Serendipia - Madderton

CAPÍTULO 25: Take me to the pilot.

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Tomé el mando de la situación y le hice girar para quedar yo encima. Caímos al suelo pero no nos importó, no nos frenó. Seguimos besándonos apasionadamente, con todo el deseo acumulado que ambos teníamos por el otro. Me senté sobre sus piernas para comenzar a desnudarme. Una vez que tuve el torso descubierto, me deshice de su camiseta también.

Continuamos besándonos algunos segundos más antes de desnudarnos por completo. Nunca había sentido lo que sentía en esos momentos con ninguna de las chicas con las que había estado, era algo completamente diferente. Sabía que lo que estábamos haciendo no estaba bien pero me daba igual y juraría que a él también. Moví mis labios hacia su cuello y, más tarde, hacia su hombro, el cual mordí. Escuchaba su respiración profunda y acelerada mientras volvía a besarle el cuello. Con movimientos algo bruscos, me introduje dentro de él, provocando un gemido a un volumen demasiado elevado. Cruzó sus piernas para atraparme entre ellas y esto me anunció que le estaba gustando. Seguí moviéndome de delante hacia atrás un buen rato mientras nos besábamos. Acabamos prácticamente a la vez y yo me eché hacia el suelo cuando desenlazó sus piernas. Me quedé allí tumbado, boca arriba e intentando recuperar el aliento. Su cuerpo se giró hacia mí y puso su cabeza en mi pecho antes de quedarse dormido.

***

-¡Taron!-me despertó el moreno.-¡Venga, despierta!

-Déjame dormir un poco más y no grites, por favor.-pedí dándome la vuelta.

-No, Taron, despierta ya y vístete.

-¿Por qué?-por fin abrí los ojos. Se veía estresado.

-Te tienes que ir ya.

-¿Qué?

-Taron... Brandon viene a casa ya y nosotros... Tienes que irte.

-¿Vas a seguir con él?-pregunté con el ceño fruncido, creía que lo de la noche anterior había sido especial para él también.

-Claro que voy a seguir con él.-mis ojos se humedecieron y me levanté rápidamente del suelo.-Taron...-salí del salón, cogí ropa de mi maleta y me encerré en el baño rápidamente. Él tocó a la puerta.- ¿Quieres que hablemos?

-No.-contesté fríamente.

-¿Seguro?-sequé la lágrima que se me había escapado y abrí la puerta, casi completamente vestido.

-Seguro.-salí del baño poniéndome la camiseta y fui a su habitación para preparar mi maleta.

-Te llevo al aeropuerto.-dijo apenado.

-No, voy a coger un taxi.-cerré la maleta con facilidad y la bajé de la cama. Cogí mi móvil y fui a la entrada de la casa.

-¿No... No te vas a despedir de mí?-preguntó aún desde la puerta de su habitación.

-Adiós.-abrí la puerta y salí, sin esperar su respuesta.

Bajé en el ascensor y salí a la calle. En la esquina, donde estaba el supermercado, me giré y observé el portal del que había salido, como esperando que él apareciese por allí para pedirme que me quedase. Pero no lo hizo. Levanté la mano cuando vi un taxi y me subí en él, dejando mi equipaje en la parte trasera. Condujo hasta el aeropuerto, donde pagué la tasa que debía. Entré para comprar el billete de vuelta a Londres. Hasta las 19h no salía el avión y tan solo eran las 10 a.m. así que me fui a los asientos de la terminal a esperar a que fuese la hora de despegar. El lugar comenzó a llenarse de gente y, para evitar que me reconocieran y vieran el mal aspecto que estaba seguro de que tendría, me puse las gafas de sol y una gorra, así pasaría desapercibido.