Mi vida sin ti- 2 temporada C.V y tú/Terminada/Trilogía

Capítulo 12

Miraba con impaciencia todo el lugar en busca de una cabellera estilo brócoli, pero no había rastros del que buscaba. Mi celular sonó, lo busque en mi mochila rápidamente, no me había dado cuenta que traía más cosas de las necesarias, debería hacer una limpieza de bolsa urgente. Cuando lo encontré, lo saque y conteste al ver el nombre de mi hermano en la pantalla, poniéndolo en mi oreja.

—Hola Joel.

—Hola Tn.

—¿Qué paso?.

—Hermanita lamentó decirte que me tengo que quedar con los chicos del equipo para comenzar a entrenar para el partido.

–Esta bien Joel, entiendo me iré en autobús.

—Lo siento muchísimo, te prometí que nos iríamos juntos, te lo recompensare.

—Todo bien, entiendo. Entrena mucho.

—¿No estas molesta?.

—Nop. Me tengo que ir, para alcanzar el autobús.

—Te vas con cuidado, te quiero.

—Yo también te quiero.

Estaba metiendo nuevamente mi celular a mi mochila cuando alguien se me acercó. Levante la mirada topandome con unos ojos negros viéndome. Me sonrió.

—Hola Tn.

—Hola Yoyo ¿Qué paso?.

—Bueno... me preguntaba si querías ir por un helado o algo— me dijo muy sonrojado, pasando su mano por su cuello pero sin quitar su sonrisa.

—Sí, me gustaría ir por un helado contigo— asentía mientras le sonreía mostrando los dientes, me daba ternura su nerviosismo.

—¡Excelente!— me miró y se sonrojo más—quiero decir genial... vamos.

Reí ante su nerviosismo.

—Que tierno eres Yoyo, nunca lo había notado. Vamos, los helados nos esperan.

(...)

Estábamos comiendo un helado mientras reíamos de cosas sin importancia. Tomé una servilleta que nos habían ofrecido cuando nos dieron el cono de helado y limpie el helado que tenía abajo de la boca, se sonrojo y rio nervioso. Me reí para quitarle importancia y no se sintiera nervioso, éramos amigos y estoy segura que unos buenos.

Salir con Yoandri no estaba mal, me alegro mucho y me hizo reír como no lo había podido hacer desde hace casi 2 semanas, además, era muy agradable y me gustó pasar el tiempo con él.

(...)

Como todos los días fuí con la psicóloga y regresaba a las 4:30pm para comer.

Hace días que tenia una idea en la cabeza y quería cumplirla, la necesitaba para avanzar, necesita volver a ver aquel lugar que conocía y me hacía sentir bien, ya que era uno de los lugares donde más recuerdos había.

(...)

Toque el timbre esperando que me abrieran lo cual no tardaron tanto, aquella mujer de cabello negro me miró, sus ojos, tan parecidos a los de él, era como verlo a los ojos.

—Señora Yenny— le dije tímida.

—Mi niña— me dijo acercándose y envolverme en un fuerte abrazo— Hace bastante que no te veía, entra.

Ella siempre tan amable y linda conmigo, pase junto con ella, miraba el lugar, tan conocido para mí. La seguí hasta la sala de estar y me senté en el comodo sofá, frente a ella.

—¿A qué se debe tu visita preciosa?.

—En si no hay una razón solo quería venir a verla... ¿Cómo está después de lo sucedido?.

—Voy mejorando— suspiro tristemente, me imaginaba como la estaría pasando, ella siendo su madre. Yo era su novia pero ella es su madre y eso debe doler de una forma inexplicable. Me sonrió aún teniendo las lágrimas en los ojos, pero no las dejó salir— Gracias por venir Tn.

—Me alegra señora Yenny y no se preocupe me alegra volver a verla. Sabe que si necesita algo, cuenta conmigo para lo que sea.

—Gracias, igualmente cuentas conmigo siempre— tomo mi mano entre la suya— A mi también me alegra verte preciosa, después del funeral no supe de ti ¿Cómo estas?.

—Creo que igual que usted... mejorando. Voy con una psicóloga para salir adelante, mis padres parecían preocuparse el verme decaída— apretó su mano contra la mía en señal de que me apoyaba, le sonreí.

—Es muy difícil de superar lo se, él no dejaba de hablar de ti, te amaba muchísimo y cuando los veía juntos, no me cabía duda de que tú sentías los mismo por él. Ambos se complementaban.

—No se imagina cuanto llegue a amarlo.

—Mi hijo estaba tan feliz desde que tú le dijiste el sí, no paraba de poner su canción favorita una y otra vez, lo escuchaba cantarla a todo pulmón y cuando te presento me di cuenta de lo encantadora que eres y que Chris no exagerada.

Mis ojos se aguadaron.

—Lo ame con todas mis fuerzas señora Yenny— me quede pensando un rato y ella parecía darme mi espacio—¿Puedo pedirle una cosa?.

—Lo que sea.

—¿Puedo ver la habitación de Chris?.

Ella me sonrió comprensiva y asintió. Sin soltar mi mano se paro y la imite, me guió por la casa que ya conocía y entre más avanzabamos, mi corazón palpitaba con más fuerza, me llevo a la segunda planta. A lo lejos pude ver la puerta de su habitación con los stickers de notas musicales, de su banda favorita, unos cuantos micrófonos y una guitarra, amaba la música.

La señora Yenny tomó la perilla y la giro, abriendo la puerta, haciéndose a un lado, dejándome pasar. Entre con lentitud, esto era muy duro para mí. Entre y observe el lugar con mucha determinación, a pesar de llevar días sin que el pisara esa habitación su olor sigue estando ahí. Mis ojos se llenaron de lágrimas y no quería retenerlas, las dejé caer. Todo seguía igual, los estantes llenos de videojuegos, de películas, los pocos libros porqué no le gustaba leer, figuras de sus personajes favoritos y sus fotografías. Su cama tendida con el cobertor rojo, su color favorito, su escritorio lleno de notas musicales que el mismo pintaba para picar el tiempo en el que según estudiaba, su lámpara roja y sus lapices con las marcas de sus dientes, solía moder los lápices cuando pensaba. Mis mejillas estaban llenas de lágrimas, mire a la señora Yenny que también estaba llorando, me acerque y la abrace, ella era la única que entendía este dolor, este dolor que quemaba.
No hacían falta palabras, con ese abrazo, nos sanaba, dándonos apoyo mutuamente.

Misma persona por la que sufrimos, diferente forma de amor pero con el corazón roto de igual manera.