Abrí un ojo al escuchar un ruido proveniente fuera de la habitación. Frunciendo el ceño abrí el otro y me quedé quieto en medio de la gran cama. Giré mi cabeza para mirar al costado de mí y estaba vacía, TaeHyung no estaba.
— Jeon HyunBin, mi vida, ven aquí. Te dije que no corras más cerca de las escaleras... vas a caerte. Y no quiero que eso pase. —sonreí al escuchar la dulce voz de TaeHyung, esa era su manera de reprenderlo.
A veces el decirlo tantas veces es inútil, ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que le he dicho a TaeHyung que dejara de reprenderlo, HyunBin seguiría siendo todo un niño rebelde.
—No lo volveré a hacer. —ahí estaba otra vez HyunBin. No pude evitar sonreír, Bin era un pequeño demonio.
—YongHwa, mi amor, ¿puedes pasarme tu camiseta? —escuché unos pequeños pasos que pasaban por delante de la puerta.
—Aquí tienes— y volví a escuchar sus pequeñas pisadas.
—JiWoo, mi cielo, ¿ya estas lista?
— ¿Dónde está mi muñeca, papi? —esa era mi hermosa JiWoo quien preguntaba por su muñeca favorita con voz preocupada.
— ¿Te fijaste debajo de la cama?
— ¡Si! ¡Aquí esta! —rió contenta.
— ¿Ya están listos?
— Casi —dijo YongHwa.
— ¿Por qué se están poniendo tan lindos? ¿Eh?
— Lo que pasa es que queremos impresionar a la maestra de natación —contestó HyunBin.
Reí por lo bajo.
—Con que eso es. Ustedes dos son terribles, no puedo creerlo.
—Ya papi, tranquilo —lo calmó, quién habia heredado mi instrionismo seductor, YongHwa —Sabes perfectamente que tú eres nuestra persona favorita.
—YongHwa tiene razón —lo siguió mi otro pequeño —Tú eres él dueño de nuestros corazones. Las y los demás nada significan.
- OMG —resonaron las carcajadas de TaeHyung — ¿De dónde habrán sacado ustedes dos esas manía de comprarme con palabras bonitas?
—Tenemos un buen maestro —aseguró YongHwa divertido.
— Ya lo creo.
— ¿Papá no irá a trabajar hoy, papi? —preguntó HyunBin.
Ellos dos bajaron las escaleras.
— Papá está de vacaciones... hoy comienzan —contestó — Vayan bajando que el desayuno está listo. Mientras yo termino de peinar a su hermana.
— ¿Estás contenta de empezar la escuela?
— Si, pero tengo miedo —respondió JiWoo con su dulce vocecilla.
— ¿Miedo, mi cielo? ¿De qué?
— ¿Qué pasa si me pierdo en la escuela? ¿Cómo voy a volver?
—Tus hermanos van a cuidarte, no tienes que temer de nada princesa.
— No lo creo, ellos se la pasan babeando por la maestra de natación. Son unos bobos.
— Te van a cuidar, yo lo sé. Te aseguro ello pequeña.
Sonreí con ternura, mi pequeña es tan hermosa. Tan hermosa como TaeHyung. JiWoo es una copia exacta de TaeHyung, a diferencia que tiene mis ojos. Con cinco años de edad. Mientras que mis dos enanos son iguales a mí, con los ojos marrones de TaeHyung.
