A prince for the Olympus • Emiliaco

Capítulo 3 • Edrielle y el prisionero

La cena acaba de concluir, alrededor de la fogata se encontraban reunidos todos los hijos de Dioses y Diosas que habitaban el campamento. Al parecer todos estaban sumidos en su propia plática.

- ¡Atención guerreros! - habló Hércules con la voz gruesa. - Agradezco a todos por la bienvenida tan gloriosa que han preparado para mí y como saben, mi vida se basa en ir y venir, estar de un lado para otro, de librar batallas cada día para conservar la paz que la tierra necesita. - al decir esto último todos aclamaron vitosiosos. - Y la noticia que tengo que darles es esta... - hizo una breve pausa. - Seguro que todos conocen el Laberinto de Creta.

- El mismo que creó Dédalo para encerrar al Minotauro - dijo una chica alta, hija de Ares.

- Exactamente. Bueno, los monstruos que alberga ese lugar son un peligro para la sociedad que conocemos.

- Pero nadie ha entrado ahí desde hace décadas - exclamó un guerrero

- Eso creíamos - soltó Hércules

- Nos acaba de llegar un reporte de que la misma Diosa de Egipto, Cleopatra, encontró la manera de abrir una entrada y por medio de engaños está incitando a los mundanos a entrar en él. Es una misión altamente peligrosa, pues no se puede cerrar la entrada al laberinto desde afuera. Es preciso entrar en él y llegar al corazón. - dijo Joaquín mientras analizaba los rostros de todos los presentes.

- ¿Alguna idea de por qué Cleopatra está haciendo esto? ¿Quiere apoderarse del Olimpo? - preguntó Aron, un chico hijo de Hades.

- Es una historia complicada, pero te aseguro que sus planes no son de conquistar la Tierra o algo mayor. Solo es un capricho. - contestó Joaquín frío.

- Muy bien. Ray me ha pasado algunos pergaminos con las habilidades de todos ustedes y su desempeño durante los últimos días. No iremos muchos puesto que queremos evitar pérdidas innecesarias. - explicó Hércules

- ¿Cómo llegarán al centro del laberinto? ¿Tienen acaso el hilo de Ariadna?

- Tenemos algo mejor - Joaquín miró a Hércules y sonrió

- Para esta misión será vital emplear la fuerza, por eso necesito a Luna (hija de Ares), Aron (hijo de Hades) y Joseph (hijo de Artemisa).

Los tres chicos se levantaron y caminaron alegres al lado de Hércules. Los demás semidioses gritaban y aplaudían a sus compañeros.

- Al igual, serán requeridas las habilidades de una veela - exclamó Joaquín sereno.

Una veela es una criatura mitológica parecida a las ninfas. Se cree que son una especie de hadas que se han originado de espíritus de mujeres, aunque también existen un par de hombres veela. Por lo general aparecen como una mujer hermosa, con cabello rubio platinado.
Estas criaturas son guerreras feroces; ellas pasean en caballos o ciervos cuando cazan con sus arcos y flechas, y matarían a cualquier hombre que desafía o rompe su palabra.
Se divierten atrayendo a jóvenes mundanos a través de sus encantos y sus voces angelicales, muy parecidas a las de las sirenas. Son traicioneras para los humanos, pero muy fieles a los Dioses Olímpicos.
Tienen habilidades proféticas y son curanderas por naturaleza.

- ... Así que Edrielle, vendrás con nosotros - concluyó Joaquín.

- Sin más que decir, semidioses preparen sus armas y lo que vayan a necesitar para la misión. Nos vamos mañana a primera hora - explicó Hércules. Seguido de esas palabras caminó hacia su cabaña y se encerró.

- Joaquín, les prepararemos unas cuantas provisiones para el viaje - ofreció un hijo de Démeter.

- Gracias, es indispensable llevar algo que comer - dijo Joaquín. - Ahora si me disculpas tengo que ir a arreglar unos asuntos.