Capitulo diesiciete

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Las amo, bye.

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Louis

Necesitaba salir cuanto antes de ese maldito lugar, juro que si pasó cinco minutos más aquí mi cabeza volara en pedazos pero primero me encargaré de que la primera cabeza que vuele sea la del idiota de Stefan, treinta minutos habían pasado luego de la discusión con Leah en el cuarto de baño, estuvimos platicando con algunos de sus amigos y todo iba muy bien hasta que el apareció y comenzó a hacer comentarios halagadores a Leah.

—Bueno, yo creo que deberíamos brindar por que la hermosa Rosalie está de vuelta —soltó vanidoso y sentí rabiar, yo trataba de contenerme para no armar una escena pero juro que si este tipo no cierra la maldita boca por si solo yo le enseñare como hacerlo.

—Brindemos —solté burlándome y como si no me importara, Leah me dirigió una mirada de confusión y le guiñé un ojo.

—Por supuesto amor —sonreí mientras Stefan tensaba la mandíbula. Todos los presentes del círculo de amigos de Leah levantaron sus copas y brindamos.

— ¡Rosalie, querida! ¡Hace tanto tiempo que no te veía! Por poco creí que ya no estabas interesada en mi hermano pero ya veo que si —chilló una chica en los oídos de Leah y dándole un abrazo que no lució nada cómodo, yo simplemente me desconcerté por su comentario y por que no sabía de quien se trataba.

—Fanny —masculló Leah.

—Apuesto a que lo primero que has notado en ella es que sigue tan hermosa y radiante como siempre ¿verdad hermanita? —Escupió Stefan bebiendo un poco de su copa y tensé la mandíbula. Esto explicaba lo molesta que es la chica.

—Pero claro, siempre ha sido hermosa ¿no recuerdas la primera vez que la conociste? No paraste de hablar de ella por todo un mes —se carcajeó de una manera tan molesta y Stefan sonrió victorioso, Leah me miró nerviosa y yo simplemente me quedé callado tratando de controlar mis emociones, sabía lo que estos dos trataban de hacer y no caería en su juego.

—Claro que no podía dejar de hablar de ella, ¿ustedes piensan igual que yo? Ella es preciosa —todos asintieron como si les pagasen por ello, nadie decía nada, dos parejas se retiraron y solo quedábamos Stefan, Fanny, Leah y otra pareja.

—Claro que lo es, tanto por fuera como por dentro —solté calmado y sin perder los estribos, Leah intentó sonreír pero sabía lo incómoda que se sentía.

—Cualquiera podría enamorarse de sus encantos.

—Pero ella no podría enamorarse de cualquiera —mascullé casi antes de que alguien pudiera hablar.

—Disculpa ¿quién eres tú? —Hablo la hermana del idiota.

—Louis, el novio de Leah —abrió los ojos como platos y miró a Stefan.

—Oh, no lo sabía.

—Lo he notado —contesté frío.

—Bueno, será mejor que nos vallamos, ya es tarde —soltó Leah y tomó mi mano.

— ¿No te vas a despedir de mi? —Stefan se estaba ganando un premio.

—Adiós Stefan —nos despedimos de algunas personas lo más rápido que pudimos hasta lograr salir de ahí.

Leah

Al fin en casa, no más Stefan por el día de hoy.

—¿Estás bien? —Pregunte cerrando la puerta de mi habitación mientras el se sentaba en la silla que había junto a mi escritorio.

—No lo se —soltó una bocanada de aire y pasó una mano por su cabello, sabía que no se sentía bien y todo era por mi culpa. Me acerque a el y me agache para encontrar su cara que estaba mirando al suelo.

—Mírame —posé mi mano en su barbilla y levanté su rostro para que pudiera verme—. Se que no estás bien, se que es mi culpa y me siento muy mal por eso pero quiero que confíes en mi ¿si?

—Lo hago —suspiro tomándome de las manos para después sentarme en su regazo-, solo que no puedo evitar sentirme así, hay muchas cosas que están en mi contra empezando por tu madre y no quiero causarte problemas.

—Hey, mi madre no es nadie, sabes que me importa poco lo que opine por que no puedo hacer lo que ella quiera, esta es mi vida contigo y ni ella ni nadie tiene palabra sobre ello —acaricié su mejilla y llevo mi mano hasta su boca dejando un beso en ella.

— ¿Puedo quedarme contigo esta noche? —Preguntó tierno.

—Sabes que no necesitas pedírmelo, ven vallamos a la cama, ya es tarde y debemos descansar, en el closet hay un par de prendas que olvidaste el fin pasado.

—Leah.

—¿Si?

—Te amo —sonrió débil.

—Yo te amo más —me lancé en sus brazos y lo besé—, desearía nunca dejar de besarte pero debo darme un baño rápido.

—Está bien, te esperaré —sonreí y caminé hasta el cuarto de baño.

Louis

¿Acaso podría ser más perfecto este momento? No, ahora era cuando, sabía cuanto deseaba ella este momento y yo estaba tan nervioso pero lo haría de todas formas. Me apresuré por el ramo de flores que le había dado por la tarde, corrí a mi auto por un par de velas que había guardado en la parte trasera acompañadas de dos copas de cristal y una botella de vino, al llegar a su habitación cerré con llave, deshice las rosas suficientes para llenar su cama con pétalos de ellas y llene ambas copas con vino, acomode las velas en su escritorio asegurándome de que nada fuera a quemarse y provocara un accidente , me senté en la silla en que anteriormente me encontraba y esperé a que el sonido de la regadera dejara de escucharse para apagar la luz.

— ¿Louis? —Pregunto asustada y encendí ambas velas para iluminar la habitación.

— ¿Qué sucede bebe? —Pregunté acercándome a ella lentamente.

— ¿Tu has hecho todo esto? —Noté su sonrisa a pesar de la poca luz que había en la habitación.

—Si —murmure en su oído y rodee su cintura con mis manos—. ¿Te gusta?

—Me encanta ¿eso es vino? —Su voz temblaba y sabía que estaba nerviosa.

—Si ¿quieres un poco?

—Por supuesto.

Le di una copa y tomé la otra, platicamos unos minutos mientras bebíamos vino y reíamos de cosas que nos habían pasado últimamente, bebimos más de la mitad de la botella y por suerte ambos estábamos conscientes, había perdido la noción del alcohol y no quería que su primera vez fuera estando ebria.

—Deja esa copa ya y ven aquí —solté de inmediato y la tome por la cintura acercando lo más que pude su cuerpo al mío provocando que un gemido saliera de su boca-. No quiero que vuelvas a pensar que no eres suficiente para mí, así que en este momento voy a hacerte saber lo mucho que te amo y te deseo.

Nothing It's ComplicatedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora