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—¿Estabas hablando con un desconocido?

Una estridente voz se acerca a mi oído izquierdo. Es Martha que viene aferrada del brazo de Roger para no caerse. Es evidente que está a punto de perder la conciencia.

—Debemos irnos, Martha no está tan bien que digamos. ¿Vienes o qué? —La voz de Roger es descortés como siempre, pero para mi sorpresa, se ve sobrio, o al menos lo suficientemente coherente para tomar decisiones.

—Sí. —Me levanto del alto banco, mientras lo miro con desaprobación—. Esto es todo por tu culpa, ¿por qué la hiciste tomar así?

—Yo no la obligue a nada —dice con descaro. 

—Claro que sí, lo hiciste en el momento en que la dejaste para... —Iba a decirle que, gracias a su comportamiento con Rachel, Martha se había puesto ansiosa e histérica, sin embargo, en ese instante, Martha pierde el control total de su cuerpo y empieza a desvanecerse. 

Roger trata de asir su brazo para levantarla, pero ya es demasiado tarde, gran parte de su cuerpo ya está en el suelo. Roger se inclina para llevarla en brazos, pero una oleada de gente empieza a rodear la mesa y le dificultan la tarea. 

John y sus amigos están eufóricos y quieren seguir la fiesta, así que atiborran a Roger con preguntas, y empiezan a reprocharle el hecho de que ya se quisiera ir sin ellos. Él señala a Martha como la obvia razón de su intento por salir de ahí, pero ellos no hacen caso y empiezan a armar un espectáculo. 

Pronto la escena se convierte en un ring de pelea, con vasos volando y sillas cayendo al suelo. La poca gente que aún estaba por ahí empieza a alejarse y a pedir ayuda. 

Rachel, llega unos momentos después, pareciendo un poco más sobria que hace unos minutos. Me ayuda a proteger a Martha y entre las dos la levantamos del suelo, mientras Roger intenta controlar a sus ebrios "amigos". 

Unos hombres de seguridad se acercan para detener la pelea que se acaba de formar, reconozco a Agus entre ellos, así que escondo la cara para que no me vea, no quiero que después le cuente a Tom que yo había estado involucrada en una pelea de borrachos.

Como pudimos llegamos con Martha a las afueras de El Parque. Casi todas las luces están apagadas ya, y los puestos de comida ya han cerrado. 

Observo cómo Roger sale corriendo en dirección a su auto. Al parecer se zafó de la pelea.  

—Quédense con ella, vuelvo enseguida —grita para que lo escucháramos mientras se va por el callejón. 

Quiero sacar mi móvil para aluzar un poco cuando me doy cuenta de que en medio de la trifulca lo dejé en la mesa. 

Hago que Rachel se siente en la acera y recuesto a Martha sobre sus piernas. 

—Espera a Roger —le digo gesticulando ampliamente para que me entienda—, pero no se vayan sin mi. Vuelvo enseguida, me he dejado el móvil adentro.

—No me dejes sola... espero que... no tardes —contesta titubeante. Al parecer ya recupero el equilibrio, pero no su capacidad para hablar.

Cuando vuelvo a la zona VIP del auditorio, cabe mencionar que ya iba descalza porque llegó un punto en el que decidí que llevar los tacones en la mano era mejor opción que en los pies, veo a Agus y a otros dos guardaespaldas llevándose a varios en los hombros y haciendo unas llamadas telefónicas. 

Llego a la meso y siento una calma inmediata al comprobar que mi móvil seguía ahí, intacto. Una de las cosas que más preocupaba de haerlo olvidado, era perder las fotos que me había sacado con Will Jen y James Farrow. Y bueno, debo admitir que también me preocupaba perder el número de Tom. 

CoincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora