Corazón de Melón (libro #1)

El Juego del Rey

El grupo de Kentin preparó spaghettis con salsa y carne para almorzar, al parecer mi novio tenía un don para las pastas pues estaban francamente deliciosos. Mientras comíamos, afuera corría un viento terrible al punto que Kentin le sugirió a Castiel que deje entrar a Demonio a la casa para que esté más tranquilo en presencia de su dueño en vez de dejarlo solo y encerrado y en el lavadero como había propuesto el pelirrojo en un principio. Parecía que en cualquier momento se desataba un tifón, y las noticias locales pedían precaución al salir pues la tormenta ya había ocasionado diferentes daños materiales.

Los muchachos fueron a recoger las cosas de la playa mientras las chicas cerrábamos las persianas de todas las habitaciones y metimos las reposeras de mi dormitorio, Kentin puso a resguardo los autos y se cercioró que no haya ningún objeto que con el viento pueda transformarse en un proyectil mortal.

-Se ha emitido un llamado de alerta a toda la población de Costa del Sol para que permanezcan resguardados-decía la locutora de radio, ya habíamos perdido la imágen de DirecTV por los fuertes vientos y sólo teníamos la radio para informarnos de lo que ocurría pero incluso el sonido se escuchaba cortado así que era cuestión de tiempo de quedarnos completamente incomunicados-Si bien el peligro no es inminente, el intendente de la ciudad solicita la colaboración de todos para evitar pérdidas de vidas humanas, tenga a mano velas en caso de cortes energéticos y mantenga la calma.

En ese momento Kentin entró empapado pues a los fuertes vientos ahora se había sumado una lluvia torrencial, yo corrí y le tendí una toalla, él me agradeció y se secó con ella.

-Los autos ya están a resguardo, la casa va a parar la mayor parte del viento-dijo Kentin-Pero temo de que la tormenta aumente su intensidad.

-¿Vieron las olas? Están enormes-anució Rosa mientras bajaba del primero piso.

-Espero que no haya ningún tsunami-susurró Violetta sumamente preocupada.

-Deberíamos llamar a nuestros padres y avisarles que estamos bien-sugirió Ámber, asentimos y todos intentamos llamar pero las líneas estaban cortadas, nos contentamos con un WhatsApp aunque el mensaje quedó suspendido en el aire pues también se habían caído las líneas telefónicas. De repente las luces parpadearon y la energía se fue; semi a oscuras Kentin y yo nos fuimos a nuestro dormitorio a descansar un rato mientras afuera seguía cayéndose el cielo; finalmente cerca de las seis de la tarde cesó el viento pero la luz no regresaba y ya estaba oscureciendo, así que encendimos velas por la cocina y el comedor, nos preparamos la merienda y salí a beber mi café caliente al mirador de la galería; el mar estaba calmo y el cielo oscuro como la noche misma, lleno de nubes grises oscuras, todavía se podían ver algunos relámpagos en el mar y soplaba una pequeña brisa.

-Bueno, me estoy aburriendo-dijo Charlotte sentada en el sofá de la sala.

-Lean un libro-dijo Nathaniel enfrascado en el clásico "El amor en los tiempos del cólera".

-Tengo una idea ¡juguemos al juego del rey!-dijo Ámber con una sonrisa, la miramos extrañados, ¿el juego del qué?-El juego del Rey, van a decirme que nunca lo jugaron.

Todos negamos con la cabeza, Ámber blanqueó los ojos.

-Es un juego como "Simón dice"-explicó la rubia-Kentin ¿tienes palitos de sushi o de comida china?

-Sí, en el cajón de los cubiertos-señaló mi novio-¿Para qué los quieres?

Ámber no respondió, abrió el cajón y sacó los palitos de sushi, luego corrió al mueble del televisor y sacó una hoja en blanco, lapicera y un poco de cinta adhesiva, escribió algo en el papel y los pegó en los palitos.

-¡Tadán! Ahora les explicaré las reglas-anunció con una sonrisa mientras veíamos que los palitos estaban numerados del 1 al 15 y uno solo decía "Rey"-Hay igual cantidad de palitos por número de jugadores, pero uno solo de ellos dice "Rey", los mezclaremos y los pondremos con la numeración y el poder supremo del Rey hacia abajo para que nadie pueda saber cuál es cuál, todos tomaremos uno y sin mirar que nos tocó, lo esconderemos detrás de nuestras espaldas.

"A la cuenta de tres, veremos que nos salió y solamente el que tenga el poder del Rey, puede dar órdenes, las cuales son absolutas, de no cumplirse, el jugador o los jugadores, tendrán que cumplir un castigo. Por ejemplo, a mi me toca el Rey y digo "El rey ordena que los números 4 y 9 se bañen desnudos en el mar", y esos números les tocan a Violetta y Castiel, por ende, ambos tendrán que cumplir las reglas o de lo contrario habrá un castigo.