Secreto

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-No elegiré a ninguno de ustedes

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-No elegiré a ninguno de ustedes.


Los chicos se quedaron callados. Yo trataba de mantener la mirada firme, algo que no era fácil dado que tres pares de miradas me devoraban.


-No me malinterpreten-dije adivinando sus pensamientos-Es imposible elegir a uno sólo de ustedes, son chicos geniales y con personalidades únicas, pero no quiero lastimarlos. Los estimo demasiado.


Nathaniel se agarró el puente de la nariz, Kentin parecía un poco sorprendido y Lysandro seguía con su poker face. Seguramente ninguno se había imaginado que iba a tomar esa decisión.


-Está bien, Annie-suspiró Nathaniel, su mirada se suavizó-Me alegra que hayas considerado todas las opciones, pero no pienses que me daré por vencido.


-Yo tampoco-añadió Lysandro, mientras se ponía de pie.


-Ni yo-agregó Kentin, con mirada muy seria.


-Bueno, señores... Debo irme-Nathaniel se levantó del césped y sacudió sus ropas con cuidado-Annie, te veré más tarde, que pases empieces bien el año nuevo.


-Gracias, Nath-sonreí.


-Yo también debo irme-Lysandro también se puso de pie y se estiró en toda su altura-Castiel me debe estar esperando para ensayar. Espero vernos pronto, Annie.


-Chau, Lysan-me despedí; Nathaniel y Lysandro se fueron por caminos separados, dejándonos a Kentin y a mí a solas.


-¿Tú que harás, Annie?-preguntó Kentin, mientras nos mirábamos.


-Pensaba ir a pasear por allí, ¿y tú?-le pregunté. Kentin se encogió de hombros.


-Nada, pensaba volver a casa-respondió-Mi padre está en la academia y no volverá hasta este fin de semana ¿Te molesta si voy contigo?


-No, para nada. Vamos-respondí y fuimos a caminar por el centro comercial.


Repetimos el mismo recorrido que hicimos antes que Kentin se vaya a la escuela militar, hasta nos volvimos a sacar fotos en la máquina. No había mucha gente pues por la ola de calor casi todos estaban en la playa disfrutando del mar.

-¿Quieres tomar un helado?-preguntó Kentin. La idea era tentadora.

-Sí, por favor-respondí. Nos encaminamos a la heladería del mall y nos pusimos en la fila, cuando nos atendieron Kentin ordenó por los dos.

-Dos helados, por favor-dijo y sacó su billetera, yo estaba por darle un billete de $10 pero él me lo impidió-No, no. Yo invito.

-¿Seguro?

-Sí, en serio. La próxima lo invitas tú-rió.

-¿Qué sabores desean?-preguntó la muchacha que nos estaba atendiendo.

-Uno de cookies con crema americana y frutilla, y el otro de cerezas y chocolate suizo-respondió. Así que no se había olvidado mi helado favorito... Eso fue suficiente para terminar de decidirme. Kentin me dió mi helado y nos sentamos en un banquito al lado de una señora que estaba con su nieto, por fin me animé hablar.

Corazón de Melón (libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora