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Muy bien Amanda. Respira. Tranquilízate. Todo saldrá bien.

Pedaleo con todas mis fuerzas respirando el aire frío que voy rompiendo mientras avanzo. Logro hacer un tiempo récord de quince minutos. Cuando llego al edificio, sudo a chorros y mi respiración es muy agitada.

—Vaya, ya se le está haciendo una costumbre eso de llegar tan agotada Amanda —dice Richard, que está sentado en una escalera del vestíbulo, con su sonrisa de siempre.

—Buenas noches Richard, es sólo que me gusta el ejercicio, ya sabe —contesto mientras avanzo dando zancadas hacia el elevador.

No tengo tiempo para socializar con él, por muy amable que sea, tengo que aprovechar los minutos que gané pedaleando tan rápido.

—¡Me alegro! Todos deberíamos ser así de deportistas, espero que algún día me pase su rutina...

Las palabras de Richard se cortan cuando las puertas del elevador se cierran. Lo siento Richard, eso ha sido muy descortés de mi parte, pero luego lo compensaría. Ahora sólo puedo pensar en la cita que tendría en pocos minutos.

Entro a mi pequeño cuarto/departamento esperando poner al día a Darla, pero no hay señales de ella. Al parecer sigue con su amigo Gus.

Me río. Había sido muy tonto de mi parte sentir celos de las relaciones de mis amigas. Al contrario, ahora me siento muy feliz de que estuvieran disfrutando la vida con alguien a su lado.
O tal vez sólo estoy pensando eso porque Tom me ha respondido y como si hubiera presionado un interruptor, mi humor ha cambiado por completo.

Me ducho en cinco minutos. Seco levemente mi cabello y me pongo mucho perfume. Ups, ¿demasiado? Quiero que Tom recuerde mi aroma, pero tampoco lo quiero marear.

Ya que. No me voy a volver a bañar para quitarme el exceso de fragancia. Me maquillo como lo hice el viernes del concierto y peino mi cabello de una forma similar. Si a Tom le había gustado esa imagen de mí, quiero que la vuelva a tener. Busco alguna camiseta relacionada con alguna banda, pero no tengo nada. Opto por unos jeans ajustados, los mismos botines que Martha me había hecho cambiar aquella noche, y un suéter beige holgado que medio metí en mi pantalón. Quiero aparentar tener un estilo despreocupado y casual.

Tomo mi bolso y salgo del cuarto. Mientras bajo por elevador, trato de pensar en un discurso rápido para disculparme con Richard, pero cuando el elevador se abre, el guardia ya no está ahí. Así que aprovecho para huir rápido del vestíbulo.

*
El McClaish es uno de los mejores pubs de Yers. Uno de los más antiguos y preferidos por los estudiantes. Yers no es una ciudad tan grande, así que de todos modos no había muchos sitios recreativos de dónde escoger. La mayoría de los jóvenes que salen de fiesta se reúnen en casa de algún millonario, como lo estaba haciendo Martha esta noche en casa de John.

Kalhu por su parte es una ciudad más grande, llena de rascacielos modernos y de calles y avenidas llenas de transeúntes. Cualquiera diría que era mejor estudiar allá, por la tecnología que había en la ciudad, pero la universidad de Yers ha sido la mejor del país por muchos años. Tiene a los mejores profesores, e instalaciones soñadas para cualquier estudiante. Es por eso que la ciudad está poblada en su mayoría por gente joven que había dejado su estado de origen para mudarse a la gran universidad.

Por lo mismo, las distancias no son tan grandes, así que logro llegar al McClaish sólo cinco minutos después de la hora que le prometí a Tom. El pub no es tan grande, tiene una fachada bonita, de ladrillo. Hay una terraza con varias mesitas y una puerta pequeña del lado izquierdo. Con una rápida inspección me doy cuenta de que Tom no está en ninguna de las mesas de fuera, así que, o no ha llegado, o está dentro.

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