Cuando dan las seis de la tarde, bajo ansiosa al vestíbulo.
El auto de Tom ya está estacionado a la salida del edificio y él me está esperando fuera, recargado en la puerta del conductor. Está guapísimo, con sus imprescindibles lentes redondos y el inigualable riso que le cae por la frente. Va bien abrigado, lleva una gruesa chamarra azul y una bufanda blanca.
Richard está en un escalón, sentado leyendo un comic. Lo saludo rápidamente y él mira de reojo a Tom. Por la sonrisa que pone, sé que lo aprueba.
Cuando estoy a dos pasos de Tom, instintivamente me lanzo a sus brazos. Él no hace el intento de apartarse, al contrario, me envuelve toda en sus fuertes brazos. Creo que es la primera vez que establecemos un contacto físico tan grande, siempre habíamos cuidado nuestros movimientos, pero ahora, se nota fácilmente que ambos lo necesitábamos.
No quiero apartarme de él ni un segundo.
Como me saca varios centímetros de estaura, puede apoyar su mentón sobre mi cabeza y puedo sentir la calidez de su persona toda sobre mí.
De repente me aparto sonrojada, sé que a él no le disgustó el abrazo, pero tampoco quiero sentirme imprudente y desesperada por su tacto. «Calma, disfrútalo» me digo.
Después de separarme lo suficiente para verle la cara, nos quedamos mirando a los ojos por lo que parece una eternidad.
—¿Qué te parece mi chamarra? —dice él sonriendo. Sin duda sus saludos son especiales. No puedo evitar soltar unas risitas—. ¿Qué pasa? ¿Qué es lo gracioso?
—Nada es sólo que... Tus saludos siempre son inigualables.
—Lo siento, nunca sé qué decir cuando te veo... Quiero decir, mi mente se pone lenta a veces y sólo puedo hablar de cosas triviales.
—Lo haces mejor que yo. Yo ni siquiera soy capaz de decir algo para empezar —digo completamente sonrojada. Luego añado—: pero es una buena chamarra. Estás listo para el frio de la ciudad.
Decidimos ir al mismo café de la vez pasada. Mientras vamos en el coche suena"I wanna be yours" de Artic Monkeys.
—Oh Amanda, casi lo olvido, tengo una nueva playlist para ti.
—¿De verdad? Gracias. Necesitaba urgentemente una dosis de buena música. No sabes todo lo que tuve que escuchar el día de hoy.
—¿Pasaste la mañana con Martha?
—Peor, con Martha y Rachel. Martha tiene buenos gustos, recuerda que ella me llevó a verte... digo, a ver a The Game.
—Ah cierto. ¿Y por qué pasaste la mañana con Rachel? ¿No es su archienemiga?
Tom recuerda todos los detalles de lo que le he platicado. Espectacular.
—Sí, pero al parecer tenemos que hacer equipo para una fiesta sorpresa de Roger. Por cierto, estás completamente invitado—digo sin pensarlo.
No sé si Rachel me dejará llevar invitados, pero no me importa. No me imagino soportando esa fiesta sin la ayuda de Tom. De hecho, ya no me imagino estando en ningún lugar sin su compañía.
—Claro, me encantaría. ¿Cuándo es? —contesta él amablemente.
—El viernes de la próxima semana. Es en una casa de campo en Kalhu.
—Ahí estaré —me sonrie de par en par y toma delicadamente mi mano.
—Gracias —susurro.
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Coincidencia
Teen FictionAmanda es una universitaria dedicada a la edición y venta de libros. Tom es un músico opacado por la fama de sus amigos. Dos jóvenes que se enamoran. ¿Qué podría salir mal? Cuando todo parece indicar que la vida de Amanda se llena de éxitos... y mu...