Negó divertido con la cabeza.
-Llévenselo a una celda individual, está demasiado joven como para meterlo con los grandes.
-Gracias sargento, es usted muy considerado.
-No me subestimes jovencito -me aclaró -Ahora llévenselo.
Me empujaron un poco hasta tirarme dentro de una celda que contenía una cama, y a un costado un baño.
Miré a mi alrededor y maldije por lo bajo. Otra vez caí en este agujero, y esta vez necesitaba de un milagro para poder salir de aquí. Me senté en la cama y trate de calmarme, poniéndome como loco no voy a lograr nada.
Las horas comenzaron a pasar, y se me hacían interminables. Me puse a pensar cuantos años eran los que podía llegar a pasar en un lugar como este, y juro que llegué a desesperarme.
-Jeon, tienes visitas -me dijeron. Levanté la cabeza y vi como mis dos amigos se acercaban.
- ¿Qué hiciste JungKook? -preguntó YoonGi.
-Tenía que hacerlo -le dije.
-Pero ¿Acaso no te pusiste a pensar en las consecuencias? -esta vez habló JiMin.
- ¡No, maldita sea! -rugí, y me puse de pie -¡Ese maldito infeliz me buscó, y me encontró!
-Ese no es el problema ahora JungKook -dijo un serio YoonGi -El problema ahora es que tendrás un juicio y una sentencia. HoSeok, puede hundirte.
-Pues que lo haga, no me interesa...
-Ambos sabemos que si te importa JungKook...
-Si, tienes razón -solté un suspiro.
-Nosotros haremos todo lo que podamos, no estás solo en esto. Debo decirte que tú primo está como loco buscando un buen abogado. El condenado de verdad te quiere.
-Mi rubio primo, y yo que quería devolverlo por donde vino -dije nostálgico ante las palabras de YoonGi.
-Y otro que está que trepa las paredes es... TaeHyung.
-¿TaeHyung? -pregunté.
-Si -asintió -Le dijeron que habías golpeado a HoSeok, que él estaba en el hospital y tú que estabas preso, y lo primero que hizo fue preguntar por ti.
-Condenado... -musité.
Era por él que yo estaba aquí adentro, pero juro que no estaba arrepentido. Y juro que todas las cosas que le dije a HoSeok, fueron cosas que me salieron del alma. Cosas que deseo, cosas que imagino. Kim TaeHyung está metido en mi cabeza de una forma que no puedo describir.
[...]
La noche se me pasó lenta en aquel lugar. No pude dormir pensando en todo lo que podía pasar si no salía de aquí. De verdad tuve que haberme controlado... pero él, él me saco de quicio. Además, ¿Cómo logró saber todo eso? Alguien estuvo hablándole a aquel infeliz de mi vida. De eso estoy seguro.
Al día siguiente los guardias me dieron de desayunar y me dieron la noticia de que tenía una visita.
Vi como Yeom entraba con cuidado y con algo de asco miraba a su alrededor.
- ¿Yugyeom? ¿Qué haces aquí? -le pregunté. Él se acercó más a la celda.
-No sabes lo preocupado que he estado por ti.
-No hacía falta que vinieras Yugyeom -dije mientras me ponía de pie.
-A pesar de que quieras darme celos con el odioso de TaeHyung, yo estoy aquí... Y hablando de él, ¿Dónde está? ¿No era que tenían algo?
-Sí, sí lo tienen teñido -escuché la voz de Nam. Ambos nos giramos a verlo, no estaba solo. TaeHyung venía a su lado.
-Vamos Yugyeom, ellos tienen que hablar de sus cosas... o hacer cosas ¿me entiendes verdad?
