Salgo de mi jardín y atravieso la calle. Ando un rato hasta llegar a la parada del bus. Me encuentro sola allí hasta que, minutos después, se acerca alguien corriendo. La razón de que venga corriendo, es que el bus acaba de abrir sus puertas y si no lo iba a perder. Subo al bus y él se tropieza conmigo. Me agarra por la cintura y me dice:
-¡Lo siento! ¿Estás bien?-dice preocupado.
Durante unos segundos me bloqueo. Era mas alto que yo, buenos hombros, moreno, de tez dorada, facciones anguladas y labios bastante carnosos para su forma de cara. Sus ojos brillaban diferente a todos los chicos que he conocido. Son azules... Y verdes... Y con pintitas miel... Nunca he visto a nadie igual. Es... La perfección.
-Sí, estoy perfectamente.- Me doy la vuelta, pago el viaje y voy al final del bus, en el asiento de la ventana. Tras unos minutos, él se sienta a mi lado. Su simple presencia me altera. Nunca me había pasado esto, ni siquiera con mi ex (con quien estuve 1 año y medio).
-Ey, siento de verdad lo de antes pero llegaba tarde y...-¡Dios! ¡Su voz!- Soy Alex, ¿tú?
-Pues... Soy Kira.
-¿No eres de aquí, verdad?
-Pues no. Soy de Madrid. Pero de todas formas, ni siquiera me conoces,¿por qué tanto interés en mi?- ¡Kira! ¿Qué haces gilipollas?
-Se nota. Bueno Kira ha sido un placer conocerte, y tranquila, sé que por hoy no me vas a olvidar.-me guiña un ojo y se va a una barra esperar la parada.
¿Quién se cree este idiota que es para decir eso?
Sin embargo, me hace sonreír. Anda Kira, no seas estúpida. Apenas le conoces. Entonces, cuando me tocaba bajar del bus, se puso al lado mío.
-Las damas primero.-Me dice sonriente con cierto vacile en sus ojos.
-¡Serás tonto!- y empiezo a reír como una foca retrasada. Lo malo, que me esta viendo reír así. Lo bueno, que ese idiota se está riendo conmigo, y eso ya es razón suficiente como para estar feliz.
-¿Vas a este instituto?
-Sí, es el que mejor se adecuaba a lo que mi padre quería así que...-¿adecuaba? Kira, que no estamos en el antiguo testamento, por favor.
-Menos mal, porque si no, no te hubiese conocido.-Dice sonriente. De repente, siento como se encienden mis mejillas.
-No te creas, realmente no soy nada de otro mundo...
-Pues desde que te he visto, me ha parecido que estabas un poco verde. ¿No serás un allien?
Y ahí otra vez el Alex sarcástico. Vuelvo a sentir mis mejillas sonrojarse.
-¡No! ¡Pero qué dices!- Y le doy un puñetazo en el brazo y me alejo hacia delante.
-¡No me seas tonta!- Dice riéndose de mí. Se acerca medio corriendo y me acerca a él de la cintura. Entonces, de manera inexplicable, se crea una atmósfera de tensión. Pero no de la incómoda, ya que ambos estamos sonrientes. Sino la de querer seguir adelante. Y tras unos segundos así, le quito sus manos de mi cintura y continuo andando a su lado hasta llegar a la puerta del instituto, donde un grupito de chicas me mira con odio (jodeos guarras, está conmigo ahora). Seguro que serán las populares.
-Bueno, allien, me voy a clase. ¡Pero no me abduzcas a nadie, eh! -dice vacilón.
-¡Idiota! -grito riéndome.
Quizá esto no esté tan mal. Bueno, entre nosotras, ya sabemos quien no está mal.
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Pero, ¿cuál es tu historia?
Teen FictionEsta, es una historia para recordar. Quizá como todas las adolescencias. Pero puede que esta sea un poco más complicada. ¿Para qué escribo? Para desahogarme. Para dejar fluir todo lo que llevo guardándome tanto tiempo dentro. Así que, cuando me pre...