Mi vida sin ti- 2 temporada C.V y tú/Terminada/Trilogía

Capítulo 20

Todos comenzaban a salir del aula, por fin, estaba muy cansada. Suspire aliviada guardando el último libro en mi mochila, ya quería estar en casa. Sam se acercó a mi.

—¿Nos vamos?— preguntó.

—No, tengo que hacer algo antes— le dije apenada mirándola— es importante, llego a tu casa dentro de un rato.

—Esta bien pero no te tardes, el proyecto nos llevará toda la tarde.

Comencé a caminar a su lado mientras asentía con una media sonrisa, me dijo adiós con la mano y se alejo. Antes de que yo hiciera lo mismo e irme por el lado contrario por el que ella se fue, algo o mejor dicho alguien me llamo.

Rodé los ojos con fastidio, aparte de que me desagradaba, siempre que quería hablar conmigo era para algo no bueno, le encantaba buscarme cualquier excusa para molestarme y si no lo encontraba, se las ingeniaba para inventarse una.

—¿Hay algún problema maestra Ana Mena?— dije dandome media vuelta, viendola directamente. Me miraba con cara de asco, el sentimiento era mutuo.

—Claro que lo hay, ven aquí ahora mismo.

Con fastidio y tragandome las ganas de decirle cualquier cosa inapropiada que mi mente pensara, me acerque a ella a pasos lentos. Maldita.

—Que yo sepa no tengo ningún problema con usted ni con su clase.

—Efectivamente en mi clase no, pero conmigo si— me dijo muy seria, intentando asesinarme con la mirada. Vieja loca, yo no tenía ningún problema con ella, de hecho, ella es la única que busca pelea donde no la hay.

—¿Ahora que va a inventar señora? Yo no tengo nada que ver con usted.

Ella se paro de su silla de un tirón y se acercó a mi, sujetando mi brazo muy fuerte y con intención de dañarme. Me queje fuertemente, un poco más y enteraba sus uñas en mi piel, seguro me dejara marcas rojas.

—¿Qué le pasa? ¡Suelteme! Yo no tengo idea de lo que habla— me me jalaba de su agarre intentando librarme pero fue en vano, era muy grotesca y comenzaba a lastimarme.

—¡Claro que lo sabes!— me grito.

—¡No se de que habla!.

—¡De Chris!— me grito histérica con lagrimas en los ojos.

No entendía a que se refería, sólo sabía que estaba loca.

—¡Yo no se que diablos le pasa pero lamentablemente Chris ya no esta vivo! ¡No se a que viene todo esto!— le dije jalandome mas fuerte, pues sus uñas estaban intentando entrar en mi piel— ¡Me lastima!.

—¡Claro que sabes! ¡Por tu culpa Chris murió!— siguió gritando como nunca.

—¡Claro que no!.

—¡Lo atropellaron después de estar contigo! ¡Por tu culpa!— me grito sujetandome de ambos brazos mientras me sacudía con fuerza. Estoy segura que sus gritos se escuchaban por toda la planta. Pero eso era lo que menos me importaba, lo único que mi mente repetía una y otra vez era esa frase. Él había muerto por mi culpa.

—¡Yo no tuve la culpa de nada!.

Solo uno de mis brazos y me soltó una cachetada con tanta fuerza que mi rostro se giro un poco hacia la izquierda. El dolor era punzante y ardía mucho, pero eso no era comparado con lo que sentía. Sabía que lo decía por rabia, pero eso no quitaba que me hicieran daño, porqué si murió después de estar conmigo y si tan solo lo hubiera retenido o no lo hubiera dejado ir, él estaría bien.

—¡Eres una maldita asesina!— me gritó llorando.

La puerta se escuchó abrir de golpe, después varías pisadas acercandose frenéticamente. No mire quien era, yo seguía en la misma posición, con la cabeza levemente girada hacia la izquierda con la mirada perdida y la respiración pesada. Quería llorar, me sentía culpable, me sentía una mierda.

—¡Suelte a la estudiante!— resono  el grito del director en el aula.

—¡Es una maldita asesina!— grito ella mirándome con amargura mientras las lagrimas resbalaban por sus mejillas.

El director junto con los maestros que lo acompañan y que nisiquiera me importo por saber quienes eran, la separaron de mí.

Salí corriendo de ahí en cuanto tuve oportunidad.

Yo no mate a Chris.
Yo no mate a Chris.
Yo no mate a Chris.
Yo no fuí la culpable.
Yo no fuí la culpable.
Yo no fuí la culpable.

Era lo único en lo que pensaba en todo el largo camino. Sin mirar a la gente, sin siquiera saber de mí, solo mis pies caminaban por si solos hacía la dirección que quería llegar.

Sin darme cuenta había llegado a la casa de Sam y estaba parada frente a su puerta. Toque el timbre desesperadamente rogando que me abriera lo más pronto posible. Ella abrió enseguida en cuanto escucho como alguien tocaba como loco. Su mirada cambió radicalmente cuando me vio, su mirada flaqueo.

—¿Qué pasó? ¿Estas bien? ¡Dime algo!—me tomo de los hombros mirándome asustada.

—Yo no mate a Chris— le dije llorando.

—¿De que hablas?.

—No lo hice ¿Verdad qué no?— me acerqué y la abracé.

—Claro que no— me abrazo más fuerte, evitando que cayera de rodillas— Claro que no lo hiciste. Tú no tienes la culpa de nada.

Tn...

Los sollozos y llantos volvían a escucharse. ¡No más por favor! No ahora. Era suficiente, ya no podía.