Serendipia - Madderton

CAPÍTULO 29: A mi lado.

Justo antes de que se cerrara la puerta del ascensor, una mano hizo que se volviese a abrir. Llevaba un traje gris cuya chaqueta cubría una camisa negra estampada. Qué bien le quedaba aquel conjunto... Y todo lo que se pusiera, para qué engañarnos. Elton me dirigió una mirada de complicidad adornada por una sonrisa y David le imitó. Jamie, por el contrario, observó a Richard entrando en el estrecho espacio con cara de pocos amigos. El corto trayecto que nos llevó desde la primera planta hasta el hall lo pasamos en silencio. Una vez en la planta baja, todos salimos como una avalancha. Fuera ya se encontraban Bryce, Kit, Dexter y la mujer de este último.

-T, ¿salimos juntos?-propuso Richard acercándose.

-Creo recordar que te dije que tenía novia...

-Taron, a la alfombra, que si salimos juntos a la alfombra.-bajó la cabeza y comenzó a reírse, provocando que mis mejillas adquirieran un suave tono rojo.

-Perdón, lo entendí mal.-le dediqué una sonrisa de incomodidad.

-¿Aceptas?

-Sí, claro, por qué no querría salir contigo... a la alfombra.

-No lo sé, antes parecías molesto.-parecía arrepentido de lo que había hecho.

-No podría durar más de dos segundos enfadado contigo, Rich.-le guiñé el ojo.-Le perdonaría cualquier cosa a mi Dicky.

-Por favor, no empieces a llamarme así de nuevo.-tenía las cejas enarcadas.

-¿Te molesta?

-Sí.

-Pues seguiré haciéndolo.-me reí y le di un beso en la mejilla cuando se cruzó de brazos fingiendo enfado.

Los brazos de Dexter se posaron sobre nuestros hombros y se colocó entre ambos.

-Niños, dejad de pelear o de hacer lo que quiera que estéis haciendo, ¡es vuestro momento! Salid ahí con vuestra mejor cara y lucíos.-ordenó.

-¿Nosotros los primeros?-pregunté preocupado, estaba nervioso.

-¿Tienes miedo, Taroncito?-preguntó mi co-star.

-Mucho...-susurré.-¡Vamos allá!-cogí a Richard de la mano y nos aproximamos a la puerta.

-Todo saldrá bien, tranquilo. Voy a estar a tu lado en todo momento.-nos abrazamos y, tras separarnos, abrimos la puerta del hotel.

Cientos de flashes y cámaras empezaron a sonar. Notaba muchísimos ojos posados en mí, en nosotros. Y aún ni habíamos llegado a la alfombra. Anduvimos abriéndonos paso entre la multitud, todos con nuestras gafas de sol puestas impidiendo que los rayos del sol o las luces nos molestaran.

Por fin llegamos a nuestro destino. Nos pusimos en fila y posamos de diferentes maneras ante los fotógrafos. Llegó un momento, cuando me relajé, en el que dejé de sentirme tan observado.

-¿Ves como no era para tanto?-me dijo Richard elevando la voz para hacerse escuchar entre el ruido.-Te tendrás que acostumbrar a esto.-me miró a los ojos mientras me rodeaba con una de sus manos.-Taron, sé que vas a llegar muy lejos como actor y como persona.-sonrió.

-Tú también lo harás y espero que sea a mi lado...

-¿Qué? No te he escuchado bien.

-Que tú también llegarás alto, Dicky.

-Espero compartir más alfombras rojas contigo.

-Técnicamente, aquí no hay alfombra.

-Cierto, no la hay.-ambos nos reímos.-Pero me has entendido.

-Sí, lo he hecho. Oye, ¿cuánto tiempo tenemos que estar aquí de pie?

-Hasta que Dexter diga supongo, él manda. ¿Te han dicho lo que quieren hacer después?

-¿Lo de la playa?-el moreno asintió.-Sí, ¿vas a venir?

-Si vas tú, sí.

-¿Esa es tu condición?

-¿Vas o no?

-Iré por ti, no quiero que te quedes encerrado toda la noche en tu habitación.

-Perfecto.

Continuamos un rato más allí parados, hablando unos con otros hasta que se fue la luz natural. Después de dar algunas entrevistas cortas, volvimos todos al hotel.