CAPÍTULO 19: Tocar antes de entrar.

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Me incorporé y crucé el salón para llegar al gran pasillo en el que se encontraba la puerta hacia la habitación de mi amigo. Cuando llegué a ella, la abrí sin siquiera avisar de que iba a hacerlo. Por suerte o por desgracia, Richard estaba desnudo en el interior y yo me quedé de pie, observándolo mientras mis mejillas se tornaban color carmesí.

-T-taron... ¿Me das un segundo?-él también se había sonrojado y, ahora, cubría sus partes íntimas con ambas manos.

-Rich... Lo siento.-salí de la habitación, cerrando la puerta rápidamente. Unos segundos después, salió él.

-T, podrías tocar a la puerta para evitar este tipo de situaciones.-me pidió entre risas.-¿Qué querías?

-D-desayunar... Richard, lo siento, yo no quería... Bueno, está claro que no quería pero...

-Ya, deja de disculparte.-se introdujo en la cocina.-¿Café?

-Por favor.-aún sentía cómo ardían mis mejillas.

-Tardará un minuto.-se aproximó a mí.-¿Qué tal has dormido?

-B-bien, pasé un poco de frío al principio pero me acostumbré.

-Lo vi, yo te tapé por la mañana.

-¡Oh! Gracias, todo un detalle de tu parte.-le besé la mejilla en señal de agradecimiento.

-Esta noche te toca la cama a ti.-avisó y fue a comprobar la cafetera.

-¿Y tú?

-En el sofá, eres el invitado, tengo que consentirte.

-No, duerme tú en la cama. No he venido a tu casa para echarte de tu habitación.

-Bueno, si no te molesta... Podemos dormir juntos. La cama es grande.-propuso mientras cogía dos tazas y servía el café.

-Me parece bien.-acepté.

-Aquí tienes.-me acercó la taza.-¿Qué vamos a hacer hoy?

-Enséñame Los Ángeles.

-Taron, nos perderíamos, lo único que conozco de la ciudad es el supermercado que hay en la esquina.-ambos reímos.-Es Brandon el que conoce la zona.

-Bueno pues... Háblame de Brandon.

-¿De verdad has viajado tantos kilómetros para que te hable de mi novio?-asentí mientras sorbía el líquido que contenía el recipiente de cerámica.-Nos conocimos hace bastante, tres años o así. Él salía con Sam Smith así que quedamos solo como amigos. Un par de días antes de nuestras vacaciones, me propuso que fuésemos de fiesta y surgió la chispa.

-Qué intenso.-me burlé.

-Es mejor que nada.-sonrió.

-La verdad es que no vine por eso...

-¿Entonces...?

-Quiero que me digas que pasó la última noche que estuvimos juntos en Londres, no me acuerdo de nada.

-¿De nada?

-Nada.-confirmé.

-Taron.-se rió.-Me pediste que te besara.-sus mejillas volvieron a enrojecerse.

-¿Yo?¿Lo hiciste?

-Sí.

-¿Cómo fue?-pregunté curioso.

-¿De verdad no te acuerdas?

-Te prometo que lo he olvidado todo.

-Pues no sé, fue un beso normal.

-¿Dije algo más?

-No... A ver el beso no lo pediste tú.-admitió finalmente.

-¿Fuiste tú?

-No, fue tu perro, él quería que nos besáramos.-añadió sarcásticamente.

-Este Rocky... -me reí.

-No sé por qué lo hice, de verdad.

-¿Te gusto?-pregunté sin tapujos. Richard miró hacia otro lado, rompiendo el contacto visual.-¡Rich, responde!-pero entonces, tocaron al timbre.

Serendipia - MaddertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora