Era una mañana fría, Joaquín había despertado temprano debido a una acalorada discusión que tenían en el inframundo. Bajó con cuidado las escaleras y escuchó de lo que se trataba.
- Es peligroso, no debería hacerlo - esa era la voz de Atenea
- No puedes negarle nada al chico, es inteligente y es su derecho decir si quiere hablar con él o no - Hades trataba de calmarla
- Estamos al borde de una guerra, una decisión mal tomada podría afectarnos a todos
- Tú lo escuchaste ayer, él puede encargarse de está situación; de hecho es el más indicado para hacerlo, me sorprende incluso que no lo quieras dejar salir
- ¿Dejar salir a quién? - pregunté cómo si no entendiera de quién están hablando cuando es lógico que se trata de mi
- Verás Joaquín...
- Emilio está afuera, justo en la entrada principal del Inframundo - interrumpió Hades
No esperé a que continuarán con su relato, tenía que verlo, tenía tantas preguntas que hacerle que ni siquiera me importó si tenía con él un ejército. Escuché a Atenea gritarme pero no me giré en ningún momento. Salí corriendo hasta donde se suponía que estaba Emilio, era difícil llegar hasta allá pero lo hice en el menor tiempo posible.
Al salir del Inframundo una melena de rizos estaba expectante mirando hasta mi dirección; debo admitir que la imagen que vi no me la esperaba. Llevaba consigo un traje de batalla, una espada envainada y sus músculos parecieron haber crecido en tan solo unas horas, no me lo podía creer.
- ¿Cómo te atreves a presentarte aquí? - susurré. No sabía que sentir, estaba feliz de verlo a salvo pero al mismo tiempo me enojaba recordar lo que había hecho
- Buenos días para ti también Joaquín - contestó. Su voz me transportaba paz, lo cuál era totalmente ilógico en esta circunstancia.
- Emilio - tomé una respiración profunda, tratando de calmar mis impulsos de ir y abrazarlo - ¿qué hiciste?
Su rostro inescrutable se volvió más dulce, pero solo por unos segundos, parece que al igual que yo, estaba en una batalla con él mismo.
- Busqué lo que necesitaba Joaquín... Respuestas
- Respuestas que yo te hubiera dado sin necesidad de sacar a los titanes del inframundo - exclamé enojado
- No lo entenderías Joaquín - dijo. Se veía nervioso
- ¿Qué es lo que no entendería? - traté de sonar calmado pero no pude
Emilio me miró directamente a los ojos. Ya no había una pizca de dulzura en ellos, podría jurar que si las miradas mataran, yo ya estaría bajo tierra
- ¿Qué no entenderías? - preguntó irónico - Mírate, eres el hijo perfecto, el Dios perfecto, al que todos aman y desean, no creas que no me di cuenta de las miradas que todos te dedican, no soy tan estúpido
- ¿Y ESO QUÉ? - grité alterado - Dime una sola razón por la que todo esto tiene que ver con las acciones que realizaste
- Quiero sentirme libre, quiero sentir que pertenezco a un lugar Joaquín - dijo, elevando solo un poco el tono de voz - Sé que jamás fui suficiente para ti
- Eras todo lo que alguna vez soñé y mucho más - dije bajito, aún sin perder el tono molesto que tenía
- Eso no es cierto - rió irónico - Pero ahora mírame, soy un Dios, soy poderoso, soy fuerte, soy todo lo que mereces - me mostró sus músculos - Únete a mí y juro que le ganaremos a Zeus... O no será necesario, pues me aceptará ahora que soy igual de poderoso que él
ESTÁS LEYENDO
A prince for the Olympus • Emiliaco
FantasyEn el monte del Olimpo vivían los principales dioses del panteón griego, que estaba presidido por Zeus. Un lugar lleno de magia, misterio e intrigantes leyendas. Joaquín era el hijo menor de Hera y Zeus, un chico dotado de fuerza, inteligencia y val...