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Tal vez estoy demasiado cómoda estando triste.
La chica miraba atenta la televisión, en esta salía un programa de chismes donde debatían acerca del vídeo y fotos filtradas de ella.
Tenía cientos de mensajes y llamadas perdidas pero no se dignaba a contestar.
—Sé que no querías ver a nadie —su mamá se asomó por la puerta.
Grace alzó la vista del celular donde jugaba Candy Crush y miro a Elena.
—Gracie, ven conmigo —la rubiecita se levanto de la cama antes de dejar un beso en la mejilla de su hermana mayor.
A la habitación entro Robert.
— ¿Cómo estás, pequeña? —el actor mostró una caja de Krispy Kreme—. Glaseadas, como te encantan.
—Muchas gracias, Rob —le dio un pequeño abrazo.
El hombre la miro unos segundos, la notaba más delgada.
— ¿Has comido bien, Jordyn? —se sentó en el filo de la cama.
—Algo así, ¿por? —frunció el ceño.
—Te veo más delgada —la chica negó.
—Debe ser por la anemia —suspiró abriendo la caja de donas—. En estos días he estado muy cansada y distraída como para comer.
Robert suspiro antes de tomarla del brazo—. ¿Por qué te sigues haciendo daño, Jordyn?
—Supongo que me siento cómoda estando triste —se encogió de hombros acabando su dona.
— ¿Has escuchado lo que dijiste? —preguntó sorprendido.
—Sí, lo siento —agitó su cabeza.
El castaño se levantó de la cama bajo la atenta mirada de la actriz.
—Vas a levantarte, ducharte y ponerte más bonita de lo que ya eres —la tomó de la cintura sacándola de la cama—. Por que tu y yo vamos a salir de aquí, debes despejar tu mente.
— ¿Qué pasa si nos encontramos con algún reportero? Van a sacar un chisme diciendo que soy tu amante —rodó los ojos recordando el mes pasado cuando ella y los Stan habían salido a correr, un sinfín de chismes habían salido vinculándola sentimentalmente con ambos—. O que tal si me preguntan por mis nudes o sextape.
—Ellos podrán inventar cualquier chisme, o podrán preguntar cualquier cosa —se encogió de hombros—. Pero nosotros sabemos la verdad y confiamos en ti, eso es lo que debe importarte.
La chica sintió sus ojos llenarse de lágrimas—. Gracias, Robert. Eres el mejor —le dio un fuerte abrazo.
—Lo sé, ahora ve a ducharte —saco una dona de la caja—. Estaré molestando a Grace.
Jordyn sonrió, tal vez había una pequeña esperanza de poder ser feliz.
