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Redactar junto con Nejire podría ser fácilmente descrito como un infierno parcial, Izuku descubrió una faceta nueva de su compañera... la faceta laboral, Hado resultó ser bastante seria al momento de ejercer su profesión, sorprendiendo al pecoso quién sólo podía preguntarse si su compañera era la misma que antes  había ingerido un menú infantil con dos batidos.

- Terminamos... - Suspiró cansado el peli verde una vez que ambos coincidieran en que su trabajo era bueno.

- Lo hiciste bien Izuku – Concordó Nejire viendo divertida a su compañero.

- Gracias – Dijo levantándose de su asiento, antes de abrir los ojos con sorpresa. – Ya es de noche – Exclamó haciendo reír a la chica.

- Tardamos bastante... - Admitió sin apartar la mirada del pecoso.

- Y que lo digas – Secundó con una sonrisa cansada.

- Creo que es hora de ir a casa – Sugirió la peli celeste recibiendo un asentimiento del chico.

Ambos tomaron caminos separados, mientras la chica continuaba el camino hacia su casa, el peli verde se desvió en un callejón, en donde detrás de unos contenedores rebuscó para encontrar una caja de apariencia bastante antigua, en dónde se encontraba la indumentaria y armamento característicos de aquel vigilante encapuchado que en el diario del día siguiente sería expuesto.

Tomando el arco, lanzó una cuerda hacia uno de los edificios, el cuál escaló sin mayor problema, escapando de la vista pública y en la oscuridad de la noche, el vigilante encapuchado nuevamente inició con su misión de encontrar al líder de la Liga de Villanos.

Desgraciadamente para él, la noche había sido muy poco fructífera, los pocos criminales que habían tenido la mala suerte de encontrarse con él sabían poco o nada acerca del paradero de la Liga, regresando a casa, de edificio en edificio apoyándose de cuerdas y sus propias habilidades adquiridas durante sus años de naufragio, escuchó un ruido particular... Sirenas de policía, las cuales sólo indicaban algo... actividad criminal.

- Un pequeño desvío nunca está de más. – Comentó antes de seguir a los ruidosos vehículos.

El panorama era desastroso... Gritos, sirenas y discusiones eclipsaban lo sucedido hace unos momentos, todo parecía indicar que tras el ataque de algún villano, el cual rápidamente había sido neutralizado gracias a varios héroes, un complejo habitacional había sido parcialmente destruido, ahí fue donde él la vio, utilizando su particularidad para ayudar a las personas atrapadas en los escombros de mayor tamaño, la heroína Uravity se alzaba por sobre los demás, su expresión facial denotaba esfuerzo y compromiso sin perder su linda sonrisa, esto maravilló a Izuku.

El vigilante se dio media vuelta al no encontrar lo que buscaba y exponerse ante las autoridades era un suicidio, en vista de esto, se dispuso nuevamente a regresar por donde había venido, pero los gritos de una mujer desesperada en busca de su hijo provocaron que se detuviera.

- Los héroes deben estar encargándose de eso... - Al mirar de reojo pudo notar que la mayoría se encontraba atendiendo a los civiles y uno que otro descansando, pero... lo que hizo que el encapuchado saltara sin importarle mucho las consecuencias, fue ver cómo el héroe que detenía a aquella mujer simplemente había utilizado la fuerza para inmovilizarla, llegando hasta el punto de escuchar un grito de dolor por parte de la madre desesperada.

El aguamarina cayó, escabulléndose de los héroes para acercarse a la zona, en dónde pudo ver de cerca cómo la heroína que antes lo había cautivado, estaba notablemente cansada, era de esperarse ya que, mantener aquellas grandes piezas de construcción flotando debía ser muy difícil.

HÉROE ILEGALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora