Mi vida sin ti- 2 temporada C.V y tú/Terminada/Trilogía

Capítulo 3

Mi vida sin ti

Cantaba bajito la canción que Chris y yo habíamos compuesto "Mi medicina". Mientras lo hacía recordaba como la compusimos y lo mucho que nos divertimos, que sin darme cuenta, en ese momento, me estaba enamorando de él y no lo quería admitir, ahora, lo gritara a los 4 vientos sin importarme nada.
Sin nisiquiera pensarlo arrugue la hoja en mis manos mientras mis mejillas se empapaban de lágrimas.

Mis padres se sentaron a mi lado, me limpie las lágrimas y los mire, esperando que hablaran.

—¿No vas a comer hija?— mi madre fue la primera en hablar.

—No tengo hambre— contesté, algo que no era mentira.

Ambos se miraron tristes sin siquiera disimular.

—Hija, por favor, te estas haciendo daño, ya no lo hagas más. Ya lo habías hablado con tu madre y habías accedido— mi padre fue el que habló esta vez.

—Tú no lo entiendes papá a ti no se murió la persona que más querías en esta tierra.

Mi padre abrió la boca para decir algo pero su celular se lo impidió, se paró sin decir nada más y contestó.

—Bueno... ¿Si?... ¿Un viaje?.

Mi padre miro a mi madre, nos dejarían nuevamente, no era algo que me impresionara, siempre lo hacían. Estaba apuntó de pararme e irme a mi habitación con la hoja de la canción en mi mano, para  leerla nuevamente y torturarme una y otra vez hasta que mi corazón sangre, en forma de metáfora ya que todo el tiempo está bombeando sangre y evidentemente carece de ella.

—No haremos ese viaje— lo mire rápidamente antes de que pudiera hacer cualquier movimiento— Lo se estoy conciente de que perderemos bastante dinero... No me interesa... Nos quedaremos unos meses aquí... porqué mi hija nos necesita... ¡NO! no es ningún capricho... ¿Esta escuchando lo qué esta diciendo?... no, no es cualquier cosa es mi hija, esta sobre cualquiera cosa, incluso sobre su maldito dinero... entiendo su enojo pero es mi última palabra no viajaremos hasta nuevo aviso.

Mi padre colgó no podía creer que él había cancelado uno de sus muchos viajes por mi que seguramente era importante. Se sentó a mi lado y tomo mi mano. Aún así, me sentía inquieta por ellos.

—Papá...

—No digas nada hija, tú me importas mucho más que cualquier viaje de trabajo— miro a mi madre— a ambos.

Mi madre tomo mi otra mano entre la suya.

—Se lo que te inquieta. No importa— mi madre se encogió de hombros— no nos puede despedir, le llevara meses encontrar a nuevos socios con el que les ortogue toda su confianza y llene nuestros lugares. Sabe que no le conviene, somos importantes aunque no lo creas.

Se rieron y les sonreí lo mejor que pude, hasta sonreír dolía.

—No te vamos a dejar sola— dijo mi padre sonriendo.

—¿Querrán decir, no nos van a dejar solos?— les pregunté— y no hablo de Joel.

—¿De quién más hablas? ¿De ti y las ratas del garage? Seguro, hasta a ellos también— dijo mi madre.

—¿Recuerdan aquella noche que salí en el auto porqué Chris me necesitaba?— estaba decidida a contarles, tarde o temprano se entrarían y quería que lo hicieran por mí y no porqué notarán que mi panza comenzaba a crecer de forma sospechosa— hace aproximadamente unas casi 4 semanas.

—No entendemos hija— me dijo mi padre— ¿Ambos quiénes? Si no es tu hermano.

Simplemente no sabía como decirlo ni encontraba las palabras adecuadas, es más, había olvidado las palabras, no podía formular una sin imaginar qué no tartamudeare. Opte por tomarles una mano a cada uno con las mías que estaban temblando y sudaban, estaba más nerviosa incluso que cuando el doctor me receta inyecciones por enfermarme de gravedad. Puse sus manos en mi vientre dándoles a entender que alguien dentro de poco iba a crecer poco a poco en ese lugar. Ambos me miraron sorprendidos al entender lo que les quería decir.

—Estas embarazada— me dijo mi mamá, asentí.

Se quedaron callados un rato, no sabía si me iba a desmayar por el embarazo o por la tensión y el silencio que se acumulaba más y más.

—¿Joel lo sabe?— me pregunto mi padre antes de que me diera un ataque.

Negué.

—Tienes que contarselo.

Asentí.

(...)

Toque la puerta de Joel esperando respuesta, rogaba que estuviera bañándose para no contarle y que se enterara hasta que me dijera gorda. Dentro de unos segundos que fueron eternos para mi, escuché su voz diciendo que pasará y que la puerta estaba abierta. Entre nerviosa, jugando con mis dedos.

—¿Qué paso hermana?— se incorporó en su cama, sentándose en la orilla, palmando su cama a un lado de él. Comencé a caminar sintiendo como mis tobillos querían traionarme, me senté alado de él.

—Joel... yo... necesito contarte algo muy importante.

—¿Qué pasó? ¿Por qué estas tan nerviosa? ¿Te ocurrió algo?.

—Es sobre algo relacionado con Chris... es algo que cambiará mi vida por completo y muy probable la tuya también... Y la de todos en general— solté una risita nerviosa.

—¿El qué?— arqueo su ceja centrando toda su atención en mi. Trague en seco, la boca se me estaba secando y nuevamente no podía hablar.

—Quiero que toques mi vientre— hable rápidamente señalandolo.

—¿De qué hablás?— Él toco mi vientre con el ceño fruncido, cuando entendió, me miró y abrió sus ojos de par en par—Tn...

—Tengo casi 4 semanas— dije sonrojada.

—¿De Chris?— dijo impresionado sin quitar la mano de mi vientre. Lo mire mal, para empezar y dejando de lado que me sentí ofendida, cuando le explique que quería decirle algo, dije que era algo relacionado con Chris.

—¿Si no de quien?— le dije rodando los ojos.

—Tn... no puedo creerlo... En serio que me siento pésimo porqué se que es de Chris y bueno... Pero seré tío y estoy tan contento que me siento mal por... Ya sabes y... Estoy balbuceando. Ven aquí.

Me agarro y me atrajo hacia él.

Deje de sonreír cuando sus palabras quedaron en mi mente y tenían razón, Christopher ya no estaba aquí, no estaba para ver a su bebé. No lo iba a conocer y mi pequeño, tampoco conocería a la maravillosa persona que fue su padre.