Mi vida sin ti- 2 temporada C.V y tú/Terminada/Trilogía

Capítulo 13

—¡¿Donde están las fresas?!— grito mi madre corriendo de un lado a otro, estaba incluso más nerviosa que Joel y su sugundo nombre es dramático.

—¡En la nevera!— le respondí terminando de guisar la carne de cerdo.

Todos estábamos corriendo de un lado a otro, procurando de que todo este perfecto o mejor dicho, tal cual lo quiere mi madre. Hoy era el cumpleaños de mi padre y queríamos sorprenderlo.

Tocaron el timbre y Joel brinco tanto que tiro las servilletas de papel que llevaba en manos, lo sigo diciendo, su segundo nombre es dramático.

—¡Yo abro!— grité anunciando para que mi madre escuchara ya que estaba en la cocina.

Me quite el mandil que traía puesto y que le había rabado a mi mamá. Me acomode el cabello, procurando de que los pasadores seguían sugetando mi cabello y cuando vi que todo seguía en orden, fuí abrir a los invitados.

—Hola pasen— les dije amablemente moviéndome a un lado.

—Gracias. Te ves bellísima por cierto— contestó Sam.

Todos los demás habían pasado, saludandome y agradeciendo. Joel los guió al comedor. Pará la mala suerte de mi hermano, pocos minutos después llegaron los padres de Erick junto a el anterior mencionado. Erick también parecía nervioso, quería hacerles burla pero mientras estaban presentes los padres de Erick, yo era una mujer sería y decente.

(...)

Mi padre había llegado y nunca lo había visto más feliz a excepción de la vez que Joel y yo nos fuimos de campamento por 2 meses cuando teníamos 10 años y ellos aprovecharon para irse a la playa, sin preocuparse de cuidar niños.
Sigo rencorosa por eso, traidores.
Se les acabó su felicidad cuando llegamos y Joel tenía la cara y los brazos hinchados porqué le habían picado las abejas y yo venía con la cara llena moretones y rasguños porqué me había caído de cara en la cuerda floja.

Habíamos avisado que hoy no podría asistir a mi consulta con la psicóloga y ella no tuvo ningún problema. Le habíamos dicho que teníamos unos problemas cuando en realidad iba a estar de fiesta. Que cosas ¿No?.

—¿Joel estas nervioso?— le dije burlona mente sin perder el tiempo en el que estaba solo, viendo como jugaba con sus manos

—¡¿Cómo estarías tú si los padres de tu novio estuvieran aquí? ¿Y si no les agrade?— me dijo al oído para evitar que nos escucharán.

—Tranquilo, seguro te amaron— le dije en el oído mientras le saba unas palmadas en la espalda.

Estábamos haciendo un brindis cuando nuevamente escuche aquellos llantos provocandome escalofríos, mis manos temblorosas soltaron mi copa sin querer, captando la atención de todos.

—Tn ¿Qué paso hija?— me dijo mi madre acercándose enseguida.

Los llantos seguían no entendía como todos no lo escuchaban.

—¿Tn estás bien?— me pregunto mi padre acercándose y tomando mi rostro para inspeccionarme.

—¿Acaso no lo escuchan?—les dije asustada y alterada. Los llantos eran tan fuertes como para que ellos no los escucharán. ¿Podría estarme volviendo loca? ¡Claro que no! Esos llantos no pueden ser producto de mi imaginación, los llantos están tan llenos de dolor, tan reales.

—¿El qué?— preguntó Joel.

—¡Los llantos!— les dije en un desesperado intento con esperanza de que dijeron que ellos también los escuchaban.

—Hija creo que estas delirando, tranquilizate ¿De qué hablas? No sé escuchan ningunos llantos— Me dijo mi madre.

Me disloco por completo. ¿No escuchaban nada ninguno de ellos? ¡¿Y por qué yo si?!.

Los malditos llantos seguían, torturando mis oídos y mi pánico, aumentaba aún más, asustando a los demás.