Después de lo ocurrido con Christopher, Tn no encontraba rastros de felicidad en ningún otro lado, nada que la volviera a sentir viva, el dolor la consumía.
No sabia si volvería a ser la misma al no tener a ese ser llamado el amor de su vida a su la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me puse unos jeans cualquiera y una blusa blanca junto con unos tenis del mismo color. Me hice una coleta alta ignorando los mechones bebés que salían de su lugar por mi cabeza, quería evitar fustrarme por cosas pequeñas. Decidí no maquillarme porqué no tenía ni el ánimo ni las ganas. Tome mi mochila blanca de innumerables girasoles como estrellas en el cielo y baje a la cocina.
—Buenos días linda— me saludo mi madre en cuanto me vio pisar la cocina, acercándose y darme un beso en la mejilla, había olvidado lo que era un beso de buenos días por parte de ella.
—Buenos días mamá— le devolví el saludo.
—Ve a sentarte al comedor, ya están allá los dos hombres, ahora llevo tu almuerzo.
Estaba por preguntar si no necesitaba ayuda o no me quitaba nada con ir y pedirle ayuda a los otros dos, pero lo evite porqué lo único que quería era irme a la aburrida escuela y tener algo más en mente. Salí directo hacia al comedor, viéndolos, estaban en una platica muy amena mientras comían sus verduras.
—Buenos días— dijeron ambos al mismo tiempo en cuanto me vieron.
—BBuenos días— respondí sentándose en una silla vacia un poco más alejada de lo que quería.
Mi mamá llego con mi almuerzo y al parecer el suyo, lo dejo frente a mi y se sentó. Empece a comerlo sin quitar la mirada de lo que muchos odian pero yo amaba, brócoli. Todos estaban tan callados y era tan incómodo, pero sabía que era por mí y mi actitud lejana a la que tenía desde niña.
—Vaya primera vez que estamos todos juntos en la mañana y que ustedes no viajaran a algún país— dije tomando de mi jugo. Sí, lo había dicho para picarlos un poco, más que nada a mis padres, ya que jamás se habían tomado el suficiente tiempo de venir a pasar un fin de semana con los que se hacen llamar sus hijos y ahora están muy atentos, se la razón y no me gusta que por eso, sea la única razón por la que estén así. Los necesite años antes y no estaban, pero aquí están, fingiendo ser muy atentos.
—No vamos a dejarte sola y menos ahora— dijo mi padre, sabía que diría eso, es lo que pensaba, solo por eso estaba aquí, más no por algo más, si no fuera por aquello ellos nisiquiera se hubieran molestado en pasar por aquí.
—Excelente— dije mientras comía mis fideos. Creo que si fuí una mentirosa, no creo poder estar de mejor humor del que estoy ahora y todo está relacionado con Chris. No me interesa nada, no quiero saber nada, solo quiero que sea un mal sueño.
De nuevo todo se volvió tenso y callado pero esta vez no dije algo para que eso cambiará y al parecer nadie quiso hacerlo. Mejor.
Había terminado todo lo que había en mi plato, al menos así dejaban de molestarme un rato con la comida.
—Joel ¿Nos vamos?— le pregunte parandome de mi asiento mientras tomaba mis platos sucios.
El asintió, me fuí con mis platos sucios hacia la cocina y los dejé en el lavababo. Volví hacia el comedor y tomé mi mochila que estaba en la silla. Joel termino lo último que quedaba de su jugo y salió disparado con sus platos hacia la cocina. Al volver ya no los traía.
