Capitulo cuatro

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—Bueno Louis, yo soy Leah.

Louis

Júramelo. Tu nombre lo se desde que supe que existías.

—Lo se —dije con una voz poco audible.

—Bueno, yo venía a disculparme por lo de hace rato, todo fue por mi culpa, me siento muy mal, de verdad lo siento, Chris...

— ¿Es un salvaje? —Termine su oración.

—Si —murmuró apenada.

—No tienes por que disculparte, la culpa no ha sido tuya si no de el, creo que no lo han enseñado a respetar a las damas.

—Por mi culpa tuvieron que hacerte esas puntadas, además mira tus gafas están rotas.

—Eso no es problema sabes, solo comprare unas gafas nuevas y listo, y esto —señale mi ceja en donde tenía la herida— ya oíste a la Señorita Rob, sanará en cuatro días, no te sientas culpable, hice lo que tenía que hacer, ese tipo tiene que respetarte —dije amablemente y ella me miro de una manera tan tierna y dulce a la vez, las miradas de Leah era únicas, eran inexplicables, tan suyas.

—Que lindo eres —dijo sonriendo y juro que sentí que me estaba desvaneciendo.

Me quede ido por unos momentos en los cuales traté de asimilar si realmente esas palabras acababan de salir de su boca o solo estaba agonizando por que el golpe me había provocado alguna contusión y estaba despertando de un desmallo. Que lindo eres recordé y al instante logre salir de esa burbuja en la que me encontraba atrapado al sentir una cálida mano recorrer mi mejilla.

—Louis ¿Estás bien? ¡Louis!

—Lo siento —sentí mis mejillas calientes y de inmediato se hizo notable un tono rojizo en mis mejillas, traté de ocultarme pero fue imposible, ella soltó una risita.

—No lo sientas —esbozó una linda sonrisa. Me levante de la camilla y me agache para tomar mi mochila.

—Bueno, creo que iré a esperar a Harry, no falta mucho para que acabe la clase —me acerque a la puerta y tome la perilla.

—Oye —debo estar soñando, pensé.

— ¿Si?

—Gracias... Otra vez —dijo tímida.

—Por nada —sonreí.

—Nos vemos luego.

—Cl... Claro —idiota, me dije a mi mismo por haberme trabado.

Leah

La señorita Rob salió de la enfermería y logre agradecerle a Louis lo que había hecho por mí, pasamos un buen rato hablando de lo mismo y yo seguía disculpándome, al poco tiempo tomó su mochila, se despidió y salió por la puerta, yo hice lo mismo. Al salir mire a mi alrededor y a lo lejos divisé a Annie.

— ¡Annie!

—Leah ¿qué pasó? ¿Pudiste ver al amigo de Harry?

—Si, me he disculpado por el altercado.

— ¿Y acepto tus disculpas?

—Si, se ha portado muy lindo conmigo.

— ¿De verdad? Vamos dime que te ha dicho —decía impaciente.

—Solo que no tenía por que disculparme por que no ha sido mí culpa, que el culpable ha sido Christian por que debe enseñarse a respetarme.

—Valla.

—Iba a invitarle un café como agradecimiento pero me ha dado pena decirle.

— ¿Por qué? Solo debías decírselo.

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