, sus amigas que se sentaban junto con ella reían mientras aplaudían su chiste.

Aparté a Ken de un manotazo y con la cara roja de vergüenza me senté en el único asiento que estaba cerca, al frente de la clase.

Llegó el profesor a imponer órden y se presentó a la clase, se llama Sr. Farres y daba Lengua y Literatura; una materia que a mí siempre me encantó.

La hora del Sr. Farres terminó y todos se estaban retirando para ir al almuerzo pero antes de poder levantarme para ir al buffet, unas chicas se me acercaron.

-¡Hola!-dijo la pelirroja del grupo, era alta y esbelta-Me llamo Iris, tú debes ser Annie, la nueva.

-¿Cómo lo sabes?-pregunté mientras tomaba mi cartera.

-Peggy escribió un artículo sobre tí en el periódico escolar-respondió una preciosa chica morena, era muy alta y atlética-Sabemos todo sobre tí, tus padres son ingenieros navales y vinieron aquí por una entrevista de trabajo; por cierto me llamo Kim.

-¿Qué... Qué mas escribió de mi?-quise saber.

-Que eres alergica a las picaduras de insectos, amas a los animales y tu color favorito es el azul-dijo otra chica de cabello blanco y enormes y llamativos ojos amarillos. Pensé que era una vampiresa pues lucía un hermoso conjunto victoriano y tenía unas piernas perfectas-Yo me llamo Rosalya, pero puedes llamarme Rosa.

-Y que eres muy buena en las artes plasticas pero no así en los deportes-dijo otra chica de cabello castaño como el mío pero con ojos tan celestes como el cielo, se la veía recatada y aplicada-Yo me llamo Melody.

-Y no nos olvidemos de tu grupo sanguineo y tu IQ-susurró tímidamente una chica de cabello lila que aferraba contra su pecho una carpeta de dibujo-Yo soy Violeta, un gusto en conocerte.

-Al parecer ahora soy el conejillo de indias de toda la escuela-mascullé mientras rascaba mi cabeza-Y yo que quería pasar desapercibida.

-Eso es imposible, no en esta escuela y menos con el grupo de Ámber-Iris blanqueó los ojos.

-¿Ámber?-pregunté.

-La chica que se burló de tí-señaló Kim, mientras miraba hacia donde estaban Ámber y sus amigas mientras bajaba la voz-Son unas harpías.

-¿Pero que les hice yo?-quise saber.

-Ella es así con todo el mundo-Melody bajó la voz mientras se tapaba el costado de la boca y se acercaba más a mí para que sólo nosotras podamos oírla- A mí una vez me pegó goma de mascar en el cabello.

-Es mala por diversión-susurró Violeta-Es toda una...

-Si siguen hablando mal de Ámber voy a contarle todo lo que están diciendo-gruñó una chica de vestido violeta y cabello corto que nos espiaba desde su asiento con cara de pocos amigos.

-Sólo decimos la verdad de esa perra. Ve a olerle el trasero, perrito faldero-dijo Kim de muy mala gana.

La chica salío corriendo del aula, quizás a contarle a Ámber lo que había presenciado. Kim resopló molesta.

-Se llama Karla, es el perrito faldero de Ámber desde hace años y no va a darse por vencida hasta que sea una de "las princesas"-Kim la presentó como se presenta a un pariente muy molesto.

-En mi anterior instituto a las chicas como ella las llamabamos "plásticas"-dije yo.

Todas las chicas rieron, al parecer les gustaba mi forma de llamarlas.

-De todas las chicas de Sweet Armonis, a la única a quien Ámber teme es a Kim-confesó Iris-El anteaño pasado Ámber le robó el novio...

-Y tuvo que decirle adios a su rubio cabello por 12 largos meses-terminó Kim con una sonrisa malevola.

-Cortó su cabello al ras con una rasuradora mientras dormía en el campamento escolar-susurró Violeta mientras se reía.


Las chicas y yo salimos al patio de la escuela mientras me señalaban a la gente que conocían y me decían sus nombres.

-Aquél que ves allí es Castiel, el de cabello rojo-dijo Iris, el chico en cuestión al ver que hablaban de él dirigió su mirada hacia mí y pasó su lengua entre los labios provocando que me ponga colorada y aparte mi mirada rápidamente-Es un Don Juan.

-Ámber está loca por él-susurró Kim-Así que no te le acerques si no quieres terminar mal.

-No pensaba hacerlo-mascullé, dirigí mi mirada hacia el muchacho de cabello blanco y vestido con ropas victorianas-¿Quién es el que está a su lado?

-Es el hermano de mi novio, se llama Lysandro-rio Rosa, se acercó más a mí con una sonrisa de gato en sus labios-¿Te gusta? Puedo presentartelo, no tiene novia.

-¿¡Qué!? No, sólo... Sólo quería saber su nombre-me sonrojé intensamente, maldición estas chicas van a hacer que me muera.

Continuamos caminando, pronto ubicamos a Nathaniel que estaba colgando un cartel subido a una escalera; giró para verme y me saludó con la mano y una sonrisa en los labios. Yo le devolví el saludo.

-Veo que ya conoces a Nathaniel-observó Violetta.

-Es el que me ayudó esta mañana, el delegado principal-reconocí mientras volvía a perderme en sus ojos miel.

-Cuesta creer que es el hermano de Ámber-dijo Melody mientras se sonrojaba-Sin embargo, es perfecto~~.

No sé cual de las dos noticias me shockeó más: Si enterarme que Nathaniel era hermano de esa bruja malvada o que a Melody le guste ese Dios griego (y a quién no).

-Melody está enamoradisima de Nathaniel-Iris rió con ganas, al parecer era la más alegre de todas-Aunque creo que todas nosotras lo estamos.

-Menos mal que tienes novio, Annie-Susurró Violetta mientras me tomaba el brazo.

-¿Novio?-repetí yo.

-Claro-respondió Iris-El chico de lentes.

-¿Ken? Él no es mi novio, es sólo un amigo-confesé-Nos conocemos desde hace años pero jamás hemos salido, no tengo novio.

-No tardarás en encontrarlo-dijo Kim. Finalmente terminamos nuestro recorrido por las intalaciones del Instituto y nos preparamos para las proximas clases.

Era bastante agradable contar con el apoyo de compañeras que odien a Ámber aunque seguía sin entender su trato hacia mí.

Finalmente, el día había concluido, y antes de poder irme a casa me encontré con Ken en el hall de entrada. Al parecer estaba esperándome; estaba apoyado contra uno de los pilarares y sólo se dió cuenta que estaba allí cuando levantó sus ojos del suelo y al verme se sonrojó intensamente. Se acomodó sus enormes gafas y empezó a jalaba su suéter; se lo veía muy apenado por la vergüenza que me había hecho pasar.

-Esteee... Annie, perdoname por lo de hoy-gimió mientras no dejaba de jalar de su suéter, temía que lo fuera a romper-Fue la emoción de volverte a ver luego de enterarme que no ibas a estar en la misma prepa que yo.

-No hay problema, Ken-sonreí.

-¿Quieres ir al parque a comer unas galletas?-preguntó esperanzado mientras sacaba de su mochila un paquete de galletas de chocolate.

-Eh... Está bien-accedí encongiéndome de hombros. Acomodé mi cartera y salí con Ken del instituto, era terriblemente bajito para ser un muchacho de mi misma edad, yo medía un metro sesenta y cinco y él medía 10 centímetros menos que yo.

Nos dirigimos al parque donde compartimos su merienda. Ken me contó muchas anécdotas divertidas y reímos juntos, pero no podía entretenerme mucho tiempo ya que debía ir a hacer los deberes y comprar los útiles que me faltaban para poder empezar a estudiar.

Mi amigo me acompañó a la librería a comprar lo que me hacía falta de la lista y luego a mi casa, donde nos despedimos hasta el día siguiente.

Corazón de Melón (libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora