Corazón de Melón (libro #1)

Regreso

El pueblo costero donde vivía es característico por su gran actividad pesquera, pero también por gozar de una temperatura media en otoño e invierno. Aunque ese año fue la excepción pues una fuerte tormenta proveniente del Sur había llegado y ahora todos estábamos muertos de frío, mamá había tenido que comprar por Internet cobertores más gruesos para las camas y yo dormía con tres pares de calcetines, el único que no se quejaba era papá diciendo que no hacía tanto frío, que peor lo había pasado en su niñez, y es que papá había nacido en un pequeño pueblo francés en Rhône-Alpes y estaba bastante acostumbrado a las bajas temperaturas.

Ese día llegué al Instituto sobre la hora, me puse la primera ropa de invierno que encontré, cacé un pedazo de pan con mermelada y una naranja y salí corriendo para clases; me había quedado dormida y si no fuese por mis padres aún seguiría cautiva de Morfeo.

Al entrar al salón de clases, las chicas me saludaron a la distancia con entusiasmo, estaban leyendo una revista y el Señor Farres aún no había llegado, con un suspiro de alivio y cansancio dejé mis cosas en mi pupitre.

-¡Annie, ven!-exclamó Iris mientras me indicaba con una mano que me acercara.

-Buenas, chicas-saludé a cada una de mis amigas con un beso en cada mejilla como indicaba la etiqueta social del lugar-¿Qué hacen?

-Estamos leyendo nuestros horóscopos-respondió Melody-¿De qué signo eres?

-Sagitario-les dije, Iris buscó mi signo y leyó la predicción de ese día.

-"Recibirás una sorpresa del pasado. Ten cuidado con las escaleras. El amor llegará. Color del día de hoy: Verde"!-leyó Iris-¡Wow, Annie! ¡Hoy conocerás a tu novio!

-¿Ustedes creen en estas cosas?-preguntó Kim pero tomó la revista para revisar su horóscopo.

-Supongo que todo depende la persona que lo lea-dijo Violetta-Creo que Annie encontrará a su amor cerca de la naturaleza.

-Entonces debe de estar hablando de Jade-dijo Iris-Es completamente verde.

Todas nos reímos con ganas, no me imaginaba saliendo con Jade, para empezar era un empleado del Instituto y eso provocaría que pierda su trabajo, sin mencionar el ir a la cárcel por salir con una menor de edad. La campana del primer aviso sonó y entonces recordé que no había hecho el cambio de libros para el primer período en mi apuro de llegar, así que me disculpé con mis amigas y fui a mi casillero, tomé mis libros de matemáticas, historia y literatura y volví a cerrar la puerta del locker; al querer entrar de nuevo en el salón me encontré con Rosa que salía de los baños.

-Hola, Rosa-la saludé con una sonrisa, al verla estaba un poco seria-¿Sucede algo?

-Annie, tengo que...-dijo Rosa pero su cara se quedó de piedra y abrió mucho sus ojos amarillos, yo me giré y vi a Ámber... ¡A Ámber besándose con un chico que no conocía en medio del pasillo!

Era alto, de cabellos marrones, musculoso y llevaba una camisa blanca con un pantalón militar y botas.

-¿Qué demo...-comenzó Rosa pero luego ambas nos quedamos duras cuando vimos como el muchacho se separaba de Ámber, completamente serio y con cara de pocos amigos; la rubia se mordió el labio y dirigió su mirada hacia nosotras también el muchacho nos miró, en especial a mí tenía unos ojos verdes preciosos.