Serendipia - Madderton

CAPÍTULO 22: El pasado de Dicky.

POV: Richard.

Había sido una mala idea. Quién sabe de qué podían estar hablando en estos momentos o qué clase de interrogatorio le estaba haciendo mi madre. Seguía acostado y con los ojos cerrados pero me era imposible volver a conciliar el sueño debido a las circunstancias. Decidí coger mi móvil y escribirle a Taron.

Estaba empezando a ponerme nervioso. Decidí aprovechar que el baño estaba libre para ducharme. Mientras me secaba, como era más que obvio que pasaría, tocaron a la puerta. Me cubrí el cuerpo aún húmedo con el albornoz blanco que colgaba de la pared y salí para abrirles.

-Al fin se ha levantado el señorito.-celebró mi madre mientras entraba y plantó un beso en mi mejilla.

-¡EEEEEH!-gritó Taron al verme.-Buenos días dormilón.-extendió su mano derecha, que sujetaba una bolsa que parecía ser pesada, hacia mí para que le ayudase a llevarla a la cocina. Él estaba lleno de bolsas mientras que mi madre solo llevaba una. Estaba explotando al pobre chico.

-Podéis besaros y esas cosas que hacen los novios, no me voy a escandalizar.-expresó mi madre observándonos por la ventana de la cocina.

-No nos gusta hacerlo delante de la gente.-agregué yo.-¿De qué te ha hablado?-susurré.

-Prefiero guardar esa información para mí.

-¡Taron!

-Coge la bolsa y cállate, pesa mucho.-movió su mano para hacerla más evidente.

Colocamos toda la compra, que no había sido poca, y me dieron permiso para ausentarme unos segundos y vestirme.

POV: Taron.

Lo de ir de compras con mi suegra falsa no había sido tan incómodo como creía que podría ser. Estuvimos hablando básicamente de Richard, de las travesuras que hacía cuando era bebé, de lo poco que dormía y lo mucho que comía, de sus excelentes notas en secundaria y su graduación en el Conservatorio Real de Escocia, la cual se perdió por culpa de su trabajo. Me enseñó algunas fotos de él cuando era pequeño, con 13 o 14 años. Ni siquiera podía reconocerlo.

También me estuvo hablando de lo mal que llevaba las escenas, cito textualmente, subiditas de tono en las que su hijo tenía que mostrar partes de su cuerpo que no debería. Es decir que, cuando viese Rocketman, si su hijo no le avisaba de la escena que había en la película, se levantaría de la butaca del cine y saldría de la sala, indignada. Cuando Richard me escribió por si necesitaba ayuda, ella estaba hablándome de su marido y de que no sabía cómo se tomaría el hecho de que Richard fuera gay. "Bisexual", la corregí. Sabía todas las novias que había tenido Richard hasta ese momento, al menos las que había hecho públicas y sabía que aún seguía sintiéndose atraído por las mujeres. Pat también me hizo preguntas sobre mi vida privada. ¿De dónde vienes?¿Qué piensas hacer en un futuro?¿Eres bisexual también?¿Cómo se llama tu madre? Esta última no tenía mucho que ver con las demás, supuse que se le estaba acabando el repertorio.

Cuando llegamos a casa, el moreno nos recibió en albornoz y, por fin, se veía espabilado. Pat nos incitó a besarnos y cómo me hubiese gustado hacerlo pero... Richard dijo que no, que nos daba vergüenza hacerlo delante de la gente. Él siempre tan perfecto y fiel y yo aquí, muriéndome de ganas por probar de nuevo sus...

-¡Taron, cuidado!-estaba derramando el agua por toda la encimera.-¿Qué piensas que te tiene tan ocupado?-preguntó él.

-Nada, nada, pensaba en cómo volveremos a dormir hoy. Quizá podríamos cambiar de lado para que no estés todos los días al borde del sillón.

-Luego discutimos ese tema. Ahora céntrate y llena otro vaso de agua para mí.-pidió.