Cap 10

322 24 4
                                    

–¿Hola? –Dije cuando dejó de sonar el tono de espera.

¿Si diga?

–¿Kiernan?

–Si, ¿quien habla?

–Soy Ross...

–Hola.

–¿Estás bien?

–Si, ¿Te parece si mejor hablamos el lunes en la preparatoria?

–Si, no hay problema.

–Lo siento es que...

–¿Pasa algo?

–El lunes te cuento, bye.

–Bye linda. –Sentí que sonrió y luego colgó.

Era extraña la forma en la que actuaba pero espero que me pueda explicar lo que pasa.

No tenía nada que hacer así que me dormí y tenía que esperar hasta el lunes para poder hablar con ella.

Y por fin pasó el fin de semana y hoy es otro día de escuela, como de costumbre camino hacia mi casillero y ella aparece detrás de la pequeña puerta.

–Hola Ross.

–Hola linda. –Cierro la puerta y no pude resistir más la abracé. –¿Cómo estás?

–Creo que bien, y perdón por lo de la llamada del sábado, es solo que mis padres...

–¿Qué pasa, todo bien?

–Bueno, no puedo ocultarte algo.

–¿Vamos afuera?

–Tenemos clase.

–Que importa la clase, ven vamos. –La tome de la mano y salimos al patio.

–Mis padres me regañaron, ellos saben la historia de mi ex, les tuve que contar la verdad porqué de verdad me vieron muy mal esa vez. Se molestaron conmigo porque tienen miedo a que me vuelva a pasar lo mismo... –Agacho la mirada.

–Kiernan mírame. –Ella alzó la mirada y nuestros ojos se unieron. –Jamás te lastimaría.

–Yo confío en que jamás me lastimaras. –La abracé y le di un corto beso en la cabeza.

–A mi también me regañaron y me castigaron el auto, así que ando en bicicleta. ¿Saliendo quieres ir por un helado?

–Me encantaría. –Sonrió.

–¿Vamos a clase?

–Esta bien. –La tome de la mano, entrelazando nuestros dedos.

Llegamos 10 minutos tarde a la clase, nos dejaron entrar con la condición de ayudarle a la profesora a llevar sus cosas a la otra aula al terminar nuestra clase.

Y como lo prometimos saliendo de la jornada de clases fuimos por un helado en bicicleta.

Ella pidió de vainilla yo de chispas de chocolate.
Nos sentamos en una banca del parque.

–Oye.

–¿Qué pasa? –Dijo algo alarmada.

–Tienes... –Le pase mi dedo con delicadeza por la comisura de sus labios donde tenía un poco de helado.

–Gracias. –Suspiro.

–No hay problema. –Me acerque a ella y le robe un beso, que ella correspondió.

Después de estar un tiempo juntos tuvo que irse a su casa. La dejé una cuadra antes para evitar cualquier tipo de problema.

–Bueno Ross, me tengo que ir.

–Si, nos vemos mañana. –Dio un paso pero la jale y le di un corto beso en los labios.

–Nos vemos mañana Ross. –Se alejó un poco de donde yo estaba y aproveche el momento.

–¡TE QUIERO LINDA! –Le grité de repente, ella volteó y sonrió, se quedó parada por un momento y regreso corriendo hacia mi.

–Yo también te quiero. –Susurro después de darme un beso.

–Anda ve a tú casa, si no así no la pasaremos toda la tarde.

–Ok, hasta mañana.

–Bye linda.

Ella se fue a su casa y yo a la mía. Creo que es hora de iniciar algo más que una amistad la cual ya no parece ser así desde hace algunos días.

Todo por ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora