Los rayos del astro interrumpían su dormitar, abrió sus ojos lentamente con pequeños bostezos, notando apenas que su mano reposaba en el torso de alguien más y su cabeza estaba apoyada en un brazo ajeno. Se levantó suavemente y voltio a ver el rostro de quién la acompañaba -Jong Suk -susurró -me quedé dormida aquí -se quejó para sí misma.
Se retiró lentamente de aquel que dormía y bajó sus pies hasta el suelo, se puso de puntillas y caminó hasta la salida cuando escuchó un-buenos días- que la dejó paralizada en medio camino.
-¿Ya te vas? -comentó entre dormido.
-Voltio su ser y respondió un tanto tartamuda -Pues si ya es tarde, debo... -se mordía el labio inferior mientras buscaba una excusa -ir a trabajar - soltó de inmediato- así que ya me voy.
-Hanna- llamó el coreano- los sábado tu no trabajas- comentó mientras erguía su cuerpo y se sentaba a la orilla de la cama.
-¿Sábado? -susurró -cierto hoy no trabajo- comentó apenada.
Caminó hasta ella y se plantó en frente, la miró por unos segundos y sonrío -Niña tonta -comentó mientras golpeaba su frente con el dedo. Caminó hasta el baño para acerase con pasos muy débiles mientras resoplaba su nariz.
-Te ves terrible, ¿te sientes bien? -preguntó viendo el semblante del pelinegro.
-Me siento horrible, me duele mucho la cabeza y todo me da vueltas -Por cierto ¿qué haces aquí? -preguntó con curiosidad -¿Por qué estás tan temprano en mi casa?
-¿No recuerdas que tú me llamaste? -respondió un poco confundida por la pregunta del coreano.
-Pueees no, no recuerdo. Solo recuerdo que estaba en tu casa viendo una película y después de eso no recuerdo más nada.
-¿No recuerdas nada? -preguntó sorprendida -el asiático negó -excelente no recuerda que dormimos juntos - comentó en su pensamiento, mientras se dibujaba una pequeña sonrisa en su rostro.
-¿De que te ríes? -preguntó
-Nada, ve a bañarte que yo te calentaré la sopa y te cuento lo qué pasó.
El coreano asintió y siguió su camino hasta la ducha, mientras Hanna se dirigía a la cocina para recalentar la sopa que había preparado unas horas antes.
-¿Realmente no recordará nada? -se preguntó así misma mientras revolvía el líquido -entonces no debe recordar que lo besé... -tocó sus labios con la yema de sus dedos -seguramente ni lo notó -suspiró -que alivió. Bajó la holla y sirvió el contenido en una taza.
El coreano salió de la habitación y se sentó en la mesa donde se encontraba lo que Hanna le había preparado. Tomó un sorbo y expresó lo delicioso que estaba el contenido.
-Realmente está muy buena -sonrío.
-Gracias -se sonrojó
-¿Me cuentas qué pasó anoche? -preguntó tras otro sorbo.
-Pues... después de la película te fuiste con Noha y unas horas después me llamaste, sonabas muy mal así que me preocupe y vine a ver qué te sucedía.
El coreano comenzó a recordar lo que había pasado con Noha, bajó la mirada y empuñó su mano.
-Te encontré tirado en el piso totalmente ebrio y con vidrios a tu alrededor como si hubieses tirado los vasos o algo así.
-Por eso mi mano está vendada -comentó.
-Supongo que sí, busque lo que pude y cure la herida, te lleve a la habitación para que te dieras una ducha y descansaras, luego te prepare esta sopa por sí despertabas. Eso fue todo dormiste como angelito toda la noche sin despertar -sonrió.
-¿Eso fue todo?
-Pueeess... la chica recordó el momento en la ducha, el beso y que durmieron juntos- si eso fue todo- respondió cerenamente con una sonrisa.
-Me alegra saber que no hice nada vergonzoso -sonrió mientras se levantaba de la mesa -Iré a cambiarme necesito pasar por la cafetería -la chica asintió . El coreano caminaba hasta su habitación cuando detuvo su paso -Hanna -mencionó mientras giraba a verla -te vez muy bien con mi pijama- sonrió al guiñar su ojo y prosiguió su camino. La bajita sonrojada se mantuvo inmóvil hasta que vio la puerta de la habitación cerrarse.
-¡Demonios! -se quejó -olvide cambiarme -tapó sus ojos con sus manos mientras agitaba su cabeza y gritaba entre dientes.
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Café de Amor (Lee Jong Suk)
FanfictionUn encuentro inesperado en un momento inoportuno provoca un amor en el momento adecuado y un taza de café guardara lo que no se atreven a decir