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Como todos los lunes, me encuentro con Martha en la cafetería de la escuela. Está comiendo una manzana mientras se concentra para dibujar algo en su cuaderno. 

Martha estudia diseño, pero su especialidad es dibujar, de hecho, le encanta ilustrar libros para niños y también estuvo de becaria en la editorial de la universidad, donde la conocí. 

Aprovecho que está sentada sola y sin Roger a la vista para platicar acerca de Tom...

—¿Conociste a un chico atractivo en el concierto y no me habías contado? —exclama exaltada en cuanto termino de describirlo.

—Bueno pues pensé solo sería un extraño más en mi vida, así que no le di mucha importancia. Además, puede que no sea tan guapo en persona y esté resaltando sus cualidades.

—Como sea Amanda, te dije que con ese estilo ibas a cautivar a todo aquel que se cruzara en tu camino.

Pongo los ojos en blanco.

—Bueno pues ahora necesito que me ayudes a encontrarlo —digo mientras tamborileo los dedos en la mesa, nerviosa. 

Martha frunce el ceño desconcertada.

—¿Por qué necesitas mi ayuda? Tienes su teléfono, márcale y ya.

—No es por eso, necesito que me aconsejes qué decirle. Quiero que piense bien de mí y creo que para eso tú eres la experta.

—Chica, ahora sí estamos hablando. —Se le ilumina el rostro—. Has llegado con la persona correcta. A ver, aclaremos un par de cosas, según veo, tu preocupación por hablarle es porque quieres causar una buena impresión...

—Arreglar la impresión que ya tiene de mí —interrumpo—. No te olvides que me vio inconsciente en El Parque.

—Ajá. Y si eso es lo que quieres... Es porque te interesa en un sentido, digamos, romántico.

—Bueno no como tal, simplemente quiero... tener un buen amigo.

—No te creo.

—En serio Martha. Es bueno tener ese tipo de amigos, que te inspiren. Es artista ya te lo dije. Y tiene contacto muy cercano con Will Jen —le digo guiñando. Sé cuánto le gusta el chico baterista. 

—Hablando de Will Jen, no puedo creer que hayas desperdiciado nuestra oportunidad de ir a su fiesta —me reprocha. 

—No estabas en el estado correcto para ir a la fiesta. Además, Tom me dijo que estaría aburrida.

—Aquí vamos de nuevo con Tom. Amy, creo que ya está muy clavado en tu cabeza.

—No, no lo está. —Miento. Esta mañana también había despertado pensando en él—. Ya te dije, sólo quiero darle las gracias, de una manera educada para que después pueda formar una bonita amistad.

Martha suelta una risita incrédula.

Después de discutir cuál sería la mejor forma de aproximarme a Tom, decidimos que era mejor escribirle un simple mensaje de texto, agradeciendo por la noche del viernes y sus atenciones. Así sonaría a que yo no estaba tan mal cuando él me llevó en brazos hasta mi cama y que recordaba claramente lo que había pasado. Al final quedó algo así:

«Hola Tom, soy Amanda, la chica que conociste el viernes en El Parque, con la que platicaste acerca de Will y la banda. Vale, sólo quería agradecerte por el buen rato que me hiciste pasar y por las atenciones que tuviste conmigo después. Ojalá que nos volvamos a encontrar algún día».

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