Ándate

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Me había quedado dormida y me había empezado a dar frío, así que por consecuencia me desperté.  Me iba a ir de la clínica en cuatro días. Había reforzado mi movilidad en su mayoría y lo demás sería recuperarse en la casa po. Eso me dijo la Doc.
Vi tele y como media hora después me llevaron de comer el almuerzo, era pollo con arroz, un pudín y una sopa.
Odiaba esa sopa asquerosa de los mil demonios.
Cuando la enfermera se fue, me dediqué a comer. Tocaron la puerta un par de veces y dije en alto "pase", pasó el Thomas con mi otro primo, el Damián.
El Damián no era mi primo directo, más bien era primo de segundo grado del Thomas, pero en casi todas las reuniones familiares por parte de mamá él iba, por eso lo conocía.
—Holi, chiquillos —los saludé.
Me metieron conversa por vario rato, aunque después se fueron, no estuvieron mucho tiempo, pero me dijeron que tenían que juntarse con no me acuerdo quién era.
La primera persona que me acuerdo que me gustó fue el Damián, era chica, como cinco años, yo decía que nos íbamos a casar y todo jajaja. La weá loca, ¿si o no?
Otra cosa era mi pololo de verdad en esos tiempos, quiero decir, ya me había rendido con el Pablo, o sea, llevaba casi un mes ahí en ese lugar pasado a farmacéutico y no había tenido noticias de él. Pensaba que quizás nuestra relación había terminado, quizás me dejó porque pensó que iba a quedar con problemas a futuro, no sé, existe gente así...
Como a las cinco de la tarde mi mamá volvió, aunque no se quedó en la noche.
Luego de que me llevaran la once (cena ahí, porque lamentablemente no me llevaban marraquetas con mantequilla y jamón, solo comida sin sabor) me puse a pintar unas mándalas que me había llevado mi mejor amiga. Mi doctora me dijo que me hacía bien hacer ese tipo de cosas que implicara movimientos, igual era poco lo que podía hacer allí así que no tenía otra.
A la mañana siguiente me bañé y me fui a acostar de nuevo. Tenía un pijama lindo que me había comprado mi mami, era mi outfit diario, ya me había acostumbrado a verme vestida con matices del rosado, mas pálida que papelucho y con calcetas gigantes.
Me acosté de nuevo y maté mi tiempo leyéndome un libro que me gustaba.
Fue entonces que la puerta se abrió y me dio la sorpresa que había esperado tener desde el día que me desperté.
—Qué... —fueron las palabras que salieron de mis labios a penas lo vi.
Sus ojitos verdes se cruzaron con los míos inesperadamente y mi cuerpo se puso a temblar de los nervios. Puse el marca páginas y cerré el libro. Se sentó en la silla que había al lado de la cama en silencio y dejó en el velador una bolsita que tenía el logo de alguna tienda.
—¿Cómo te atreves a venir luego de todo este tiempo? —pregunté. La lengua es más rápida que la mente dicen por ahí —, erís súper careraja.
Tenía todo el derecho de decirlo hueón, me habían ido a ver en ese tiempo hasta gente con la que con cuea hablaba y él no.
—Lo siento... —me interrumpió.
Conocía ese tono suyo cuando no sabía qué decir o cuando lo olvidaba por miedo.
—Andrea, lo siento tanto... —siguió.
Me afirmó una de mis manos y la sostuvo como si se me fuese a caer la weá, pero la corrí lo más seca que pude, porque su toque me había hecho sentir tan bien, tan llena de nuevo que no me podía permitir ser sensible.
—¿Por qué me dejaste sola? —pregunté casi en un susurro. Me dolía preguntar eso, hueón —, yo te necesitaba, Pablo...
La garganta se me apretó y me dieron ganas de llorar.
Y eso que me había prometido que no me iba a hacer llorar de nuevo.
—No pude venir —dijo. No sé si sonaba triste o mi mente lo imaginaba por desesperación —, te he extrañado tanto... no imaginas la preocupación que he sentido.
Ah, yia. Iba a hacer como que le creía, porque no le creía.
—Mentiroso —lo acusé —, si me hubierai extrañado... el cuento sería otro.
Y sí, me puse a llorar a media oración. Me miró con las cejas haciéndole una expresión de "conchetumare, la cagué" y me fijé en cómo tragó saliva nervioso.
—Andrea...
—Ándate —le dije fuerte y claro. Me volvió a agarrar la mano y negó con la cabeza —, ándate Pablo, no te quiero aquí, no puedo ni mirarte.
—No me pienso ir —dictaminó seguro.
Fruncí el ceño enojada.
—¡Ándate! —chucha había levantado la voz —, o te juro que llamo a alguien para que venga a sacarte.
Con solo conocerlo sabía que decirle eso le dolía, y se le veía en la cara.
Me soltó la mano lentamente y asintió en silencio.
—Ándate rápido —volví a pedirle.
Eso hizo, pero antes de girar la perilla de la puerta se volteó a mirarme.
Se debatió en decir algo unos segundos hasta que lo hizo.
—Para que sepas, no vine de un principio porque me tenían preso.
Y dicho eso salió.
¿Preso?, ¿se lo habían llevado los pacos?, ¿por qué?, ¿hablaba en serio?

***
¡Nota de la autora!

Holi, hoy está más lindo el día que anteriormente en la semana jiji, así que eso igual me pone contenta.

Holi, hoy está más lindo el día que anteriormente en la semana jiji, así que eso igual me pone contenta

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Ahí una fotito de All Might porque lo amo y porque soy media otako 🤫

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¡Un beso!

❤️❤️❤️❤️❤️

Avíspate, por fa/ ChilensisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora