—Por ahora no tengo ninguna intención de irme.
Se sirvió una pequeña porción de comida y se sentó frente a mí con su plato en mano.
Vi como miraba con cierto asco la carne frente a él. Con el cubierto, corrió un pedazo y se dedico a pinchar la verdura.
Reí por sus bobas acciones.
—¿Qué pasa?
Tomé un tenedor y nché un pedazo de carne y estiré mi mano para acercarlo a su boca. Arrugó la nariz y me miró implorando que no lo hiciera.
—Debes comerlo, o me veo en la obligación de que comas otro tipo de carne. -hablé en doble sentido.
—Dispuesto, estaría a hacerlo... —susurró, y clavó sus ojos en los míos y luego suspiró. —Vamos... no me hagas comer eso, voy a ensuciar todo mi organismo. Hasta tal vez me agarre una patada al hígado por comer esto, después de tanto tiempo.
—¿Qué te dijo el médico? —le recordé.
—Puedo sustituir eso por alimentos con fibra —dijo sin dejar de mirar asqueado la carne en mi tenedor —No me hagas comer eso.
—TaeHyung, los humanos estamos hechos para disfrutar de la carne.
—¿Si como un pedacito, ya no me harás comer más? —preguntó como un niño pequeño poniendo condiciones para comer sus verduras, en este caso... carne.
—Lo prometo —le afirmé.
Respiró profundamente y abrió apenas su boca para acercar la carne. Cuando estuvo dentro se quitó el tenedor. Dio un pequeño mordisco y frunciendo aun más el ceño quito la carne de su boca.
—No puedo, no puedo —dijo apunto de chillar como si de verdad tuviera 5 años —Esta viscoso y... puaj que asco. El solo hecho de pensar que un pobre animalito fue asesinado brutalmente para terminar en mi plato me repugna. No sabes lo mal que me sentí cuando tuve que cortar la carne en pequeños pedacitos...
Reí divertido y TaeHyung solo me miró entrecerrando los ojos.
—Oh eres increíble —dije sin dejar de reír.
—No puedo hacerlo. Simplemente no puedo.
—Está bien, está bien. Por lo menos come tus verduras.
—Sonaste como mi padre...
Volví a reír. TaeHyung realmente era divertido y tan único, espontáneo y natural. Tal vez yo podría estar pasando el peor momento de mi vida, pero estoy completamente seguro que solo TaeHyung sería capaz de sacarme una sonrisa en estos momentos.
Comimos entre risas y unas cuantas intensas miradas. Mirarlo era algo tan especial, juro que me daba paz. Terminamos y lo ayudé a lavar el poco traste que había.
—¿Seguirá lloviendo?
Hice un gesto con los hombros. TaeHyung se dirigió al ventanal, corrió las cortinas y vimos como la intensa lluvia caía pesadamente sobre la ciudad.
—Si, aun llueve —le dije acercándome a mirar un poco. TaeHyung abrió una de las puertas del balcón.
—Amo el olor a lluvia —musitó con los ojos cerrados y respirando profundamente.
—Y yo amo tu olor —musité inconscientemente.
Se giró a verme y pestañeó tiernamente con un leve sonrojo. —¿Vemos una película?
-Por qué no.
Volvió a la cocina y tomó dos pequeños potes de helado del refrigerador. Me entregó uno y me dio una cucharilla.
