No, no puede ser. Él no está aquí realmente. No es posible. Pero noto el tacto de Alex, así que es real. ¡Es real!
La veo correr hacia ese tío y abrazarle. Ambos ríen y la levanta dando un giro. No lo entiendo. ¿Quién será? Pero de repente algo cambia. Empiezan a hacerse carantoñas y a reír como... Como ella hacía conmigo. Así que me voy, dejando atrás la pareja que me ha roto el corazón.
Corro hacia él y le abrazo. Me levanta del suelo y me da vueltas mientras ambos reímos.
-Dios mío... No puedo creer que hayas venido... Te he echado tanto de menos...-Digo abrazada a él, con cara triste.
-Y yo a ti, enana.-Dice sonriente.- Además... ¿Quién no va a echar de menos a este cuerpazo?
-Mm ¡ni lo dudes eh! Ni se te ocurra -digo riéndome.
Empezamos a hablar de todo; el instituto, su universidad, nuevos amigos... Todo. Y es que a este pardillo llevo sin verle meses. Muuchos meses. Le echaba muchísimo de menos. Y es que a un hermano mayor se le quiere como... ¡Como a una mascota! Ya sé que es una comparación un poco extraña pero... Es lo que hay.
Y es que a Carlos no se le olvida fácilmente. Tez dorada, pelo castaño, ojos verdes y cuerpo musculoso, tonificado. (Sí, es mi hermano, ¿y qué? Todo hay que reconocerlo ¿no?)
Además, su personalidad engancha al instante. Es cariñoso y amable, irónico y sarcástico, un chico con el que se puede contar. Eso sí, se enfada fácilmente y eso a veces me irrita un montón. Desde enanos hemos estado muy unidos y cuando llego la mudanza, nos separamos por primera vez. Y echo de menos sus abrazos cuando estoy triste, sus pataletas cuando no consigue lo que quiere, sus enfados cuando me ve con otro chico... Le quiero demasiado. Y por fin vuelve a estar a mi lado.
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No lo entiendo. No entiendo como todo iba tan bien y ahora resulta que hay otro. Estoy confuso. Cansado de todo; de que jueguen con mis sentimientos sin pedir ni siquiera permiso. No es que sea un tío duro como los demás, pero no por ello tienen derecho a hacerme daño.
Pero está decidido. Nadie más me va a hacer daño. Y ella... No estará. La olvidaré, aunque sea un acto masoquista contra mí mismo. Porque no merezco este trato. Los tíos ya me lo advirtieron. Y ahora solamente me toca convertirme en el "malote" que ellos querían que fuera. Así que... Adiós Kira.
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Pero, ¿cuál es tu historia?
Genç KurguEsta, es una historia para recordar. Quizá como todas las adolescencias. Pero puede que esta sea un poco más complicada. ¿Para qué escribo? Para desahogarme. Para dejar fluir todo lo que llevo guardándome tanto tiempo dentro. Así que, cuando me pre...