#6

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Un día, Haechan se dio cuenta de que las sonrisas de Jaemin curaban sus malos días, en especial cuando su omega volvió a resentir la falta del alfa, Mark.

Otra vez, Jeno le sostuvo fuerte en medio de una pesadilla. El omega soñó con que estaba solo en una habitación y, a pesar de que gritaba con todas sus fuerzas, arañando las paredes hasta sangrar, nadie iba a rescatarlo, ni siquiera sus propios cachorros.

Renjun se acercó a él sin querer, aún cuando siempre había sido su cachorro más independiente, tomando sus manos en silencio, buscando acurrucarse a su lado.

Haechan habló con el único omega que lo hacía sentir seguro: Johnny.

Es una etapa, es normal. Sus hormonas alteran a tu omega, tus feromonas alteran a los cachorros— explicó con calma—. Cuando la camada pertenece a la familia, ahí actua el alfa, para frenar la posibilidad de una relación incestuosa, pero aqui...

—¿Qué se supone que haga?— cuestionó inseguro.

No estoy diciendo que esté mal que te encariñes con ellos, o ellos de ti— aclaró Johnny dando un sorbo de su bebida—, pero no puedes olvidar que ellos se irán, Haechannie... y tu omega tiene que estar preparado para eso. Quizás no falte tanto tiempo, uno o tres años como máximo, y ellos serán adultos capaces de elegir su camino.

—Pero, usted no comprende hyung, ellos son mis bebés, mis cachorros, yo los necesi...— Johnny lo detuvo con un suave gesto, tomando una de sus manos.

—Ellos no son tus cachorros, Haechan. Ellos son tus colegas, tus amigos, tus compañeros de departamento, pero no son tus cachorros— susurró en un intento de consuelo—. Imagina cuanto sufrirá tu omega si realmente los cree suyos, serán demasiadas perdidas juntas para él. Además, una vez que ellos se presenten, te verán como lo que eres: un omega fértil y disponible.

— ¿Y que debería hacer?— volvió a preguntar cabizbajo.

—Disfruta el momento, pero nunca olvides que el cualquier momento esto puede terminarse. Sobretodas las cosas, si no te crees capaz de correponderlos, no le des alas si luego no podrán volar.

Chenle se sentó a su lado, con la respiración entrecortada, dando un pequeño sorbo de su botella.

—¿Sucede algo, hyung?— preguntó preocupado.

El omega participó de la práctica de manera ausente y toda la camada notó que su humor estaba peor que cuando Mark se había marchado.

—No, Lele, solo estaba pensado— comentó al notar como Jaemin, Jeno y Renjun se sentaban del otro lado de habitación, mientras que Jisung miraba nervioso para ambos lados, sin decidirse a donde ir.

—¿Algo grave?—cuestionó apoyándose sobre su mayor.

Haechan negó suavemente:—Estoy un poco estresado, solo es eso. Luego, tengo práctica con 127 y creo que no estoy preparado para soportar el sudor de tantos alfas, mi cuerpo aún resiente un poco el celo y me siento un poco más sensible.

—Podríamos hablar con manager-hyung— propuso con una sonrisa infantil—. Podemos explicarle la situación, ir al departamento y armar el nido para dormir todos juntos.

Haechan sonrió, acariciando el cuello de su cachorro, dejando un besito en su coronilla.

—Solo necesito no pensar demasiado.

La camada observó las acciones del omega, felices de que no estuviera molestos con ellos y se dirigieron a ellos entre quejas:

—Heachannie, Jaemin-ah también quiere su besito.

—Si Jaemin-ah tiene un beso, Jenonnie se merece dos, por ser más lindo— argumentó convencido, mostrando una gran sonrisa.

Renjun se apuró a tomar lugar entre sus piernas, sin decir una palabra, riendo bajito por lo idiota que podían llegar a ser sus amigos. Haechan le abrazó, dejando que recostara su espalda sobre su pecho.

Jisung observó la discusión que seguían teniendo sus mayores, quieres peleaban sobre quien era más lindo. Entonces, en silencio, se dirigió a Haechan y, tomando su rostro, dejó un besito inocente en sus labios, para luego sentarse a su otro lado.

—Si hyung le da besitos a Chenle, yo quiero darle besitos a hyung— susurro bajito, con sus orejas ardiendo.

El coreógrafo entró a la sala, dejando a Jaemin y Jeno con sus argumentos para la discusión en sus bocas. Sin embargo, Haechan notó como Jeno buscaba momentos para rozar sus manos o guiñarle su ojo, mientras que Jaemin les observaba con una sonrisa rara.

Haechan creyó que eran lindos, pero de inmediato supo que estaba mal, ellos eran sus bebés, sus cachorros. Debía dejarlos de pensar, antes de acostumbrarse a los brazos de Jeno al dormir, las sonrisas privadas de Jaemin o la compañia silenciosa de Renjun. Su omega le agradecería cuando ellos se fueran marchando, uno por uno.

Fullsun's Pack.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora