CAPÍTULO 18: Entre sueños.

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-Ahora dormirás en el sofá y cuando Brandon se vaya, te dejo a ti la cama.-me dijo Richard mientras su novio preparaba algo de comer.

-¿Se va?-pregunté extrañado.

-Sí, por trabajo.

-¿Cuando vuelve?

-El fin de semana que viene, se queda aquí unos día y el martes vuelve a irse.

-Podrías volver conmigo a Londres mientras él no esté.

-No, tengo que quedarme aquí. Pero agradezco tu invitación.-me sonrió y yo me derretí por dentro. ¿Qué me había pasado?

-Toma.-Brandon trajo un plato con un sándwich para mí.-Y vámonos a dormir, cielo.

-Ve tú, ahora voy.-le pidió el moreno y el otro obedeció.-¿Qué tal la película?-preguntó sentandose y palmeando el sofá para que repitiera su acción.

-Muy bien.-dije ya con la boca llena.-Rich tendrías que ver a Matthew actuar, es tan lindo.

-Me lo imagino.-sonrió.-¿Solo quedais tú y los niños?

-No, Bryce también tiene escenas aún.

-Ah, cierto, lo olvidaba.

-¿Cómo te va a ti?

-Muy bien, muy bien. Me aburro un poco mientras él trabaja pero bueno. Ya encontraré yo algo.

-¿Estás preparado para las entrevistas, la premiere, las galas...?

-La verdad es que sí, ¿y tú? Te llevarás la atención de todas las cámaras.

-Lo sé y no me agrada mucho la idea pero es lo que hay.-sonreí nerviosamente, no me gustaba tener a tanta gente pendiente de mí.

-Tranquilo, voy a estar ahí apoyándote.-apoyó su mano en mi antebrazo.

-Richard, creo que es mejor que me vaya ya a dormir, estoy muy cansado.

-Eeeh... Sí, claro, buenas noches, T.-me despeinó a la vez que se levantaba y yo me levanté con él.

-Buenas noches, Rich.-le di un beso en la mejilla antes de volver a sentarme en el sofá y echarme hacia atrás para intentar dormir.

Al salir de la habitación, el moreno apagó la luz dejándome en penumbras. No me dormí instantáneamente, tardé algunas horas en hacerlo pensando en lo que debía hacer al día siguiente. ¿Debería confesar mis sentimientos o seguir ocultándolos por más tiempo?¿Y si, por esta tontería, él dejaba de hablarme y nos distanciábamos? No dejaba de darle vueltas al tema hasta que mis ojos no pudieron más y se rindieron. Se cerraron y me dejaron caer en los brazos de Morfeo. A la mañana siguiente, los rayos de sol pegaban en mi cara pero, pese a eso, no me desperté. Escuché las voces de los otros dos chicos, probablemente se estaban despidiendo ya porque el más joven abandonaba la casa. Pero tampoco abrí los ojos entonces. Richard entró en el salón, se quedó un tiempo de pie, observando como dormía, y se acercó a la ventana para correr las cortinas y permitirme dormir sin interrupciones. También me arropó con una sábana fina, en su piso hacía mucho frío. Después, volvió a su habitación y no supe de él hasta que me desperté.

Serendipia - MaddertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora