Capítulo 21 Despedida

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-¿Ya estas lista?- preguntó cansada de esperar.

-Aún no me decido si usar este vestido -mencionó con inseguridad mientras salía del baño.

-Está increíble, te queda genial, por supuesto que tienes que usarlo. -dijo mientras le tomaba fotos con su móvil.

-Deja de hacer eso- se quejó

-Deberías llevarme a la fiesta del instituto a mi también -realizó un puchero.

-No pongas esa cara, sabes que puedes venir yo no tengo la culpa que estés ocupada.

-Es una lástima que tenga que pasar informes hoy- se lamentó

La rubia tomó la caja de zapatos y sacó el par de tacones negros que el coreano le ayudó a escoger; no pudo evitar pensar en él, suspiró con nostalgia antes de tomarlos y poner sus pies en ellos.

La más bajita notó la mirada nostálgica de la mayor -aún no entiendo porque no vas con Jong Suk -mencionó.

-Es mejor así, él se ha estado comportado de una manera muy extraña estos días -dijo con tristeza.

-Ustedes son un caso.-resopló su flequillo

El timbre sonó y la menor de las dos salió apresurada para ver quién era.

-Hasta que llegas, pasa ya la llamo.
¡Hanna tu acompañante de la noche ya llegó!

-¡Ya salgo! -avisó

La bajita salió de la habitación portando su vestido vinotinto ceñido al cuerpo, sus tacones negros con pedrería, y su cabello a medio lado la hacían ver  elegante y muy hermosa.

-Te ves muy linda -dijo con un brillo en sus ojos.

-Gracias -se sonrojó- ¿Nos vamos?- el chico asintió y ofreció su brazo para que Hanna lo tomara.

-Hasta luego chicos, diviértanse en mi nombre -despidió la de ojos verdes- Noha me la cuidas- añadió con una sonrisa, él asintió.

Al llegar  todo los estudiantes de Hanna quería tomarse fotografías con ella, por lo que la tuvieron entretenida un buen rato mientras el castaño esperaba a que la dejaran escapar del flash de la cámara. Aunque verla feliz para él era suficiente, el verla sonreír y ser tan espontánea con sus estudiantes le resultaba muy tierno por lo que también lo disfrutaba aunque él solo estuviese viendo de lejos.

-Perdón por dejarte solo, me han secuestrado- sonrió mientras se sentaban junto al castaño.

-Es lindo ver como esos chicos te aman -comentó - pensé que te odiarían al ser una profesora muy cruel.

-¡Oye! No soy cruel -golpeó su hombro, él reía.

Compartir con el castaño la hacía sentir muy bien, él podía hacerla olvidar cualquier problema, sus actitudes un tanto infantiles la hacían reír sin parar.

El castaño se le quedó mirando directo a sus ojos, ella detuvo su risa y correspondió la mirada, extendió su mano y la invitó a bailar; aunque no le gustaba hacerlo aceptó sin protestar. Se dirigieron a la pista de baile, una canción romántica ambientaba el lugar, él puso sus manos en la cintura de la rubia y ella encima de los hombros del más alto. El castaño le sonreía y ese brillo peculiar en sus ojos la ponían un poco nerviosa.

-Hanna- llamó -me gustas mucho- soltó sonriente. Ella solo se le quedó mirando, sin decir palabra alguna -me gustas desde hace dos años y lamentó no habértelo dicho antes -comentó mientras ella solo lo escuchaba completamente sorprendida.- desde que te fuiste solo pensé en el día de volverte a ver, por eso vine hasta aquí. Quería decirte lo que siento por ti.

-Noha yo... -el castaño la interrumpió

-No es necesario que digas nada, se que no me quieres de la misma forma de la que yo te quiero y eso está bien, fue mi culpa por no haberte aprovechado antes. En estos días que he pasado cerca de ti me di cuenta de que tu corazón late por alguien más y que el brillo frecuente de tus ojos no lo causó yo, prometí esforzarme esta vez para lograr estar contigo pero no sabía que ya mi tiempo había expirado. -sonrió desgastadamente- En unas horas tomaré el vuelo devuelta a casa -la bajita se sorprendió aún más- se que no era el invitado esta noche, pero acepte para despedirme de ti. -Los ojos de la mayor se llenaban de lagrimas.

-¿Te vas? -preguntó sorprendida- ¿por qué no me dijiste antes?

-Fue una decisión de ultimo momento- hizo silencio por unos segundos - No seas cobarde Hanna, acepta tus sentimientos y lucha por la persona que amas, no la dejes escapar -La bajita no decía nada solo escuchaba con atención. Metió su mano en el bolsillo y sacó una pequeña cajita roja -me pidieron que te diera esto- tomó la mano de la rubia y le entregó la cajita, ella miraba la caja -Hanna ¿me das el permiso de hacer algo que quiero hacer desde hace dos años?-preguntó, dirigió su vista hasta rostro del castaño y asintió.

Tomó su rostro con sutileza, se acercó a él y le dio el beso que había tenido retenido por tanto tiempo, separó sus labios de los ajenos y sonrío -No dejes que el amor de tu vida se vaya como yo dejé que se fuera- comentó mientras la miraba- Hasta luego mi chiquita hermosa -sonrió y dio media vuelta para alejarse  de ella mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla. Hanna solo se quedó en medio de la pista de baile sin decir nada, aún no asimilaba lo que el castaño le había confesado.
En cuanto pudo volteo y corrió hacia él, lo abrazo por la espalda, el castaño detuvo su andar.

-Gracias niño lindo -masculló- gracias por siempre estar y brindarme tu amistad honesta; lamentó no poder corresponderte como te mereces -soltó al más alto y beso su mejilla- te quiero- confesó.

-Yo más -sonrió, besó su frente y continuó su camino hasta el vehículo que lo llevaría al aeropuerto.

Hanna lo vio partir en el auto, recordó la pequeña cajita roja que sostenía en su  y decidió abrirla. Destapó la cajita y sonrío; era una cadenita dorada con un hermoso dige de corazón, era la misma que tanto le había gustado en el centro comercial, la misma que Jong Suk le había probado y apartó en la joyería -Hanna solo sonreía al verla, no podía creer que fuera la misma.

Tomó la cadenita y la sacó la caja; un pequeño papelito callo al suelo, se dobló a recogerlo y lo leyó.
"Te espero en el café a media noche" Hanna estaba un poco confundía pero tomó su móvil y vio la hora, faltaba treinta minutos para la media noche. Se levantó al instante y comenzó a mirar a todos lados y tomó el primer taxi qué pasó por su vista.

Café de Amor (Lee Jong Suk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora