-Tranquilo, Taron, no va a ser el único beso que nos demos.-mi cara fue un poema en ese momento.-Por la película, estúpido.
-Sí, sí, lo sabía...-me sonrojé.
-Taron...-dijo Jamie aún borracho.-¿Te gusta Richard?
-Creo que ya es hora de dormir, compañero.-propuso Richard levantándose y tendiéndole la mano al rubio para ayudarle a hacerlo también.-¿Dónde lo llevo?
-Venid.-los dirigí a una de las habitaciones libres.-Aquí puede quedarse uno, el otro que se quede en la mía. Dormiré en el sofá.-antes de decir esto, Jamie ya estaba echado sobre la cama ocupándola entera y en un sueño profundo.
-No hace falta que duermas en el sofá, ¿tu cama es muy pequeña?
***
Desperté debido al fuerte dolor de cabeza que había provocado el sonido de un golpe procedente de la habitación donde había dormido. Mire al lateral del que procedía el ruido y encontré a Richard en el suelo con cara de no saber muy bien qué estaba pasando.
-¿Te has caído?-pregunté confuso.
-Sí, creo que sí.-dijo tocándose la cabeza.
-¿Te duele? Tengo ibuprofeno.
-Necesitaré un poco de eso.-sonrió.
Me levanté de la cama y salí de la habitación. Me asomé al lugar donde seguía durmiendo el rubio para comprobar que estaba todo en orden. Después, fui al salón y abrí el mueble donde estaban las pastillas. Saqué dos, llené dos vasos de agua en la cocina, me tomé una de las pastillas y volví a la habitación con el vaso y la restante.
-Creo que me voy a ir a casa ya, debería descansar para dar todo de mí mañana. Y tú también deberías de hacerlo.
-¿Qué hago con él?-pregunté refiriéndome a Jamie.
-Si crees que no te matará, despiértalo. Si piensas que podría ser peligroso, déjalo durmiendo y ya te despertará él.
-Optaré por la segunda opción. Nos vemos mañana, pasaré a recogerte también.
-Vale, gracias, nos vemos.-me abrazó y atravesó la puerta, cerrándola a su paso.
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Serendipia - Madderton
FanficSerendipia. (s.) Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. *** Todo comenzó con un papel en una película más que añadir a mi filmografía. Un hecho insignificante cambió nuestras vidas para siempre...