Capítulo 17 Alianza

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Camisa blanca y traje negro vestían al coreano, su  cabello peinado hacia atrás resaltaba su rostro el cual se encontraba adornado con una hermosa sonrisa. Abrió la puerta de la habitación y caminó hasta la bajita.

-Hanna, ¿me ayudas con esto? -estiró su mano.

-Giró su cuello para ver al más alto quedando muy sorprendida al verlo, -Dios mío que hermoso, como puede verse tan bien -comentó en su pensamiento -reacciona Hanna te está mirando, di algo -se exhortó a si misma en su hilo de pensamiento. -Claro yo te ayudo -tomó la corbata que el coreano le extendía. La puso en su cuello, la midió hasta su rodilla y comenzó a hacer el nudo, -listo -dijo al hacer el último cruce, la quito de su cuello y se puso de puntillas para alcanzar al coreano y ponerle la corbata.

Acomodaba el nudo de manera muy perfeccionista como normalmente solía hacerlo, el coreano la miraba con una sonrisa en su rostro -ya quedó -dijo mientras levantaba la mirada ocasionando un choque con la mirada del más alto.

-No puedo creer que aún  no sepa hacer un simple nudo, que bueno que te tengo -comentó el pelinegro. Por unos segundo sus ojos se compenetraron tanto que olvidaron todo lo que los rodeaba. Ambos sonrieron levemente -te llevo a casa -comentó, la más bajita asintió un poco ruborizada por lo que ambos se apartaron y tomaron sus cosas para salir.

-Gracias por cuidarme toda lo noche -comentó mientras conducía.

-No fue nada, sólo no lo vuelvas a hacer me preocupé mucho.

-Lo siento prometo no hacerlo de nuevo -dijo avergonzado.

-¿Puedo saber el motivo del por qué estabas en ese estado? -preguntó con curiosidad -pasó algo con Noha?

-¿Noha? no, claro que no ¿que podría haber pasado con él? -dijo un tanto nervioso.

-Que alivio -suspiró -no quisiera que ustedes se llevarán mal.

-¿Por qué nos llevaríamos mal?

-Por nada yo solo digo- sonrió nerviosamente -es solo que ambos estaban juntos esa noche así que lo asumí -se encogió de hombros -¿entonces por qué estabas en ese estado?.

-Quería probar un trago y se me pasó la mano es todo.

-¡Eres un inconsciente! No puedes tomar de esa manera -reclamó -como se te puede pasar la mano, y quedar en ese estado -se cruzó de brazos.

-Lo siento no volverá a pasar -jaló la mejilla de su interlocutora.

-Ya sabes que no me gusta que hagas eso -apartó la mano de su mejilla mientras el coreano sonreía.

-Por cierto ¿no estás muy formal para ir al trabajo?

-Hoy tendré una reunión, debo ir vestido de manera formal.

-¿Reunió? -preguntó curiosa - ¿vestido de esa manera? -dijo con incredulidad -creí que irías al café.

-Voy para allá, luego te diré el motivo de mi vestimenta.

El más alto la dejó en casa y se dirigió hasta la cafetería donde  Joe lo esperaba acompañado.

-Que bueno que llegas, él es el señor Michael Smith -el será nuestro inversionista principal en Norteamérica.

-Es un gusto conocerle -hizo una leve inclinación de trozo.

-El gusto es mío.

-Bien los dejo para que hablen -dijo antes de retirarse.

La charla duró aproximadamente una hora, papeles iban de un lado al otro y entre varias tazas de café algunas firmas eran realizadas.

-Creo que es todo, será un placer trabajar con usted -comentó el coreano.

-Espero que podamos expandirnos en todo el continente, ese es mi objetivo. -se dieron un apretón de manos y despidieron.

El Norteamericano ya se había marchado por lo que no tardaron mucho en celebrar su nueva alianza.

-¡Es increíble! Ahora sí podremos expandirnos mucho más. -comentó el coreano.

-Tanto esfuerzo y por fin da frutos- mencionó su mayor.

-Ahora es tiempo de que me ayudes con lo que te comenté -dijo mientras colocaba su mano en el hombro del mayor -está será mi última jugada, si no funciona regresaré a Corea o tal vez a EE.UUU.

-Esa es una decisión muy radical, ¿estás seguro?

-Si -asintió.

-Bien, te ayudo en lo que quieras. -dijo Joe.

-Gracias, necesitaremos el día libre, rosas rojas un decorador y obviamente mucho café.

Café de Amor (Lee Jong Suk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora