YoonGi comenzó a seguir a NamJoon mientras le decía que no podía enojarse por algo como eso.
Reí por lo bajo al igual que SeokJin y JiMin.
—Se pelean siempre, pero a los dos segundos están como si nada hubiese pasado —susurró SeokJin divertido.
Mi celular comenzó a sonar. Detuve mi paso y lo busqué en mi mochila. Miré la pantalla y el número que aparecía era desconocido.
—Vamos Jeon, estamos por llegar tarde —JiMin habló.
—Vayan yendo —me alejé un poco para contestar.
-¿Hola?
-...
-¿Qué es lo que realmente quieres, maldita sea?
—Lo intenté, juro que lo intenté —su voz paralizó mi cuerpo, tenía un tono distinto —Pero no lo comprendiste y no me hiciste caso.
—Yo quise hacer las cosas por las buenas y tú me obligaste a hacerlas por las malas. Si tú no lo puedes dejar... está bien hijo... yo voy a ayudarte a hacerlo.
—¿De qué mierda estás hablando?
—¿Dónde está TaeHyung ahora, JungKook?
Mi corazón se detuvo en ese mismo momento. Solté el teléfono y comencé a correr lo más rápido que pude hacia la salida. La luz de afuera se veía lejana y yo sentía que mis piernas jamás iban a llegar hasta allí. Salí casi volando hacia el exterior y miré hacia donde estaba el estacionamiento.
TaeHyung salía del auto de lo más normal sin ningún tipo de preocupación.
—¡TaeHyung! —le grité. TaeHyung levantó la vista y me sonrió. Y entonces un auto negro salió de la nada y se detuvo a su lado. Unos hombres salieron de allí y colocaron sobre su nariz un pañuelo — ¡NO!
Corrí hacia ellos pero fue demasiado tarde. Se lo habían llevado.
¡Que alguien me despierte!
Esto debe ser una jodida pesadilla...
Esto no puede estar pasando...
En un intento desesperado intenté correr hacia donde se había dirigido el auto, fue imposible, ya se había alejado demasiado.
— ¡JUNGKOOK! —JiMin y SeokJin venían corriendo hacia mí — ¿Qué pasó?
—Se lo llevaron... —susurré mientras procesada todo lo que había pasado en tan sólo unos segundos. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
—¿TaeHyung?
—A TaeHyung...
—¿Qué? —musitaron ambos.
—Tranquilo, JungKook... vamos a encontrarlo. Necesitamos llamar a la policía—este era JiMin tratando de reconfortarme. -Debemos averiguar quién fue el que se lo llevo... lo haremos pagar por esto.
-Fue mi padre.
JiMin lo sospechaba pero no era capaz de decirlo en voz alta, ya que era un tema delicado para JungKook, solo asintió levemente.
JiMin estiró la mano para entregarme el celular que había tirado antes de salir corriendo. Lo tomé y sin pensarlo marqué el número de su celular, del maldito que quería arrebatarme lo más preciado que tengo por segunda vez.
— ¿Qué pasó, hijo? —preguntó al atender sin una pizca de remordimiento o culpa.
— ¡¿Dónde está TaeHyung maldita sea?! ¡Por tu bien no le toques ni un pelo porque juro que voy a encontrarte y acabar contigo! ¡Ya no eres mi padre! -grité como nunca lo había hecho, con los sentimientos a flor de piel.
