La mañana transcurrió de manera agradable y divertida Hanna parecía una niña posando mientras Jong Suk le tomaba fotos en cada rincón del jardín contemplando lo feliz y emocionada que estaba la bajita.
-¡Hanna! -llamó el coreano -debemos marcharnos ya es tarde.
-No me quiero ir de aquí -Dijo con descontento.
-Prometo traerte otro día pero ya es hora de irnos.
-¿A donde vamos?-preguntó.
-Ya son más de las doce¿Quieres almorzar ya?
-No aún no tengo hambre.
-Entonces iremos al parque.
-¿Ah? ¿cómo que al parque?.
-Tu solo camina -el coreano le tomó de la mano y se la llevó.
El parque de diversiones se encontraba muy cerca de donde estaban por lo que llegar era cuestión de minutos. El corazón de Hanna comenzó a latir tan rápido que perecía que le daría un paro cardiaco al ver la montaña rusa pues su miedo a las alturas nunca le permitió subir a una.
-Vamos a subir a la montaña rusa -propuso muy entusiasmado el coreano.
-¿Qué? ¡Ni loca! le tengo terror a las alturas, qué tal si se daña y termino quedándome arriba.
-No exageres no se dañara, además si eso pasa yo estaré a tu lado -tomó la mano de la bajita en señal de apoyo.
-Eso no me consuela -comentó aterrada por la idea.
Luego de una hora Jong Suk convenció a Hanna de subir a la montaña y al bajar los mareos y las nauseas eran inevitables el mundo parecía que se derrumbaba delante de sus ojos, el coreano le compro un agua para que tomara mientras se burlaba de ella por lo pálida que estaba su cara.
-No te rías no es divertido -reclamó la ahora mareada.
-Es porque no estás viendo tu cara creo que exageras, estas toda pálida -reía mientras lo decía -apúrate aún nos queda mucho por hacer.
-No quiero subir a más nada-chilló la pálida chica.
-Pues si lo harás -sujetó a la chica de su mano y la llevó con él.
Luego de subir a varias atracciones tomaron un descanso para almorzar y dirigirse a su próximo destino el cual era el cine, donde disfrutaron una película de comedia romántica elegida por Hanna.
Ya eran un poco más de las seis de la tarde por lo que Jong Suk decidió volver a casa ya que quedaban una hora de camino en carretera quería aprovecha mientras el sol no se ocultaba del todo.
En esa hora de carretera Hanna comía de algunas galletas que el coreano le había regalado cuando estaban en el cine, mientras escuchaban algo de música en aleatoria.
-Este no es el camino a mi casa -mencionó la menor asomándose por la ventana.
-¿Quien te dijo que iríamos a tu casa? Aún el día no se acaba -recordó el pelinegro.
-¿A donde vamos entonces?
-Justo aquí -respondió mientras estacionaba el vehículo.
El coreano estacionó el auto en frente de un edificio donde se encontraba su departamento. Para Hanna eran muy incómodo pensar que estaría en su departamento a solas y en horario nocturno, aún cuando no desconfiaba de Jong Suk no podía evitar sentirse incomodada.
-Bienvenido a mi hogar -dijo mientras abría la puerta.
-¿Aquí vives? -preguntó estupefacta -definitivamente debo trabajar en la cafetería ¿como es que puedes costear esto? -comentó sorprendida de ver el lujoso apartamento que estaba en frente de ella.
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Café de Amor (Lee Jong Suk)
FanfictionUn encuentro inesperado en un momento inoportuno provoca un amor en el momento adecuado y un taza de café guardara lo que no se atreven a decir