Cap: 3

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Juliette

La señorita Rosalee y yo hemos recorrido todos y cada uno de los pasillos del instituto. Me ha mostrado. La biblioteca, el patio, el área de deportes, el área de recreación artística, las aulas de los estudiantes, la oficina de la psicóloga, y la enfermería.
Ahora solo falta mostrarme él aula a la que voy a pertenecer y, a los compañeros con los cuales voy a interactuar.

Fantástico. (Nótese mi gran y prestigiado sarcasmo).

Estamos subiendo las escaleras que llevan al piso donde se encuentra él aula 207. Donde se supone estaré yo de mañana en adelante.
Yo sigo yendo detrás de ella y la veo conducirse hacia la izquierda. Como también me doy cuenta que se dirige al aula 207 cuando veo el gran número al lado de la puerta.

Antes de entrar, se detiene en frente de la puerta. Me mira y me dice.

Srta Rosalee: Muy bien Juliette, vamos a entrar a tu nueva aula. No estés nerviosa, estos chicos son todo un amor al igual que cada maestro que tendrás. Ahora el señor Monroe Mitchell no se encuentra en él aula, él es tu maestro de Arte; pero te aseguro que mañana lo conocerás y te caerá muy bien. Mientras tanto, iremos a que conozcas tus nuevos compañeros.

_ Asiento. No sé por qué he sentido tantos nervios, mucho más grandes que los que tenía al llegar aquí. Llevo un nudo en el estómago, y unas piernas debilitadas a causa de lo mismo. Nunca había tenido tantas ganas de irme a casa a hacer nada. Pero gracias a mi madre. Eso es imposible.

Nos dirigimos al aula, la srta Rosalee entra primero que yo, yo entro después y ella dice en voz alta para que todos la escuchen.

Srta Rosalee: ¡Muy bien, todos presten atención! ¡Por favor hagan silencio!

_Uno de los chicos del aula, se pone de pie y de un modo muy gracioso le dice a la srta Rosalee.

"Wooou, srta Rosalee cada día más encantadora y prospecta para ser mi esposa"

Me causó gracia y sonreí levemente.

La srta Rosalee también sonríe y le contesta.

Srta Rosalee: Si, si, Stefan. Muy gracioso como siempre.

_Todos los demás sueltan una leve carcajada. Aprovecho que todos están distraídos con lo de la srta Rosalee y el chico llamado Stefan, y muy discretamente los observo a todos y cada uno.

Hay muchas chicas aquí, las mayoría al parecer muy simpáticas. Chicos altos y fuertes. Cosa que me hace pensar si vine a una academia de modelos o a un instituto educativo, puesto qué, las chicas también son muy lindas.

¡Épico! Algo más para seguir sintiéndome como un bicho raro entre todos ellos.

Sigo observando y al final del aula hay un chico y una chica abrazados, ella está de espalda a mi, y el de frente con la cabeza cabizbaja. Al parecer no prestan mucha atención a lo qué pasa a su al rededor, aunque la srta Rosalee si.

Inmediatamente la srta Rosalee lo nota, hace un sonido de garganta mirándolos fijamente. Lo que hace que todo mundo los observe a ellos y que ellos se separen.

Al verles me he quedado petrificada como si hubiera visto algún fantasma. El chico me mira fijamente al igual que yo a él. Y siento la terrible necesidad de enterrarme bajo tierra tan rápido como me sea posible.
El aún no deja de mirarme y yo tampoco lo he dejado de mirar. Sus ojos son marrones, su pelo negro y alborotado, es alto, bastante fuerte, de piel india, entre blanco y oscuro, con labios rosados y mandíbula firme.

De un momento a otro la chica a su lado le toma la mano y lo conduce hacia lo que parece ser su lugar de asiento. En ese transcurso ella me mira con ojos de desprecio lo cual hace que me sienta un poco incomoda.
Lo que si puedo notar es que es una chica muy linda. Tiene los ojos negros al igual que su pelo, es de piel morena, chaparra y con bonito cuerpo. Lo que me hace sentir inferior en todos los aspectos.

El GuitarristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora