Después de lo ocurrido con Christopher, Tn no encontraba rastros de felicidad en ningún otro lado, nada que la volviera a sentir viva, el dolor la consumía.
No sabia si volvería a ser la misma al no tener a ese ser llamado el amor de su vida a su la...
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Al entrar a la Universidad todos me miraban, me sentí incomoda ¿Qué pasaba?. Mire mi ropa pero no había nada malo, tal vez era el maquillaje, tal vez hoy mi cabello estaba del asco, incluso tal vez, todos se acordaron que era ex de Christopher. Sam estaba junto con Yocelyn charlando, me acerque a ellas captando su atención, les sonreí a ambas.
—Hola— las saludé.
—Tn— dijeron ambas al mismo tiempo, con una energía que claramente no era de felicidad.
—¿Pasa algo?— les pregunté.
—Toda la escuela sabe que expulsaron a la maestra Ana Mena por violencia física y verbal hacia ti— me dijo Yocelyn tan rápido que si no hubiera puesto tanta atención, no le hubiera entendido nada.
Me quede impresionada y me sentí traicionada. Mire a Sam instantáneamente, con una cara de pocos amigos que fácilmente asustaria a cualquiera que se parara frente a mí.
—¿Fuiste tú? Tú eres la unica que lo sabía— la señale molesta.
—No fuí, lo juro. Cuando llegue, era de lo único que se escuchaba por los pasillos—me dijo.
—¿Si ko fuiste tú, quién más sabía?.
—Tal vez haya un profesor chismoso, no lo sé.
La mire pensativa, confiaba en Sam, ella no lo había hecho, jamás haría algo para dañarme. En medio de mi debate mental, Yoyo llego agitado, deteniendo mis pensamientos para verlo fijamente.
—Bonita ¿Estás bien?— me dijo preocupado. Paso un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Todo esta bien, no te preocupes.
—Es que...
—Ya se todo lo que se esta diciendo por la escuela. Pero créeme, estoy bien.
—Quería asegurarme de que lo estuvieras— me sonrió— pero viéndote y escucharte decírmelo, me tranquiliza mucho.
Lo tomé de la chaqueta y lo acerque a mi, besándolo.
—Me preocupe mucho por ti— me dijo sugetandome de la cintura en cuanto nos separamos.
—Lo se y te lo agradezco— le dije sonriendo.
—Te vez hermosa sonriendo.
—Eres tan lindo— dije robándole un beso.
—¿Se les olvida qué estamos aquí?— dijo Yocelyn, ambas la miramos— ¡Sí, hola!.
—Déjalos en paz. Vámonos y buscamos a nuestros hombres, así no nos dará envidia—le dijo Sam entrelazado sus brazos.
Ambas se fueron lanzandome un beso de despedida. Les sonreí diciéndoles adiós con la mano.
—¿Me quieres contar que paso?— Yoandri pregunto cuando lo mire nuevamente.
—Tal vez despues Yoyo.
—Esta bien, como quieras, bonita.
(...)
Como todos los días fui a la tumba de Chris y al psicólogo. Mi rutina de todos los días.
(...)
Yoyo y yo habíamos decidido pasar el resto del día viendo películas de super héroes. Hasta que unas horribles náuseas se apoderaron de mi. Corrí al baño.
—¿Tn estás bien?— lo escuche preguntar atrás de la puerta.
-Sí, todo en orden.
Volví a sentir náuseas, pero no vomitaba nada, solo eran arcadas.
—¿Segura qué estas bien?—pero al no escuchar respuestas abrió un poco la puerta— ¿Puedo pasar?.
—Sí— contesté.
Él entro, se quedó detrás de mí, viéndome a través del espejo, levanté mi mirada y lo vi.
—¿Te cayó mal la comida?— me miraba los ojos a través del espejo.
Negué.
—¿Estas enferma?.
Negué.
—¿Entonces?— me pregunto elevando una ceja, se acercó y me tomó de los hombros.
—Ya sabes, seguro fueron náuseas por...
Pero ahí, justo en ese momento, recorde que él no lo sabe, nunca se lo había contado. Se iba a molestar, no era una noticia nada ligera. Mordí mi labio nerviosa.
—¿Por qué Tn?.
—Yoyo... Verás... —Cerré mis ojos imaginando lo que vendría, los abrí con pesadez y me gire hacia él, viéndolo de frente— no es fácil lo que te diré...
—¿Estas embarazada?— preguntó en cuanto vio como me quedaba callada buscando las palabras adecuadas. Me las había ahorrado pero eso solo hacía que se hiciera más tensión.
Me quedé callada, esperando que entendiera mi silencio. Su mirada cambió al igual que su rostro, decepción fue lo primero que note.
—Tn...
—Te lo iba a decir...
Él suspiró pasando sus manos por su cabello y cara. Me imaginaba lo que pensaba o sentía, no era algo fácil.
—¿De Christopher?.
Asentí. ¿Cómo preguntaba eso? Claro que de él ¿De quién más si no?, no hubo otro hombre en mi vida más que él.
—¿Por qué no me lo dijiste Tn?— me miró serio.
—Te lo iba a decir— volví a repetir sin saber que decirle, me había quedado en blanco.
—¿Por qué no me lo dijiste cuando te confesé lo qué sentía por ti? O cuando dijimos que lo íbamos a intentar— su tono era firme y sin una pizca de gracia.
Rayos, creo que la había cagado. Tal vez debí decirle desde un inicio, pero nisiquiera lo pensé y enterarse hasta apenas si era algo de lo que yo también me molestaría.
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