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La pequeña niña abrazaba fuertemente las piernas del ex naufrago, quién se encontraba bastante extrañado, al igual que la bella heroína que acercaba a ellos.

- Disculpa pequeña, pero no deberías hacer eso con desconocidos – Hablaba Izuku mientras miraba a la niña utilizando un tono calmado.

- Yo... lo siento, no pude evitarlo – Se disculpaba la niña viéndolo nuevamente, esos ojos verdes que la noche pasada le habían transmitido gran calidez.

- No te preocupes, pero no lo vuelvas a hacer – Aquel hombre le había regañado con tanta tranquilidad y calidez, que ni siquiera parecía un regaño.

- Lo lamento por eso Midoriya... - Se disculpó aquella mujer de cabello castaño que segundos antes se encontraba tratando de entablar una conversación con la niña.

- Buenos días Uraraka – Saludó animadamente el pecoso.

- Buenos días – Respondió con una sonrisa, viéndola bien, la chica era bellísima, aquel cabello castaño y las mejillas regordetas le brindaban un aspecto tierno que hipnotizaría a más de uno.

- ¿Señor, usted la conoce? – Preguntaba la niña mirando a ambos.

- Cómo no lo haría, es la heroína Uravity – Expresó con una sonrisa. – Su trabajo es admirable – Recalcó enrojeciendo levemente a Uraraka, usualmente, los héroes que se dedicaban a vencer villanos solían ser más galardonados que aquellos que se encargaban de los desastres.

- Lo sé – Respondió la niña. – Pero mi héroe es aún mejor – Dijo con una linda sonrisa. Izuku sólo le guiñó el ojo a la castaña quién prestó más atención.

- ¿Tu héroe? – Cuestionó bastante extrañado.

- Sí, era un hombre alto... como usted – Inició la pequeña, tensando un poco al peli verde. – Usaba una capucha, por lo que no le vi el rostro. – Internamente el hijo de Inko Midoriya suspiró. –Pero... Tenía ojos verdes... un arco y una sonrisa como la de All Might.- Inconscientemente el pecoso sonrió, aquella pequeña niña lo había comparado con su ídolo y antiguo símbolo de la paz.

- Wow suena increíble – Respondió Izuku con una linda sonrisa, la cual enrojeció un poco a la niña.

- Su sonrisa es más bonita que la de ese señor con guantes raros – Recalcó por lo bajo llamando la atención del pecoso.

- ¿Señor de guantes raros? – Repitió el chico.

- Bueno... Katsuki no es muy afín a los niños – Se entrometió la heroína castaña.

- Así que era Kacchan – El Midoriya menor suspiró, antes de agacharse a la altura de la niña y revolverle un poco el cabello, gesto que la hizo reír y enterneció un poco a Uraraka. – El señor de los guantes raros es el héroe número dos... no te preocupes, puede parecer malo, pero es una buena persona. – Tranquilizó un poco antes de ponerse nuevamente de pie.

- Gracias... - Inconscientemente Uraraka había sonreído al ver la manera de actuar de Izuku.

- Señor... ¿usted es un héroe? – Preguntó la niña sin apartar la mirada del pecoso, como respuesta, éste solo pudo sonreírle.

- No... yo escribo sobre los héroes – Admitió orgulloso.

- ¿Usted solo? – La heroína profesional odiaba admitirlo, pero se sentía excluida de la conversación.

- No, tengo una compañera –

- ¡IZUKU! – La heroína y la niña parecieron desorientarse con aquel grito, pero el aludido sólo rió... Nejire era así.

HÉROE ILEGALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora