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Observó el cuadernillo donde solía plasmar sus ideas brillantes, cada que las tenía, aunque más que nunca su propia autocrítica parecía estar totalmente en su contra. Sacudió la cabeza para borrar el último parrafo que había escrito segundos antes quedándose solamente con la primer parte del verso.

Nacemos a la luz de la luna
No hay fantasía.

Ni siquiera sabía por qué pensaba en ello a profundidad de forma repentina. Tiró su cabeza hacia el respaldo de la silla y sacudió su cabello al mismo tiempo.

–¿Qué haces?

La repentina voz de Jimin llega a sus oídos lo que le provoca un pequeño susto. Aún no logra acostumbrarse del todo a la presencia de Jimin. Después de todo, estuvo diez años viviendo por su cuenta. ¿Cómo podría acostumbrarse?

–Nada.

–¿Puedo echarle un ojo?

Namjoon se detiene para mirar hacia los ojos de Jimin y acaba por acceder. Él se acerca al escritorio y con las manos detrás de la espalda le dedica una mirada al cuadernillo.

–¿No te parece que es un poco triste? -opina luego de un momento.

–Es una mierda. –Le responde, extendiendo la mano para cerrar el cuaderno–. Solo sentía que tenía algo que escribir.

No puede respirar bajo la luz del sol,
Tienes que esconder tu corazón.
Nacemos para ser tristes, tristes, tristes.

Namjoon se sorprende de escucharlo cantar tan suavemente y alcanzó a sonreír unos segundos. Creía que voz es armoniosa. Sin embargo, la expresión del moonchild se mantiene seria. Al darse cuenta no puede culparlo.

–Lo sé, es deprimente.

–¿En serio crees que nacemos para ser tristes?

–No todos la hemos llevado fácil.

–Los humanos son difíciles de entender, todo sería más fácil si fueran más positivos y mantuvieran las esperanzas.

–¿Creyendo siempre en fantasías?

–¿Aún consideras que soy una fantasía?

El celular de Namjoon comienza a vibrar sobre el escritorio. Le dirige una mirada viendo cómo el nombre de Hoseok resplandece en la pantalla. Se pone de pie al descolgar la llamada. Hoseok al otro lado se escucha eufórico.

–¡Buenos días, Namjoon!

–Hoseok.

–Acabo de salir del trabajo y me dirijo a ver a Jiwoo, puedes venir, mi propuesta sigue en pie.

No era una buena hora para hacer compras, Namjoon detestaba salir la mayoría del tiempo y solo lo hacia cuando era muy necesario, pero Jimin estaba a nada de perderse bajo su ropa y no podía rechazar a Hoseok tan de repente. Luego de colgar el teléfono busco sus llaves y su cartera en silencio, por alguna razón Jimin no había dicho ninguna palabra y lo más seguro es que nuevamente lo haya hecho enojar. No era fácil tener a un chico mágico de la nada viviendo contigo.

–¡Vaya! Cuando Hoseok me dijo que eras un chico bonito le creí pero, creo que bonito le ha quedado corto.

Jiwoo es igual de intensa que Hoseok.

Miraba a Jimin ponerse rojo hasta las orejas y dedicarle sonrisas tímidas en el camino.

–Jimin ¿querrías modelar unas prendas para mí?

–¿Eh?

La hermana de Hoseok le da la espalda y se dirige a las prendas colgadas, toma algunas y muestra una sonrisa complacida.

–Serías un perfecto modelo. Anda, ¿qué dices? Si me haces este favor te dejaré llevarte lo que quieras de mi tienda.

Luego de unos minutos Jimin termina accediendo. Dawon le entrega mucha ropa y él va hacía el probador.

–Oye, hermana, a mí no me das siquiera descuentos cuando modelo para ti. –protesta Hoseok.

–Tu eres mi hermanito y harás todo lo que tu noona te pida.

Jimin sale del probador en ese momento y los tres lo miran al mismo tiempo de pies a cabeza. La sangre de Namjoon se calentó un poco más al verlo tan distinto y deslumbrante en prendas tan simples de todo ser humano. No tarda en apartar la mirada al sentir que lo ha mirado de más. La hermana de Hoseok lo hace posar para ella y toma todas las fotografías con una cámara digital. Él simplemente ha reído en más de una ocasión y en cierta forma eso llena de alegría a Namjoon.

–Gracias por todo, Jimin.

–Me divertí mucho.

–Regresa cuando quieras.

Se despiden de ella inclinando sus cabezas y vuelven a sonreírle. Después de todo se divirtieron bastante y pudieron comprar mucha ropa gracias a los descuentos accesibles de Jung Dawon.

–Namjoon.

Se giró hacia la voz de Hoseok, él de repente luce angustiado así que mira a Jimin y le pide que vaya al auto entregandole todas las bolsas de ropa. Va entonces junto al pelirrojo, quien no pierde tiempo en intentar fingir una sonrisa.

–¿Que sucede, Hoseok?

–Me preocupa Yoongi. –Dice al cabo de unos segundos y puede ver sus labios temblar–. Creo que esta teniendo problemas con su padre otra vez.

–¿Sucedió algo extraño?

–No ha hablado conmigo, pero se que algo le ocurre. No deja de recibir llamadas e inmediatamente se pone de mal humor y a veces se queda en silencio por mucho tiempo. No sé cómo ayudarlo.

–Descuida, Hobi, puede no ser tan malo. Veré si puedo hablar con él, aún así creo que tu compañía es lo que más ama Yoongi y deberías mantenerte allí.

–Gracias.

Le sonrió una última vez y va de regreso al auto dónde Jimin espera por él.

El padre de su mejor amigo no era nada más y nada menos que el empresario más renombrado del país. Tiene tantas acciones dentro y fuera de Corea que su nombre siempre aparece en los medios importantes. Se ha casado al menos tres  veces y tiene, en total, cuatro hijos más aparte de Yoongi, él es el menor de ellos y, por lo tanto, quien esta bajo la vista de la familia Min siempre. Desde que Yoongi mando a la mierda ese mundo, hace dos años, no he sabido que a su familia le importe.

Por otro lado, hace unos días leyó un artículo sobre el señor Min, la expansión de empresas MSC ha crecido aún más. Quizás este presionando a Yoongi para que se haga cargo de alguna, el hombre pasa por sus sesenta años y en algún momento dejara el mundo empresarial para darse un retiro. Pero a Yoongi le disgusta todo aquello, no quiere enfrascarse en una oficina y usar traje incluso en el baño. Él apunta más allá, hacía la vida de un artista. Sus cuadros y pinturas son lo mejor que ha visto. Entre Namjoon y Hoseok siempre dan todos para mantenerlo animado, aunque fuera más del tipo en el que se resistía a recibir ayuda.

Latamentablemente no muchos le dan la oportunidad de demostrarlo, al ser un Min las personas tienden a no involucrarse. Y con mucha razón, nada mas con el movimiento de un dedo esa familia podría hacer que te retuersas en la pobreza.

–Yoongi, el mundo es quién se pierde la oportunidad de conocer tu verdadero talento.






Moonchild | NamMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora