TaeHyung colgó el teléfono y se quedó parado dándome la espalda. Esperé a que se girara pero no lo hizo.
Me senté recto en la orilla de la cama.
— Hey, ¿Por qué no me miras? —le pregunté. Lentamente se giró a verme, con los brazos sobre su pecho... ¿cubriéndose? – Ouuuw, ¿ahora tienes vergüenza?
— No seas idiota... claro que tengo vergüenza... no es algo que haga siempre —refunfuño.
— Eres la criatura más hermosa que vi en mi vida, no hay de que sentir vergüenza.
— Mentira —contradijo.
— ¿Quieres que te lo demuestre? —le pregunté con una sonrisa de lado. TaeHyung rió y se acercó a la cama, acercó sus labios a mi rostro y depositó un dulce beso sobre mis labios.
— No, porque sé exactamente qué clase de demostración está pasando por tu perversa mente en estos momentos... ahora debemos levantarnos y bañarnos, y...
— ¿Bañarnos juntos? — la detuve. TaeHyung arqueó una ceja y se puso de pie.
— No, claro que no.
— ¿Por qué no? — pregunté con un leve puchero justo como un niño pequeño
— Porque no y ya. – contestó – Es tarde JungKook... por tu culpa ya no hemos ido a la Universidad...
— ¿Por mi culpa? Disculpa cariño, pero eras tú el que no quería parar anoche.
Hizo un gesto de indignación.
— ¡Claro que quería parar!
— ¿Seguro? – dije con tono seductor.
— Bueno, en realidad... no. Pero ese no es el tema ahora, Jeon JungKook, lo que importa ahora es que tú te bañas en ese baño y yo voy al de abajo.
— No, no, no espera –me puse de pie.
TaeHyung tapó sus ojos rápidamente al notar mi completa desnudez y giró dándome la espalda.
— ¡Cúbrete! — chilló. No pude evitar soltar una sonora carcajada.
— Mmm... parece que de verdad en el día te vuelves tímido —mientras musitaba cada palabra me iba acercando a TaeHyung.
— ¡No te me acerques! —advirtió. Sonreí y me acerqué más hasta tener su espalda contra mi pecho. TaeHyung se paró erguidamente.
— ¿Por qué?
— JungKook... no seas atrevido — susurró un tanto agitado.
— ¿Vas a dejar que me bañe contigo, precioso? – le pregunté y acerqué mi boca a su nuca, para comenzar a besarlo tiernamente.
— N...no — dijo con un poco de dificultad.
— Por favor — rogué y coloqué mis manos en su cintura para acercarlo más a mí.
— No y es mi última palabra Jeon — dijo firme y se alejó para comenzar a bajar las escaleras.
— ¡Esta bien! Tú te lo pierdes — grité y al segundo me tiré como peso muerto en la cama.
— ¡Levántate y entra a ese baño! ¿Me escuchaste? — y como si adivinara TaeHyung me habló desde el primer piso.
— No, no quiero —me quejé como un niño de 5 años.
— Será mejor que lo hagas —sonreí ante su forma burlona de llamarme así.
— ¿Qué pasa si no lo hago?