Una mañana nublada y una temperatura agradable mantenían a la bajita acurrucada con su oso de peluche. El timbre sonó un par de veces y la pequeña de ojos verdes se dirigió hasta la puerta para descubrir al causante del sonido.
-¡Hola! -saludó eufóricamente -¿Qué haces aquí? -soltó impresionada -No puedo creerlo -lo abrazó de inmediato.
-Pues vine de visita por un tiempo -respondió mientras devolvía el abrazo.
-Ven entra -Hanna se pondrá muy feliz de verte -dijo la de ojos verdes tomándolo por la mano.
-¿Y ella dónde está? -preguntó curioso.
-Está dormida pero ya la despierto para que te vea.
-No, déjala dormir tranquila yo espero a que despierte.
La conversación entre Ambos comenzó de inmediato, Jehiser atendía muy amablemente a su visita mientras Hanna despertaba.
La bajita se encontraba profunda en los brazos de morfeo hasta que su alarma sonó, Dejó su oso y se levantó de la cama mientras se dirigía al baño frotando sus ojos para terminar de despertar. Una vez en el baño lavó sus dientes y cepillo su cabello que se encontraba rizado debido a la humedad en el aire.
-Buenos días Jehiser, ¿qué aremos de desayuno hoy? -preguntó mientras salía de su habitación. Al levantar su vista notó a la visita -¡Niño lindo! -chilló mientras corría a abrazarlo.
-¡Chiquita bella! -Respondió mientras la esperaba con brazos abiertos. Te extrañe tanto -dijo mientras la abrazaba y soltaba un pequeño suspiro.
-¿Cómo es que estás aquí?
-Estoy de vacaciones y decidí venir a pasarlas con mi hermano. Aprovechando que ustedes también están aquí quise pasar a verlas.
-Estoy tan emocionada no puedo creerlo.
-Pues créelo me tendrás por un buen rato por aquí -comentó con una sonrrisa -sabes aún no puedo creer que tus rizos sean naturales -mencionó mientras acariciaba el cabello de la mayor.
-Ya sabes que sí, son cien por ciento naturales -comentó con risas.
El trío se dispuso a conversar mientras preparaban el desayunó. Hanna preparó algunos hotcakes mientras Jehiser preparaba el jugo y el castaño ponía la mesa. Las horas pasaban rápidamente y la alegría de estar los tres juntos podía palparse.
-Noha donde te quedarás a vivir mientras estés por aquí -preguntó la menor de los tres -si no tienes donde te puedes quedar con nosotras eres bienvenido aquí el tiempo que quieras -añadió.
-Me quedaré con mi hermano el está aquí, pero gracias por ofrecerme tu hospitalidad -sonrió.
-Me encanta que estés aquí -tomó su mano -¿que harás hoy? Debemos salir hay tanto que quiero hacer y quiero aprovecharte al máximo- comentó la mayor con entusiasmo.
-Bueno pretendía descansar pero si tú quieres hacer algo perfecto -sonrió dulcemente.
Para Hanna era una oportunidad de oro la cual no dejaría pasar. Se encontraban tan entusiasmada con la idea de pensar que podría pasar su tiempo libre compartiendo con su amigo de años que en cuestión de minutos ya había planificado toda la semana.
-Hanna cálmate -comentó la menor al ver cómo su mayor planificaba el itinerario -Noha necesita pasar tiempo con su familia y debe descansar -añadió.
-Chistó -Tienes razón debo bajarle a la intensidad, después de todo estarás un buen tiempo por aquí así que podremos disfrutar con calma -sonrió.
-El menor asintió -así es chiquita, estaré un buen tiempo así que podremos hacer lo que quieras -añadió una sonrisa. Ya debo irme tengo que organizarme con mi hermano.
-Nooo -se quejaron al unísono las dos chicas -promete que volverás pronto-comentó la de ojos verdes -dame tu numero te llamaré-mencionó la casi pelinaranja.
El timbre sonó nuevamente y la mas bajita fue hasta la puerta mientras el par conversaban en la cocina.
-Hola Jong Suk pasa -dijo la de ojos verdes al abrir la puerta -¿Qué haces aquí? -preguntó.
-Hola Jehiser, vine por Hanna le prometí que la ayudaría con unas cosas hoy.
-Creo que ella ni lo recuerda -comentó con risas -ven está en la cocina.
Mientras el par se dirigía a la cocina los otros dos se despedía.
-Ya guarde tu numero te llamaré, quiero aprovecharte todo el tiempo que sea posible.
-Estaré esperando tu llamada mi chiquita bella-sonrió mientras acariciaba el cabello de su mayor.
Hanna no lo mencionaba pero sentía morir cada vez que Noha la llamaba de esa manera. Él tenía la habilidad de hacerle cambiar de animo con una sonrisa y hacer que toda la corteza terrestre en donde se encontraba parada sufriera un sismo. La dulzura de Noha causaba en la bajita una sonrisa involuntaria y un brillo en sus ojos que no podía ocultar.
-¡Hanna! ¿ya estás lista? -llamó el coreano mientras entraba a la cocina y se encontraba al castaño y la bajita mirándose de forma muy incómoda para él.
-Jong Suk estás aquí -reaccionó sorprendida -olvide que teníamos que salir, ya me arreglo -comentó apresurada.
-¿Y él es...? Preguntó el pelinegro.
-El es Noha es un viejo amigo, estará de visita por un tiempo -mencionó Jehiser -Noha él es Jong Suk, es nuestro querido amigo chino-comentó con una sonrisa.
-Hola -sonrió -ya me tengo que ir, un gusto conocerte. Estamos en contacto Jehiser -se despidió y se retiró.
-Jong Suk ¿ya desayunaste? -preguntó la menor -Hanna preparó hotcakes.
-¿Cocinó? -preguntó sorprendido.
-Si cocinó para Noha ¿quieres?
-Ah... para Noha... no ya comí gracias. - Cocinó para ese, debe ser importante, a mí solo me da agua- se quejó en su pensamiento mientras hacía un mohín con su boca.
La más baja había notado la expresión de desagrado del mayor, aunque no dijo nada.-Listo ya estoy lista- gritó mientras caminaba rápido -¿Y Noha?.
-Ya se fue -respondió el coreano.
-Que mal -se quejó -bueno vámonos hay mucho por hacer.
-El coreano asintió -por cierto no sabía que cocinabas -señaló los hotcakes -a mí solo me prepararas el vaso con agua.
-No seas así -Golpeó su brazo -te cocinaría pero tú siempre compras todo hecho.
-Ahora es mi culpa- se quejó el más alto- mejor vámonos.
Ambos salieron de la casa dejando a la de ojos verdes sola.
-Esto no se ve bien-comentó para sí misma mientras despedía al par -se le están complicando las cosas a Hanna- balbuceó mientras cerraba la puerta.
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Café de Amor (Lee Jong Suk)
FanfictionUn encuentro inesperado en un momento inoportuno provoca un amor en el momento adecuado y un taza de café guardara lo que no se atreven a decir