Cap 7

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NARRA ROSS

Llegué a casa, mis papás estaban a punto de comer, fue un día pesado solo quería descansar.

–Ross ven para acá. –Se escucho la voz de mi padre desde el comedor. Mierda los moretones.

–Hola... –Dije cabizbajo.

–¿Hijo que es lo que te paso? –Mi mamá se acercó a mí preocupada.

–¿Por qué hasta esta hora jovencito? –Dijo mi padre.

–No les puedo mentir... –Me senté. –Llego a esta hora porque estuve en detención, los golpes son porque me pelee con Gavin y ya no hay más explicaciones...

–Pero cariño, Gavin y tú son como hermanos. –Dijo mi mamá.

–Ya no más, ambos hemos elegido nuestros caminos y no podemos estar juntos, ya no somos amigos, y saben qué, iré a tomar una ducha estoy exhausto. –Me levanté de la silla. –Y papá, se que te decepcione pero sabes que tengo límites pero esta vez no pude controlarlo. Perdón.

Mis papás quedaron impresionados por todo lo que dije, no me regañaron.
Aventé mi mochila y los zapatos por algún lugar de mi habitación, estoy frustrado, solo deje que el agua caliente me envolviera, nunca creí estar en una situacion así.

Después de ducharme me tiré a la cama y quedé dormido.
No supe nada de mí existencia hasta la mañana siguiente cuando sonó el despertador. Sinceramente tenía hambre, desayuné como un león y luego me fui a la escuela. Gavin seguía dedicándome una mirada fría pero a mí me valía.

–Hola Ross. –Escuché detrás de la puerta de mi casillero.

–Hola Kiernan. –Le sonreí.

–¿Listo para la clase más terrible de toda la vida de un estudiante?

–¿Acabas de llegar y ya tienes una clase qué detestas?

–Vamos, todos tenemos una.

–No pensé que una chica como tú odiara historia.

–Adivino, la clase que detestas es...¿biología?

–Wow acertaste.

–Lo sabía, tu cara de aburrimiento es más que obvia.

–Mejor vamos, a tu clase favorita. –Reí y ella me codeo.

–¿Y qué dijeron tus padres de los golpes? –Me dijo mientras caminabámos por el pasillo.

–Les explique las cosas y ya no me regañaron.

–Que suerte. –Entramos al aula, Gavin se había cambiado de lugar, lo que le agradezco al cielo será incómodo seguir uno del lado del otro.

–¿Te sientas conmigo? –Susurre.

–Claro.

Nos sentamos, llegó el profesor y nos dio clase, me causaba un poco de gracia la cara de aburrimiento de Kiernan, hablaba enserio cuando dijo que odiaba esta clase.

El día transcurrió cómo cualquier otro, la profesora de biología nos dejó un trabajo en parejas y por suerte me tocó con ella. Juro que mientras nombraba rezaba para que me tocará con ella y no con Gavin.

Cuando la profesora nos nombró ella y yo nos volteamos a ver y sonreímos, mi ex mejor amigo solo rodó los ojos.

–¿Nos vemos al rato para hacer el proyecto? –Dijo Kiernan mientras salíamos de la preparatoria.

–Si claro.

–¿En tu casa?

–Si claro, ¿si quieres voy por ti a tu casa?

–Esta bien. –Saco un papelito que tenía algo escrito. –Esta es mi dirección, nos vemos al rato. –Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla, sentí que volé.

Caminamos en direcciones opuestas ella para su casa y yo para mí auto.

Estaba nervioso por lo que pudiera pasar en la tarde, pero ansiaba porque llegará el momento.
Mierda tengo que ordenar mi habitación.

Recogí toda la ropa que estaba tirada, abrí las ventanas para que todos los olores extraños que hubieran se esfumaran, tendí mi cama. Dios limpie el escritorio, era un asco.

Y había llegado la hora, tenía que ir a su casa. Llegué a la ubicación que me había dado, lucía un vecindario seguro. Toque la puerta y salió ella.

–Que bueno que llegas ¿nos vamos?

–Sube. –Le abrí la puerta del auto, ella entró y los nervios me consumían.

Después de 10 minutos llegamos a mi casa. Le volví a abrir la puerta del auto comportándome como todo un caballero.

–Bienvenida pasa. –Abri la puerta de mi casa.

–Gracias. –Sonrió.

–Vamos, sube.

–Ok. ¿Hay alguien en tú casa?

–Mamá está en el patio trasero, vamos Kiernan no haremos nada malo.

–Perdón, soy un poco desconfiada.

–¿Por? Digo si se puede saber.

–Una larga historia, mi ex novio trataba de solo llevarme a la cama, como vio que las cosas no eran tan fáciles conmigo, decidió irse por algo como el quería y me terminó.

–Idiota, no sabe lo que perdió. –Se sonrojó, se veía linda cuando se sonrojaba.

–Bienvenida a la habitación de Ross Lynch. –Sonreí.

–Es linda.

–Bien, toma asiento y comencemos a trabajar, que es mucho.

Todo por ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora